Sirviendo como matrimonio misionero en Valparaíso, Chile
Erika y Bernardo Mora son un matrimonio que asiste a la Rama Linares Uno, Distrito Linares, Chile y han sido llamados como misioneros de servicio asignados al Camp Site Cumorah ubicado en el municipio de Casablanca, de la región Valparaíso, Chile. Esta es la segunda misión de servicio que cumplen y esperan ansiosos poder servir en una tercera.
“Servir en una misión es demostrar cuánto estamos dispuestos a dar de nuestra vida por el Señor. Entre tantas bendiciones que recibimos por trabajar en la obra, podemos pensar en la paz que solo la da el Señor. Estamos de acuerdo en que estas bendiciones alcanzan a nuestras familias en lo temporal y espiritual, lo cual nos produce una gran satisfacción y eterno gozo”, comenta el matrimonio.
El llamado a servir por dos años sucedió en plena pandemia y no dudaron ni un momento en dar de su tiempo y talentos al Señor. Al llegar al lugar, inmediatamente sintieron el amor de Dios al contemplar la belleza y el espíritu que allí reinaba.
“Llegamos al predio en el que hay lugares sin señal telefónica, pero nos ayuda a desconectarnos y a conectarnos con lo esencial, la maravillosa naturaleza. Hemos aprendido de podas, árboles, flores, riegos y aun reparar lo que sea necesario para que los visitantes del lugar puedan sentir el Espíritu del Señor”, expresan animosamente.
Estas son algunas de las tareas a las que se dedican cotidianamente. Realmente se sienten dichosos de poder desarrollar sus talentos para bendecir a los demás ya sea a través de la música, una calurosa bienvenida o de la administración del lugar. Cada día trae su propio afán e implica un gran esfuerzo de su parte para que las condiciones sean óptimas.
De esta manera las familias, los barrios, las estacas, los jóvenes adultos solteros y las conferencias del PFJ pueden gozar de las hermosas instalaciones del lugar e irse felices luego de haber experimentado una estadía edificante en términos espirituales.
“Estas experiencias son pequeñas grandes cosas y cada día sentimos la mano de Dios en nuestra misión, podemos sentir que Él nos tiene presente, nos sostiene y nos ama. Cuando se hacen las cosas con amor, todo resulta bien. Todos somos capaces, tenemos un potencial extraordinario, solo debemos tener fe y actuar, veremos los milagros de quiénes somos realmente”, de esta manera el matrimonio alienta a otros a servir en una misión de servicio.
Servir en misiones no solo ha fortalecido su matrimonio, sino sus propios testimonios en el Salvador y en su Padre Celestial, saben que esta es Su Iglesia, que Él la dirige a través de profetas y apóstoles.
Concluyen que, aunque han tenido desafíos difíciles a lo largo de sus vidas, el Señor los ha consolado y Sus promesas les dieron la fortaleza que necesitaron para continuar fielmente en la senda de los convenios.