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Lección 20: Nauvoo la hermosa


“Lección 20: Nauvoo la hermosa”, La historia de los Santos de los Últimos Días: 1815–1846, Material para el maestro, 2018

“Lección 20”, La historia de los Santos de los Últimos Días: 1815–1846, Material para el maestro

Lección 20

Nauvoo la hermosa

Introducción y cronología

Después de que al profeta José Smith y a los demás prisioneros se les permitió escapar del cautiverio en Misuri en abril de 1839, cruzaron el río Mississippi y se reunieron con los santos en Quincy, Illinois. Poco después de su llegada, José viajó hacia el norte a fin de conocer el lugar y hacer arreglos para comprar tierras a orillas del río Mississippi, en el territorio de Iowa e Illinois. Cuando los santos se congregaron en ese lugar, transformaron la tierra pantanosa del lado de Illinois en una ciudad hermosa que llamaron Nauvoo. Durante ese tiempo, José Smith procuró obtener compensación del gobierno federal por el sufrimiento de los santos en Misuri. Cuando Nauvoo estaba en desarrollo, el estado de Illinois aprobó un estatuto de la ciudad que concedía a los santos más libertades políticas y religiosas de las que tenían en Misuri. Asimismo, durante esa época, el profeta José Smith enseñó por primera vez la doctrina del bautismo por los muertos.

22 de abril de 1839El Profeta llega a Quincy, Illinois, después de escapar del cautiverio.

30 de abril de 1839Agentes de la Iglesia compran tierras en Commerce, Illinois.

22 de julio de 1839José Smith y otros hermanos sanan a muchas personas que padecen malaria.

29 de noviembre de 1839El Profeta se reúne con Martin Van Buren, Presidente de los Estados Unidos, para solicitar una indemnización.

15 de agosto de 1840José Smith enseña por primera vez la doctrina del bautismo por los muertos.

Lecturas para el alumno

Santos: La historia de la Iglesia de Jesucristo en los últimos días, tomo I, El estandarte de la verdad, 1815–1846, 2018, capítulos 34–35

Sugerencias para la enseñanza

Los santos se establecen en Iowa e Illinois

Escriba la siguiente frase en la pizarra: Un lugar hermoso y un sitio de reposo.

  • ¿Cuáles son algunos lugares que ustedes describirían como hermosos o como sitios de reposo?

Mapa de la región de Misuri, Iowa e Illinois

Muestre el mapa adjunto, “La región de Misuri, Iowa e Illinois - Estados Unidos”, e invite a los alumnos a ubicar Quincy, Illinois. Explique que en abril de 1839, poco después de que el profeta José Smith escapó del cautiverio y se unió a los santos en Quincy, Illinois, él y otros miembros de la Iglesia viajaron 80 kilómetros hacia el norte hasta Commerce, Illinois. Basándose en negociaciones que comenzaron mientras José Smith aún estaba encarcelado, empezaron a comprar tierras en Commerce y sus alrededores, tanto al este como al oeste del río Mississippi, en el territorio de Iowa. Para agosto, habían comprado una cantidad considerable de tierras para el recogimiento de los santos. En abril de 1940, el profeta José Smith cambió el nombre de la ciudad de Commerce por Nauvoo.

Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración de José Smith y sus consejeros:

“El nombre de nuestra ciudad (Nauvoo) es de origen hebreo y significa una situación o lugar hermoso, e implica, además, la idea de reposo” (José Smith, Sidney Rigdon y Hyrum Smith, “A Proclamation, to the Saints Scattered Abroad”, Times and Seasons, 15 de enero de 1841, págs. 273–274, josephsmithpapers.org).

  • Teniendo en cuenta lo que José Smith y los santos padecieron en Misuri, ¿de qué forma el significado del nombre Nauvoo podría ser una expresión de esperanza para el futuro?

Explique que cuando los santos comenzaron a congregarse en esa región en el verano de 1839, trabajaron diligentemente para preparar la tierra a lo largo de la orilla del río Mississippi. No obstante, cientos de santos recibieron picaduras de mosquitos y enfermaron gravemente de malaria.

Pida a los alumnos que busquen el capítulo 34 de Santos: tomo I, e invite a algunos de ellos a tomar turnos para leer en voz alta en la página 410, comenzando con el párrafo que dice “En la mañana del lunes, 22 de julio…”, y terminando en la página 411 con el párrafo que dice “Más tarde, ya de noche…”. Pida a la clase que siga la lectura en silencio y que preste atención a la ayuda que los santos recibieron del Señor.

