Voces de los miembros
Viaje al templo para nueve de los santos de Santa Lucía
Fue una bendición para los nueve miembros de nuestra Rama Vieux Fort, Santa Lucia, viajar al Templo de Santo Domingo de la República Dominicana en el mes de abril pasado. Estoy agradecido por el hermano que ayudó a financiar el viaje al templo. Ruego que pueda tener la oportunidad de enviar a muchos más miembros al templo para que también puedan experimentar el maravilloso gozo, la paz, la calma y el amor que tiene el templo. Nuestro grupo tuvo la oportunidad de hacer su historia familiar y ordenanzas de salvación para muchos de sus familiares fallecidos. Mi experiencia de bautizar a mis abuelos en ambos lados de mi familia fue la oportunidad de mi vida.
El templo es un lugar donde prestamos servicio a los que han fallecido, pero también fui testigo de la experiencia personal que muchos tuvieron de hacer sus propios convenios.
El templo tiene el poder de cambiarnos. Una hermana se dio cuenta de su temperamento rápido y desde su investidura ha ganado un deseo de cambiar y ser más humilde. Ella aprecia más la vida y se ha acercado más a nuestro Padre Celestial y a Su Hijo Jesucristo.
Otra hermana expresó su dificultad para perdonar, pero desde que visitó el templo he visto una diferencia en sus interacciones con los demás. Ya no sentía la necesidad de aferrarse a los problemas pasados con las personas y ahora puede perdonar.
Un miembro de ochenta y seis años de nuestro grupo dijo que fue un viaje muy largo y difícil, y le preocupaba el pensar que no merecía ser uno de los afortunados de poder ir al templo, pero sabía que nuestro Señor Jesucristo lo ama y que le había dado esta oportunidad de su vida.
Otro miembro de nuestro grupo estaba de luto por la repentina pérdida de su padre y expresó lo agradecido que estaba de estar en el templo para sentir paz durante un momento tan difícil de su vida. Espera con ansias un futuro regreso para hacer las ordenanzas de su padre.
No soy una excepción de recibir bendiciones en el templo, mi familia sintió más el uno por el otro al hacer la obra del templo por los demás. Para aquellos que lean este mensaje, no puedo expresarles cuánto cambiará su vida si se esfuerzan en todos los sentidos y hacen todo lo posible para entrar en la casa del Señor.
Doy mi testimonio de que este Evangelio es verdadero y que el Señor nos ama y cuida de nosotros. Somos hijos del Padre Celestial y si seguimos firmemente en la fe, Él hará posibles cosas que aún no podemos comprender.