“Lección 17: Los conflictos aumentan en Misuri”, La historia de los Santos de los Últimos Días: 1815–1846, Material para el maestro, 2018
“Lección 17”, La historia de los Santos de los Últimos Días: 1815–1846, Material para el maestro
Lección 17
Los conflictos aumentan en Misuri
Introducción y cronología
En 1838 aumentó la tensión entre los santos y otros ciudadanos de Misuri. El 27 de octubre de 1838 —dos días después de una batalla entre un grupo de santos y la milicia de Misuri en el río Crooked— el gobernador Lilburn W. Boggs emitió una orden de exterminio para expulsar a los santos del estado. Tres días después de haberse promulgado la orden de exterminio, los populachos atacaron el asentamiento de Hawn’s Mill y mataron a diecisiete santos. Mientras tanto, una fuerza numerosa de la milicia estatal sitió la ciudad de Far West. El 31 de octubre, George Hinkle, comandante de la milicia de los santos en Far West, traicionó al profeta José Smith y a otros líderes de la Iglesia y los puso en manos de la milicia estatal. Al día siguiente se obligó a los santos a entregar sus armas, y la milicia del estado saqueó Far West. Los miembros de la milicia estatal aprisionaron al Profeta y a otros líderes de la Iglesia y los trasladaron a Independence y luego a Richmond, Misuri.
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25 de octubre de 1838Un grupo de santos combate contra la milicia de Misuri en el río Crooked.
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27 de octubre de 1838El gobernador Boggs firma una orden para exterminar a los santos de Misuri.
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30 de octubre de 1838Un populacho masacra a diecisiete santos en Hawn’s Mill.
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30 de octubre–6 de noviembre de 1838La milicia de Misuri sitia Far West.
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31 de octubre de 1838George Hinkle traiciona al Profeta y a otros líderes de la Iglesia y los pone en manos de la milicia del estado.
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Noviembre de 1838José Smith y otros líderes de la Iglesia fueron cautivos, primero en Independence y luego en Richmond, Misuri.
Lecturas para el alumno
Santos: La historia de la Iglesia de Jesucristo en los últimos días, tomo I, El estandarte de la verdad, 1815–1846, 2018, capítulos 29–31
Sugerencias para la enseñanza
Aumenta la tensión entre los santos y otros ciudadanos de Misuri
Muestre el siguiente párrafo y pida a un alumno que lo lea en voz alta:
El élder David W. Patten, del Cuórum de los Doce Apóstoles, una vez le dijo al profeta José Smith que “había pedido al Señor que le permitiera morir como mártir, tras lo cual el Profeta, muy conmovido, expresó un enorme pesar, ‘porque’, le dijo a David, ‘cuando un hombre de su fe pide algo al Señor, por lo general lo recibe’” (Lycurgus A. Wilson, Life of David W. Patten: The First Apostolic Martyr, 1900, pág. 53). El día del funeral de David W. Patten, el Profeta declaró: “Aquí yace un hombre que ha hecho exactamente lo que dijo que haría: ha ‘puesto su vida por sus amigos’” (en Manuscript History of the Church, tomo B-1, apéndices, nota Z, pág. 10, josephsmithpapers.org).
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Según la lectura del capítulo 29 de Santos: tomo I, ¿cuáles fueron las circunstancias que condujeron a la muerte de David W. Patten? (El 25 de octubre de 1838, David W. Patten dirigió a un grupo de la milicia mormona para rescatar a dos o tres miembros de la Iglesia que habían sido secuestrados por un grupo de habitantes de Misuri que habían echado a los santos de la zona. En la batalla que se libró —llamada la batalla del río Crooked—, David recibió un disparo en el abdomen, y murió esa noche).
Muestre la imagen adjunta del río Crooked y explique que además del élder David W. Patten, dos Santos de los Últimos Días y un habitante de Misuri fueron muertos en la batalla que se libró cerca del río.