  • ¿Qué les llama la atención de ese relato?

Invite a un alumno a leer en voz alta las siguientes palabras del presidente Wilford Woodruff (1807–1898), quien relató otro acontecimiento que ocurrió aquel día.

Wilford Woodruff

“… un hombre [que no era Santo de los Últimos Días], que conocía los milagros que se habían llevado a cabo, acudió a [José Smith] y le preguntó si podía ir a sanar a sus dos hijos mellizos, que tenían unos cinco meses y estaban enfermos, al borde de la muerte.

“Se encontraban a unos tres kilómetros de Montrose [un pueblo cerca de Nauvoo pero del otro lado del río].

“El Profeta dijo que no podía ir; sin embargo, después de una pausa, dijo que mandaría a alguien para que los sanara. Entonces se volvió a mí y me dijo: ‘Vaya con este hombre y sane a sus hijos’.

“[José] tomó un pañuelo rojo de seda de su bolsillo y me lo dio; me dijo que les pasara el pañuelo por el rostro cuando los ungiera y que ellos sanarían…

“Fui con el hombre e hice lo que me mandó el Profeta, y los niños sanaron” (Wilford Woodruff, Leaves from My Journal, 1882, pág. 65).

  • ¿Qué principio podemos aprender del relato de Santos: tomo I y de la declaración del presidente Woodruff? (Los alumnos podrían reconocer varios principios, entre ellos el siguiente: Cuando ejercemos fe en Jesucristo, podemos ser sanados por el poder del sacerdocio. Anote el principio en la pizarra).

El pañuelo rojo de seda de José Smith

Muestre la imagen adjunta del pañuelo rojo de seda que José Smith le dio a Wilford Woodruff, y explique que el presidente Woodruff “conservó ese pañuelo como recordatorio de esa gran experiencia y de la compasión de José por los enfermos, incluso por aquellos que no pertenecían a su religión” (Heidi Bennett, “A Day of God’s Power”, serie Museum Treasures, 18 de septiembre de 2015, history.ChurchofJesusChrist.org). Wilford describió ese día de sanación como “un día en el que se manifestó el poder de Dios” (Wilford Woodruff, Leaves from My Journal, 1882, pág. 62).

Explique que a pesar de que muchas personas que padecían malaria fueron sanadas aquel día, otras siguieron sufriendo esa y otras enfermedades a lo largo del año siguiente, y algunas de ellas murieron. Por ejemplo, el obispo Edward Partridge murió por causa de una enfermedad en mayo de 1840, al igual que Joseph Smith, padre, en septiembre de 1840.

  • ¿Por qué creen que algunas personas fueron sanadas en esa época mientras que otras perecieron?

Para ayudar a los alumnos a entender mejor el principio que aparece en la pizarra, invite a uno de ellos a leer en voz alta la siguiente declaración del presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia:

Dallin H. Oaks

“Al ejercer el poder indudable del sacerdocio de Dios y conforme atesoremos Su promesa de que Él escuchará y contestará la oración de fe, siempre debemos recordar que la fe y el poder sanador del sacerdocio no pueden producir un resultado contrario a la voluntad de Aquel de quien es este sacerdocio…

“Como hijos de Dios, al saber de Su gran amor y Su conocimiento supremo de lo que es mejor para nuestro bienestar eterno, confiamos en Él. El primer principio del Evangelio es fe en el Señor Jesucristo, y la fe significa confianza… Hacemos todo lo que podemos para que un ser querido sane, y después le confiamos al Señor el resultado” (Dallin H. Oaks, “Sanar a los enfermos”, Liahona, mayo de 2010, pág. 50).

  • ¿Por qué creen que es importante ejercer fe en Jesucristo aunque es posible que no obtengamos el resultado que deseamos?

Comparta su testimonio de que cuando ejercemos fe en Jesucristo, podemos ser sanados por el poder del sacerdocio según la voluntad del Señor.

Los santos edifican la ciudad de Nauvoo y procuran una indemnización del gobierno de los Estados Unidos

Explique que con el tiempo los santos transformaron la tierra de Nauvoo y sus alrededores en una “situación [que era] muy placentera” (Mary Fielding Smith, en Edward W. Tullidge, The Women of Mormondom, 1877, pág. 256). Mientras los santos seguían estableciendo su hogar en Iowa e Illinois, el profeta José Smith viajó a Washington, D.C., la capital de los Estados Unidos.

