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Por medio de la Historia Familiar he vuelto mi corazón al de mis antepasados
La Historia Familiar nos da la oportunidad de amar a los que ya no están y entender el verdadero significado de la expiación de Jesucristo. “El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres” (Malaquías 4:6).
Tenemos el conocimiento pleno de que nuestra vida no termina con la muerte, y de que los lazos familiares continúan al otro lado del velo. Este maravilloso conocimiento ha llevado a la hermana Dora Murillo, del barrio Villa Hermosa, Estaca Alajuela, Costa Rica, a explorar y profundizar dentro de las herramientas disponibles para obtener nuevos nombres de su familia y ayudar a miembros y no miembros a trabajar en su genealogía.
La hermana Dora relata que desde que era una mujer joven sintió un fuerte deseo de compartir su conocimiento con relación a la genealogía, esperando motivar a todos los que la escucharan a que buscaran a sus antepasados. Hace unos 10 años recibió el llamamiento de consultora de historia familiar y asignada al Centro de Historia Familiar, por lo que aprovechó para invitar a muchos a trabajar. Al principio pocos acudían a la invitación, entonces se dedicó a avanzar en su propia investigación y, gracias a este inicio, pudo obtener una gran cantidad de nombres de sus antepasados de su apellido paterno, causando que sus familiares abrieran sus corazones y aceptaran recibir talleres para trabajar en su historia familiar.
La hermana Murillo dice, “compartir nuestra experiencia sobre Historia Familiar permite que los demás abran sus corazones, para luego poder enseñar la doctrina pura del Evangelio. Transmitir nuestro conocimiento de la historia familiar a los no miembros posibilita que ellos empiecen a tener un testimonio sobre las familias eternas. Además, nuestros familiares fallecidos no pueden progresar sin nosotros (Hebreos 11:40), ni nosotros sin ellos (Doctrina y convenios 128:15).
La hermana Dora ha experimentado la expiación de Cristo mediante el poder de la Historia Familiar. Una experiencia que le conmovió fue que, trabajando en su genealogía, encontró el nombre de una de sus tatarabuelas llamada Sinforosa Villegas Arias, nacida en 1833. Lo único que se sabía de ella es que tuvo tres hijos quienes no tenían apellido paterno, por lo que ella era muy juzgada; gracias a FamilySearch descubrió la verdad sobre su tatarabuela. Sinforosa quedó huérfana a los 10 años, de padre y madre, con unos días de diferencia debido a una enfermedad epidémica de la época y a los 17 años contrajo matrimonio; de ese matrimonio tuvo cinco hijos de los cuales todos fallecieron, al poco tiempo su esposo también falleció, por lo que buscó trabajo como empleada doméstica y tiempo después tuvo tres hijos más, que no fueron reconocidos.
El conocer esta historia estremeció a la hermana Dora; ella estuvo envuelta por el dolor que su tatarabuela pudo sentir al perder a su familia y al tener hijos en unas condiciones difíciles. Por medio de la revelación personal la hermana Dora supo que su tatarabuela se había arrepentido y estaba lista para seguir progresando por medio de las ordenanzas salvadoras que se otorgan en el santo templo. Esto la hizo comprender que la historia familiar simboliza la empatía y cómo el milagro expiatorio está al alcance de todos aquellos que ya no están.
Actualmente la hermana Murillo tiene otros llamamientos, pero continúa trabajando en la búsqueda de sus antepasados y brindando ayuda a miembros y no miembros. Además, ahora es miembro de la Academia Costarricense de Ciencias Genealógicas donde continúa aprendiendo y enseñando a otros.
Para la hermana Murillo lo mejor de trabajar en Historia Familiar y llevar nombres al templo es cuando por medio del Espíritu Santo siente la confirmación de que los familiares están aceptando el Evangelio.
Con mucho amor comparte su testimonio: “La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es verdadera, y es verdadera en cualquier lugar del mundo; el Libro de Mormón es el libro más perfecto que existe en la tierra; dentro del templo podemos recibir la revelación de la cual los profetas han hablado y encontramos guía y protección”.