Invite a un alumno a leer el siguiente párrafo en voz alta:
En las semanas previas a la batalla del río Crooked, los populachos habían asaltado y quemado los hogares de los Santos de los Últimos Días en Misuri y de grupos justicieros de santos que buscaban provisiones para cuidar de aquellos que habían sido expulsados de sus casas, y habían saqueado y quemado tiendas que pertenecían a otros ciudadanos de Misuri. El gobernador Lilburn W. Boggs recibió informes exagerados de dichos saqueos y además escuchó relatos falsos de que los santos habían matado a cincuenta o sesenta habitantes de Misuri en la batalla del río Crooked. Además, el gobernador Boggs recibió una declaración escrita por Thomas B. Marsh y Orson Hyde, quienes testificaron falsamente que José Smith “tenía la intención de invadir el estado, la nación y finalmente el mundo” (Santos: tomo I, pág. 352). El 27 de octubre de 1838, el gobernador Boggs firmó una orden ejecutiva que declaraba que se debía “tratar a los mormones como enemigos y, si [era] necesario para el bien público, [era] preciso exterminarlos o expulsarlos del estado” (Manuscript History, tomo B-1, pág. 842).
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¿De qué manera las circunstancias en Misuri durante el verano y el otoño de 1838 hicieron que fuera difícil que los santos defendiesen sus derechos y sus propiedades, así como que se defendiesen a sí mismos? (Los esfuerzos de los santos para defenderse de la violencia del populacho solo parecían acrecentar la tensión y las persecuciones).
Un populacho masacra a santos en Hawn’s Mill
Muestre el mapa adjunto, “La región de Misuri, Iowa e Illinois - Estados Unidos”, e invite a los alumnos a ubicar Hawn’s Mill, Misuri. Explique que el 30 de octubre de 1838, un populacho armado de más de 200 hombres a caballo atacó el poblado de santos en Hawn’s Mill (véase The Joseph Smith Papers, Documents, Volume 6: February 1838–August 1839, editado por Mark Ashurst-McGee y otros autores, 2017, pág. 269).
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Según su lectura del capítulo 30 de Santos: tomo I, ¿qué les sucedió a los miembros de la Iglesia en Hawn’s Mill? (Diecisiete Santos de los Últimos Días fueron asesinados y más de doce fueron heridos. Al final, los santos que sobrevivieron fueron obligados a abandonar su hogar y sus propiedades).
Para ayudar a los alumnos a comprender lo que una familia vivió en Hawn’s Mill, invite a uno de ellos a leer en voz alta el siguiente relato de Amanda Smith. Antes de que lea el relato, explique que Amanda estaba viajando hacia Far West, Misuri, con su esposo y sus hijos. Se detuvieron en Hawn’s Mill el 28 de octubre y se encontraban allí cuando sucedió la masacre.
“Cuando cesaron los disparos, regresé a la escena de la masacre…
“… De la herrería salió mi hijo mayor [Willard], llevando sobre los hombros a su hermanito, Alma.
“‘¡Ay, mi Alma está muerto!’, clamé, angustiada.
“‘No, madre; creo que Alma no está muerto, ¡pero papá y mi hermano Sardius sí lo están!’…
“Pero en ese momento no podía llorar…
“Le habían arrancado de un disparo toda la coyuntura de la cadera a mi niño herido; la carne, el hueso de la cadera, con coyuntura y todo, habían sido destrozados…
“Acostamos al pequeño Alma en una cama de nuestra tienda y examiné la herida; era una escena horrorosa. Yo no sabía qué hacer…
“No obstante, me quedé allí durante toda aquella atroz y larga noche, con mis muertos y mi herido, sin nadie sino Dios como médico y ayuda.
“‘¡Ay, Padre Celestial!’, imploré, ‘¿qué haré? Tú ves a mi pobre niño herido y sabes que no tengo experiencia. ¡Ay, Padre Celestial, dime qué debo hacer!’” (Amanda Smith, en Edward W. Tullidge, The Women of Mormondom, 1877, págs. 122–124; se estandarizaron la ortografía y la puntuación).
Muestre la imagen adjunta y explique que es una fotografía de Amanda Smith durante los últimos años de su vida.
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¿Qué les llama la atención de cómo reaccionó Amanda Smith en esa difícil situación?
Invite a un alumno a seguir leyendo el relato de Amanda Smith, y pida a la clase que preste atención a cómo el Señor contestó las oraciones de Amanda.
“Oí instrucciones como si fuera una voz que me hablaba.