  • Según su lectura del capítulo 34 de Santos: tomo I, ¿por qué viajó José Smith a Washington, D.C. en octubre de 1839? (José Smith se reunió con líderes del gobierno de los Estados Unidos, incluso con el presidente Martin Van Buren, para solicitar un desagravio por las pérdidas de los santos en Misuri).

  • ¿Cómo respondió el presidente Van Buren a la petición de José Smith? (Le dijo a José: “No puedo hacer nada por usted” [The Joseph Smith Papers, Documents, Volume 7: September 1839–January 1841, editado por Matthew C. Godfrey y otros autores, 2018, pág. 260]).

  • Si ustedes hubieran estado con el profeta José, ¿qué pensamientos o sentimientos podrían haber tenido tras escuchar esa respuesta del presidente de los Estados Unidos? ¿Por qué?

Explique que José Smith y Elias Higbee, quien era miembro de la Iglesia, también intentaron llevar su reclamo a miembros del Congreso de los Estados Unidos. Aunque muchos de ellos se solidarizaron con su causa, los santos no recibieron ningún tipo de ayuda.

William W. Phelps

Muestre la imagen adjunta de William W. Phelps. Explique que alrededor de cuatro meses después de que el Profeta regresó de Washington, D. C., recibió una carta de William W. Phelps. Divida la clase en grupos de dos o tres alumnos, y entregue a cada grupo una copia del volante adjunto, “William W. Phelps: ‘Soy como el hijo pródigo’”. Invite a los grupos a leer juntos el volante y a responder las preguntas que aparecen en él.

William W. Phelps: “Soy como el hijo pródigo”

“A fines de 1838, William W. Phelps, que había sido un miembro de confianza en la Iglesia, estuvo entre aquellos que dieron falso testimonio contra el Profeta y otros líderes de la Iglesia, lo cual hizo que estos fueran encarcelados en Misuri. En junio de 1840, el hermano Phelps escribió a José Smith suplicándole que lo perdonara” (véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 422).

Lea las siguientes palabras de William W. Phelps, tomadas de su carta al Profeta:

William W. Phelps

“Hermano José[:]

“… soy como el hijo pródigo…: He sido abatido y humillado grandemente…

“Conozco mi situación, usted la conoce y Dios la conoce, y quiero ser salvo, si mis amigos me ayudan… He actuado mal y lo siento. La viga está en mi propio ojo.

“… pido perdón a todos los santos en el nombre de Jesucristo[,] pues… deseo su hermandad” (en The Joseph Smith Papers, Documents, Volume 7: September 1839–January 1841 [Los Documentos de José Smith, Documentos, tomo VII: Septiembre de 1839–enero de 1841], editado por Matthew C. Godfrey y otros autores, 2018, págs. 304–305).

  • Con el conocimiento de que el falso testimonio de William había causado tanto sufrimiento a los santos, ¿cómo creen que ustedes habrían respondido a la petición de William de que se le perdonara y hermanara?

El profeta José Smith respondió en una carta a William W. Phelps:

José Smith

“Es cierto que hemos sufrido mucho por motivo de su conducta. El vaso de hiel, que ya era más de lo que podía beber un ser mortal, ciertamente rebosó cuando usted se volvió contra nosotros…

“No obstante, la copa se ha bebido, se ha hecho la voluntad de nuestro Padre y todos estamos con vida…

“Convencido de que su confesión es sincera y su arrepentimiento genuino, me dará gusto estrecharle una vez más la mano derecha en señal de fraternidad, y me regocijaré por el regreso del pródigo.

“Su carta se leyó a los santos el domingo pasado, y… se aprobó unánimemente que W. W. Phelps fuese recibido en la hermandad.

“‘Venga, querido hermano; la contención quedó atrás,

pues los que fueron amigos, de nuevo amigos serán’”.

(Véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, págs. 422–424).

  • ¿Qué indica la respuesta de José Smith acerca de su carácter?

  • ¿Cómo creen que pudo haberse sentido William al saber que los santos lo recibieron en la hermandad unánimemente?

Volante: William W. Phelps: “Soy como el hijo pródigo”

icono de videoEn vez de repartir el volante, también podría mostrar el video “Os es requerido perdonar” (7:52), el cual describe la función de William W. Phelps en los primeros años de la Iglesia y su súplica al Profeta de que lo perdonara. El video está disponible en ChurchofJesusChrist.org. Una vez que los alumnos hayan visto el video, haga las preguntas que aparecen en el volante.

