El ombú de la bella sombra
Barrio Coronel Dorrego, Provincia de Buenos Aires, Argentina
Muchos de los recuerdos más lindos de mi infancia se dieron en un ombú. Justo cruzando la calle, frente a nuestra casa había un pequeño bosque de eucaliptos y un hermoso ombú ideal para trepar y hacer casita. Con mis hermanos pasábamos horas jugando en ese lugar. Recuerdo que este árbol tenía una pequeña particularidad con la que siempre teníamos que tener mucho cuidado, ya que, en una parte de su tronco, había una cueva que albergaba un nido con cientos de avispas negras. Se nos advirtió muchas veces que podíamos jugar allí siempre y cuando tuviéramos cuidado de no molestar a las avispas porque, si lo hacíamos, nos podían picar.
Una noche hubo una gran tormenta, muchos eucaliptos alrededor se derrumbaron, pero el ombú permaneció firme. Después de mudarnos a otra ciudad, y no muchos años más tarde, me dio pena enterarme de que ese árbol se había muerto y no fue por un rayo ni por tormenta alguna, sino por la constante habitación de las avispas.
El nombre ombú viene de “umbú” que significa “bella sombra” en guaraní. Ese árbol me hace pensar en la familia. Todos sentimos que nuestro hogar es como una bella sombra donde queremos estar, donde compartimos experiencias que nos unen como familia. Debería ser el lugar más seguro, sin embargo, a veces permitimos que ciertas “avispas” entren a nuestro tronco y lo empiecen a secar.
Avispas de la indecisión, de la postergación, de la indiferencia al dolor ajeno, la avispa de la contención, de la ira. La avispa de la ociosidad entra de la mano con la de los malos hábitos, como por ejemplo el descuido de nuestra salud por falta de actividad física y la falta de interés en adquirir conocimiento. La avispa de la crítica que puede venir con la del chisme.
Cada familia puede evaluar cuáles son las avispas que están afectando su progreso y unión.
En ocasiones, la inmoralidad o la violencia llegan por medio de la literatura, la música, el lenguaje vulgar, los programas, películas o series de televisión. El mal uso de nuestro tiempo en internet, redes sociales, juegos electrónicos e incluso el uso de sustancias nocivas.
Cuando, como padres, permitimos que una simple y aparentemente inofensiva “avispa” anide, corremos el riesgo de que, con el tiempo, nos sequen espiritualmente. Es importante ser conscientes de que todo lo que dejamos entrar en nuestro hogar trae consecuencias para toda la familia. Como padres, tenemos la responsabilidad de mantener nuestro hogar libre de todo lo que consideramos perjudicial, ofensivo o peligroso para la familia en todo sentido. Es nuestro deber cuidarla, protegerla y amarla. Podemos hacerlo por medio de un constante análisis en consejo familiar, para hacer los cambios y ajustes necesarios para que en nuestro hogar se pueda gozar de la compañía del Espíritu Santo, tal como una bella sombra donde cada integrante de nuestra familia lo sienta como un refugio del mundo, un lugar de paz, un lugar santo.
El presidente Dallin H. Oaks dijo:
“Nuestro presente y nuestro futuro serán más felices si siempre somos conscientes del futuro”. Cuando tomamos decisiones en la actualidad, siempre debemos preguntarnos: “¿A qué conducirá esto? …
Hermanos, en la vida tomamos incontables decisiones, algunas grandes y otras aparentemente pequeñas. Al mirar atrás, podemos ver la gran diferencia que algunas de nuestras decisiones marcaron en nuestra vida. Tomamos mejores decisiones si consideramos las alternativas y reflexionamos a dónde nos conducirán. Al hacerlo, estaremos siguiendo el consejo del presidente Russell M. Nelson de comenzar con el fin en mente. Para nosotros, el fin siempre está en la senda de los convenios que pasa por el templo y hacia la vida eterna, el mayor de todos los dones de Dios” (Dallin H. Oaks, “¿A qué conducirá esto?”, Conferencia General de abril de 2019).
Si en aquellos años de mi infancia alguien hubiera prestado atención a las señales que daba ese frondoso y hermoso árbol y se hubiera actuado para exterminar a las avispas, el ombú hubiera vivido mucho más tiempo. Sin embargo, nadie pensó en las consecuencias a largo plazo o que insectos tan pequeños podrían ser tan destructivos.
Siempre estamos a tiempo de detectarlas y de eliminarlas definitivamente. El esfuerzo y la determinación familiar por aprender y vivir el evangelio de Jesucristo traerá protección contra tales asechanzas.
Moroni enseñó:
“Pues he aquí, a todo hombre se da el Espíritu de Cristo para que sepa discernir el bien del mal; por tanto, os muestro la manera de juzgar; porque toda cosa que invita a hacer lo bueno, y persuade a creer en Cristo, es enviada por el poder y el don de Cristo, por lo que sabréis, con un conocimiento perfecto, que es de Dios” (Moroni 7:16).
Recordemos la promesa que el presidente Russell M. Nelson nos ha dado:
“Prometo que a medida que trabajen con diligencia para remodelar su hogar, centrándolo en el aprendizaje del Evangelio, con el tiempo sus días de reposo serán verdaderamente una delicia. Sus hijos estarán entusiasmados por aprender y vivir las enseñanzas del Salvador, y la influencia del adversario en su vida y en su hogar disminuirá. Los cambios en su familia serán notables y duraderos” (Russell M. Nelson, “Cómo ser Santos de los Últimos Días ejemplares”, Conferencia General de octubre de 2018).