“Las cenizas de nuestro fuego aún seguían ardiendo… Se me indicó que tomara esas cenizas e hiciera una lejía y empapara un paño en esa solución y lo aplicara directamente en la herida… Empapé el paño una y otra vez y lo apliqué en la [herida]…
“Tras haber hecho lo que se me había indicado, otra vez oré al Señor y de nuevo se me dieron instrucciones tan claramente como si un médico hubiese estado de pie a mi lado hablándome.
“Había por allí un olmo, con las hojas del cual se me indicó que preparase una… cataplasma [material húmedo hecho con hierbas y otras sustancias] y que llenara con esta la herida.
“… preparé la cataplasma y, la herida, que requirió todo un cuarto de metro de lino para cubrirla… y quedó debidamente vendada…
“Llevé al niño herido a una casa… y le vendé la cadera, mientras el Señor seguía dirigiéndome como antes. Recordé que en el baúl de mi marido había un frasco de bálsamo [una solución de sustancias vegetales que a veces se utiliza en la medicina]. Lo vacié en la herida, lo que le calmó mucho el dolor a Alma.
“‘Alma, hijo mío’, le pregunté, ‘¿crees que el Señor te hizo la cadera?’.
“‘Sí, madre’.
“‘Bien, el Señor puede hacer algo para que tome el lugar de tu cadera. ¿Crees, Alma, que Él puede hacerlo?’.
“‘¿Tú crees que el Señor puede, madre?’, me preguntó el niño en su inocencia.
“‘Sí, hijo mío’, le respondí, ‘Él me lo ha mostrado todo en una visión’.
“Entonces lo acosté cómodamente boca abajo y le dije: ‘Quédate así y no te muevas, y el Señor te va a hacer otra cadera’.
“Alma permaneció acostado boca abajo durante cinco semanas hasta que se recuperó completamente; le creció un cartílago flexible en la coyuntura y la cavidad del hueso que le faltaba, lo cual aún hoy sigue siendo algo asombroso para los médicos” (Amanda Smith, en Edward W. Tullidge, The Women of Mormondom, 1877, págs. 124, 128; se estandarizó la ortografía; véase también Santos: La historia de la Iglesia de Jesucristo en los Últimos Días, tomo I, El estandarte de la verdad, 1815–1846, 2018, págs. 361–362, 386–388).
Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del presidente James E. Faust (1920–2007), de la Primera Presidencia, acerca del tratamiento de Amanda para la herida de su hijo:
“El tratamiento fue fuera de lo común para aquella época e insólito en la actualidad, pero cuando nos encontramos en una situación extrema, como le ocurrió a la hermana Smith, tenemos que ejercer nuestra fe sencilla y escuchar al Espíritu tal como ella lo hizo” (James E. Faust, “El escudo de la fe”, Liahona, julio de 2000, pág. 23).
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¿Qué principios podemos aprender del ejemplo de Amanda Smith? (Los alumnos podrían reconocer varios principios, entre ellos el siguiente: Cuando ejercemos fe en el Señor, podemos recibir Su guía y ayuda. Anote el principio en la pizarra).
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¿Cuáles son algunas de las maneras en que podemos recibir la guía y la ayuda del Señor al ejercer fe en Él?
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¿En qué ocasiones han recibido guía y ayuda del Señor al ejercer fe en Él?
Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, y pida a la clase que preste atención a lo que él enseñó acerca de la tragedia de Hawn’s Mill.
“En el otoño de 1838, cuando la situación llegó a ser muy tensa en el norte de Misuri, el profeta José Smith llamó a todos los santos para que se congregaran en Far West a fin de que fueran protegidos. Muchos de ellos estaban en granjas aisladas o en poblados dispersos. En forma específica, se lo aconsejó a Jacob Hawn, fundador de un pequeño poblado denominado ‘Hawn’s Mill’. Un registro de esa época dice: ‘El hermano José había mandado avisar a los hermanos que vivían allí, por intermedio del señor Hawn, dueño del molino, que abandonaran el lugar y se fueran a Far West; pero el señor Hawn no les comunicó el mensaje’ (Philo Dibble, “Early Scenes in Church History”, en Four Faith Promoting Classics, 1968, pág. 90)… El Profeta luego escribió la triste verdad de que vidas inocentes podrían haberse salvado en Hawn’s Mill si se hubiera recibido y seguido su consejo” (véase Henry B. Eyring, “Busquemos seguridad en el consejo”, Liahona, julio de 1997, pág. 27; “Haun”, como aparece en el texto original, se actualizó a “Hawn” a fin de reflejar investigaciones recientes).