7:50

Después de que los alumnos hayan terminado de leer el volante, explique que William W. Phelps más tarde escribió la letra del himno “Loor al Profeta” (Himnos, nro. 15).

  • ¿Qué principios podemos aprender de la respuesta del profeta José Smith a la carta de William W. Phelps? (Los alumnos podrían reconocer varios principios, entre ellos los siguientes: Podemos decidir perdonar a los demás aun cuando sus acciones nos hayan lastimado gravemente a nosotros y a nuestros seres queridos. Cuando decidimos perdonar a los demás, les extendemos amor y misericordia. Escriba esos principios en la pizarra).

  • ¿De qué manera ustedes o alguien que conozcan han sido bendecidos por decidir perdonar a otra persona?

Invite a los alumnos a pensar en alguien a quien deban perdonar, y aliéntelos a seguir el ejemplo de José Smith tomando la decisión de perdonar a esa persona.

El profeta José Smith enseña la doctrina del bautismo por los muertos

Explique que cuando los santos se mudaron a la región de Nauvoo, trabajaron con el gobierno de Illinois para obtener protección para su comunidad. Tuvieron éxito en 1840, cuando la Asamblea Legislativa de Illinois aprobó la ley de constitución de la ciudad de Nauvoo. Dicha ley autorizaba la creación de un gobierno municipal y establecía ciertas leyes que pretendían proteger a los ciudadanos. Además de ayudar a edificar y establecer Nauvoo, durante esa época el Profeta continuó enseñando a los santos verdades referentes a la salvación. El 15 de agosto de 1840, en el funeral de Seymour Brunson, quien era miembro de la Iglesia, por primera vez el Profeta enseñó en público la doctrina del bautismo por los muertos.

Invite a varios alumnos a tomar turnos para leer los siguientes relatos en voz alta, y pida a la clase que preste atención a lo que el profeta José Smith enseñó acerca de la doctrina del bautismo por los muertos y cómo respondieron los santos. (Los siguientes relatos son una adaptación de Susan Easton Black, “A Voice of Gladness”, Ensign, febrero de 2004, págs. 34–39).

Primer relato.

“De acuerdo con Simon Baker, que estaba presente [en el funeral de Seymour Brunson], el Profeta empezó por testificar que el ‘evangelio de Jesucristo traía alegres nuevas de gran gozo’. Leyó la mayor parte de 1 Corintios 15 y explicó que ‘el apóstol se dirigía a un pueblo que entendía el bautismo por los muertos, ya que se practicaba entre ellos’ [Simon Baker, en Journal History of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 15 de agosto de 1840]” (véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 429).

“Él hizo ver que las palabras de Pablo eran una evidencia de que una persona viva podía bautizarse vicariamente por una persona fallecida, extendiendo los beneficios del bautismo a los que estaban muertos en cuerpo, pero sus espíritus seguían vivos.

“José dijo que el plan de salvación de Dios estaba diseñado para salvar a todos los que estuvieran dispuestos a obedecer la ley de Dios, incluso a las innumerables personas que habían muerto sin haber oído nunca acerca de Jesucristo ni de Sus enseñanzas” (véase Santos: tomo I, pág. 421).

Segundo relato. Wilford Woodruff escribió:

Wilford Woodruff

“El mismo José Smith… se metió al río Mississippi un domingo en la noche después de la reunión y bautizó a cien personas. Yo bauticé a otras cien. Otro hombre, a unos metros de mí, bautizó a otras cien. Estábamos esparcidos a lo largo del Mississippi, bautizándonos por nuestros muertos” (Wilford Woodruff, “Discourse”, Deseret Weekly, 25 de abril de 1891, pág. 554).

“¿Por qué lo hacíamos? Por causa del sentimiento de gozo que teníamos, al pensar que nosotros, en la carne, podíamos redimir a nuestros muertos” (“Discourse by President Wilford Woodruff”, Millennial Star, mayo de 1894, pág. 324).

