Mensaje de los líderes del Área
El poder de la gratitud
En otoño de 2020, la pandemia de COVID puso al mundo de rodillas. Indudablemente, todos nos vimos afectados de alguna manera.
Teniendo en cuenta mi dedicación al sector de la cultura y el turismo, la pandemia supuso un serio reto para mí profesionalmente. Por eso, cuando me enteré de que nuestro amado profeta, el presidente Russell M. Nelson, pronunciaría un discurso especial para el mundo el 20 de noviembre de 2020, sentí una gran expectación.
Al principio, el presidente Nelson habló de algunos de los desafíos que había experimentado en su vida y expresó su gran preocupación por la pandemia, y luego dijo:
“Sin embargo, existe un remedio, algo que podría parecer sorprendente, pues se opone a nuestra intuición natural. No obstante, sus efectos han sido validados por científicos, así como por hombres y mujeres de fe. Me refiero al poder sanador de la gratitud”1.
El presidente Nelson nos invitó a utilizar las redes sociales como nuestro diario personal de gratitud y a expresar nuestro agradecimiento a Dios, en nuestras oraciones diarias, por las innumerables bendiciones de nuestra vida.
Apliqué la “terapia” que él había sugerido y sentí que, en ese momento difícil, me ayudó a experimentar la sanación y a tener un corazón alegre y creyente.
Mi misión a tiempo completo constituye una de las mayores bendiciones de mi vida. Durante aquel tiempo, conocí a muchas personas que se encontraban en situaciones vitales muy diversas. Algunas parecían tener todo lo necesario para una vida feliz; sin embargo, también conocí a personas que vivían en la más absoluta pobreza, padecían enfermedades graves y se enfrentaban a otros desafíos, pero que aun así estaban llenas de gozo. Al reflexionar sobre mi experiencia, me di cuenta de que quienes irradiaban gozo incluso en circunstancias difíciles también estaban siempre agradecidos. Reconocí que la gratitud es la clave del gozo.
Entonces, ¿cómo podemos desarrollar un corazón agradecido?
Necesitamos momentos frecuentes en nuestra vida cotidiana en los que podamos hacer una pausa y estar tranquilos. El presidente Nelson ha dicho: “Los momentos apacibles son momentos sagrados; será un tiempo que facilitará que recibamos revelación personal y que infundirá paz en nosotros”2.
En esos momentos apacibles, podemos abrir los ojos, los oídos y, sobre todo, el corazón para ver cuánto nos ama y nos bendice nuestro Padre Celestial. Podemos ver que, en definitiva, cada momento de nuestra vida es un don de Dios. Eso nos llenará de gozo y gratitud y nos ayudará a percibir incluso las experiencias desagradables y dolorosas de la vida, cada vez más, como oportunidades de aprender algo nuevo, crecer personalmente y desarrollar atributos semejantes a los de Cristo.
Si nuestro corazón está henchido de gratitud, sentiremos naturalmente el deseo de compartir con los demás lo que nos produce ese gozo.
La gratitud no es únicamente una clave para el gozo personal; también nos motiva a ser una bendición para los demás y a cambiar el mundo para mejor.
Estoy profundamente agradecido a mi Padre Celestial por las abundantes bendiciones de mi vida, en particular por mi familia y las personas que se interesan por mí. Le doy las gracias por el gran plan de felicidad y por mi Salvador, Jesucristo. Él es un magnífico ejemplo para nosotros de lo que significa ser agradecido al expresar infaliblemente Su propia gratitud a Su Padre. Sigamos Su ejemplo y aprovechemos todas las oportunidades para dar gracias a Dios y a las personas que nos rodean por todo lo bueno que hay en nuestra vida. ¡Qué maravilloso sería que nuestras oraciones diarias fueran, ante todo, expresiones de nuestra gratitud!
Estoy siempre agradecido a Jesucristo. Él nos ha enseñado cómo vivir, nos ha dado respuestas a las grandes preguntas de la vida y ha llevado a cabo la Expiación, preparando así el camino para que podamos volver a nuestro Padre Celestial.
Él es mi esperanza. Todo mi corazón, Suyo es.