Explique que aunque Jacob Hawn no era miembro de la Iglesia, se le había designado para que procurara el consejo de José Smith en cuanto a si los santos debían permanecer en Hawn’s Mill.
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¿Qué podemos aprender de la decisión de Jacob Hawn de hacer caso omiso del consejo profético?
La milicia de Misuri sitia Far West y toma prisioneros a líderes de la Iglesia
Vuelva a hacer referencia al mapa que utilizó previamente en la lección, “La región de Misuri, Iowa e Illinois - Estados Unidos”, e invite a los alumnos a ubicar Far West, Misuri.
Explique que mientras la masacre de Hawn’s Mill se llevaba a cabo, una milicia estatal marchaba hacia Far West con la intención de someter a los santos mientras esperaban nuevas órdenes del gobernador. Aunque a los santos los superaban en número a razón de cinco por uno, tenían la determinación de defender a sus familias y hogares. José Smith le pidió a George Hinkle, líder de las fuerzas de los santos, que se reuniese con miembros de la milicia para llegar a una resolución pacífica. Bajo una bandera de tregua, George se reunió con líderes de la milicia de Misuri para analizar la forma de terminar con el conflicto. Los líderes de la milicia habían sido notificados de la orden de exterminio del gobernador, y el general Samuel Lucas, uno de los líderes de la milicia de Misuri, le explicó a George que sus soldados cumplirían con la orden a menos que los santos entregaran a sus líderes, depusieran las armas y abandonasen el estado.
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¿Qué decidió hacer George Hinkle en esas circunstancias? (Hizo arreglos en secreto para traicionar a José Smith y a otros líderes de la Iglesia y para entregarlos en manos de la milicia de Misuri).
Informe a los alumnos que después de que José Smith fue aprisionado, la milicia de Misuri confiscó las armas de la milicia mormona, saqueó Far West y aterrorizó a los santos.
Pida a los alumnos que busquen el capítulo 31 de Santos: tomo I. Invite a algunos de ellos a tomar turnos para leer en voz alta en la página 370, comenzando con el párrafo que dice “En la plaza principal…”, y terminando en la página 371 con el párrafo que dice “Estoy complacido con él…”. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar lo que sucedió cuando la milicia de Misuri saqueó Far West.
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¿Qué principios podemos aprender de la valiente respuesta de Heber C. Kimball? (Los alumnos podrían reconocer varios principios. Después de que respondan, escriba el siguiente principio en la pizarra: Podemos mantenernos leales a Dios y a Sus profetas aun cuando aquellos que nos rodean no lo hagan).
Escriba la siguiente pregunta en la pizarra: ¿Qué piensa ahora de José Smith?
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¿Han estado alguna vez en una situación en la que alguien haya hablado en contra del profeta José Smith? ¿Cómo respondieron?
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¿Qué les ayuda a mantenerse leales a Dios y a los profetas que Él ha llamado para guiarnos en la actualidad?
El profeta José Smith y otros líderes de la Iglesia son sometidos a juicio y encarcelados
Explique brevemente que la milicia de Misuri llevó a José Smith y a otros líderes de la Iglesia desde Far West hasta el condado de Jackson para exhibirlos públicamente. Luego llevaron a los prisioneros a una cabaña de troncos en Richmond a la espera del juicio, donde los encadenaron unos a otros y los obligaron a dormir en el suelo.
Divida la clase en pequeños grupos y dé a cada uno de ellos una copia del volante adjunto, “Dignidad y majestad”. Invite a cada grupo a leer el volante y a analizar juntos sus respuestas a la pregunta que aparece en el mismo.
En vez de hacer que los alumnos repasen el volante “Dignidad y majestad”, podría mostrarles una parte de la película José Smith: el Profeta de la Restauración. Muestre la película desde el minuto 39:15 hasta el 41:12, donde aparece la respuesta de José Smith a sus guardias. Pida a los alumnos que analicen lo que les llame la atención del video. El video está disponible en ChurchofJesusChrist.org.
Para concluir, comparta su testimonio de las verdades que se analizaron en la lección de hoy, y aliente a los alumnos a actuar de conformidad con ellas.
Pida a los alumnos que se preparen para la próxima clase leyendo el capítulo 32 de Santos: tomo I.