Liahona
Discípulos de Jesucristo en la Iglesia y en la comunidad
Junio de 2024


“Discípulos de Jesucristo en la Iglesia y en la comunidad”, Liahona, junio de 2024.

Bienvenidos a este ejemplar

Discípulos de Jesucristo en la Iglesia y en la comunidad

Como miembros de la Iglesia, tenemos el privilegio y el mandato de “ser testigos de Dios en todo tiempo” (Mosíah 18:9). En la página 4 de este ejemplar, el élder Ronald A. Rasband, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseña que ser testigos de Jesucristo ante quienes nos rodean puede marcar una diferencia en nuestras comunidades. En la página 16, explico que también podemos cumplir con esta responsabilidad por la forma en que testificamos de Jesucristo y de la veracidad de Su Iglesia restaurada a otros miembros.

Podemos testificar con confianza de la veracidad de la Iglesia restaurada del Señor y de sus líderes aunque reconocemos que ni la Iglesia, ni sus líderes ni sus miembros deben ser perfectos para que la Iglesia sea verdadera. De hecho, el Señor declaró que Su propósito es “perfeccionar a los santos” (Efesios 4:12). La Iglesia acoge a los hijos imperfectos del Señor que, sin embargo, se esfuerzan. Por medio de sus enseñanzas, ordenanzas, convenios y la Expiación de Jesucristo, la Iglesia nos ayuda hasta que “todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto” (Efesios 4:13), lo cual no lograremos plenamente en esta vida.

Testifico que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es dirigida por el Señor Jesucristo mismo por medio de profetas y apóstoles vivientes; que aquellos que reciban las ordenanzas de salvación y exaltación y guarden los convenios correspondientes serán exaltados en el Reino Celestial de Dios; y que el Espíritu Santo dará testimonio de estas cosas a quienes sinceramente busquen la verdad.

Atentamente,

Élder J. Devn Cornish

Setenta Autoridad General emérito

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Alma bautizando en las aguas de Mormón

“Y de esta manera [Alma] bautizó a todos los que fueron al paraje de Mormón, y eran en número unas doscientas cuatro almas; sí, y fueron bautizados en las aguas de Mormón, y fueron llenos de la gracia de Dios”.

Minerva Teichert (1888–1976), Alma Baptizes in the Waters of Mormon [Alma bautiza en las aguas de Mormón], 1949–1951, óleo sobre masonita, 91 X 122 cm, Museo de Arte de la Universidad Brigham Young, 1969

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