Tercer relato. Después de escuchar al Profeta dirigir la palabra a los santos en octubre de 1840, Vilate Kimball escribió una carta a su esposo Heber, quien servía en una misión en Inglaterra:

Vilate Kimball

“El presidente Smith recientemente ha dado a conocer un tema nuevo y glorioso, el cual ha ocasionado mucho fervor en la Iglesia… Dice que los miembros de esta Iglesia tenemos el privilegio de bautizarnos por todos nuestros parientes que hayan muerto antes de que este Evangelio se diera a conocer… Al hacerlo, actuamos como sus representantes y les ofrecemos el privilegio de levantarse en la primera resurrección. Dice que a ellos se les predicará el Evangelio en la prisión… Desde que se dio esa directiva, las aguas han estado continuamente agitadas. Durante la conferencia a veces había de ocho a diez élderes en el río bautizando a la vez” (Vilate Kimball, en Janiece Johnson y Jennifer Reeder, The Witness of Women, 2016, pág. 181).

Cuarto relato. Tras escuchar acerca de la doctrina del bautismo por los muertos, muchos santos enviaron cartas a parientes en busca de los nombres de miembros de la familia que habían fallecido. Por ejemplo, Jonah Ball escribió lo siguiente a un pariente:

“Deseo que me envíes una lista de los familiares de papá, de sus padres y tíos, con sus nombres, también una lista de los parientes de mamá… Estoy decidido a hacer todo lo que pueda para redimir a aquellos que se me permita redimir” (cartas de Jonah R. Ball a Harvey Howard, Shutesbury, Massachusetts, 1842–1843, Biblioteca de Historia de la Iglesia, Salt Lake City).

Sally Randall escribió:

“Deseo que me escriban y envíen los nombres de todos nuestros parientes que hayan fallecido, hasta la época del abuelo y la abuela, por lo menos. Tengo la intención de hacer lo que pueda para salvar a mis amigos” (cartas de Sally Randall, 1843–1852, Biblioteca de Historia de la Iglesia, Salt Lake City).

  • ¿Qué aprendemos de esos relatos? (A medida que los alumnos contesten, escriba en la pizarra las verdades que aprendieron. Si es necesario, ayúdelos a reconocer una verdad similar a la siguiente: Podemos ayudar a redimir a nuestros antepasados que han muerto sin el Evangelio al realizar bautismos por los muertos).

  • ¿Por qué fue tan significativa esa doctrina para los Santos de los Últimos Días en ese momento?

  • ¿De qué maneras han sido bendecidos al ayudar a sus antepasados que han fallecido a ser bautizados y recibir otras ordenanzas de salvación?

Repase las verdades que ha escrito en la pizarra a lo largo de la lección y comparta su testimonio de ellas. Invite a los alumnos a considerar cómo podrían ponerlas en práctica más plenamente en su vida.

Pida a los alumnos que se preparen para la próxima clase leyendo el capítulo 36 de Santos: tomo I.

Comentarios e información de contexto

El profeta José Smith predica en Filadelfia, Pensilvania

Mientras José Smith se encontraba en el este de los Estados Unidos en busca de una indemnización de parte de los funcionarios del gobierno, también predicó el Evangelio. El élder Parley P. Pratt testificó de un sermón que el profeta José Smith dio en Filadelfia:

Parley P. Pratt

“Mientras visitaba al hermano José en Filadelfia, se le presentó la oportunidad de predicar en una iglesia muy grande, y unas tres mil personas se reunieron para escucharlo. El hermano Rigdon tomó la palabra primero, y habló sobre el Evangelio, fundamentando la doctrina con la Biblia. Cuando terminó, el hermano José se levantó como un león a punto de rugir y, lleno del Espíritu Santo, habló con gran poder, testificando de las visiones que había tenido, del ministerio de ángeles del cual había gozado y de cómo había encontrado las planchas del Libro de Mormón y las había traducido por el don y el poder de Dios. Comenzó diciendo que si nadie más tenía el valor de testificar de ese mensaje tan glorioso del cielo, y del descubrimiento de tan glorioso registro, él sentía la necesidad de hacerlo a fin de obrar en justicia para con la gente, y dejaba el asunto en manos de Dios.

“Toda la congregación quedó asombrada, como electrizada, y sobrecogida ante el tono de verdad y autoridad con que él habló, y ante las maravillas que relató. La impresión que causó fue perdurable y muchas almas se unieron al redil. Y testifico que él, con su fiel y potente testimonio, lavó sus vestidos de la sangre de los que lo escucharon. Multitudes se bautizaron en Filadelfia y en las regiones vecinas; al mismo tiempo, surgieron ramas en Pensilvania, en Jersey y en diferentes zonas” (Autobiography of Parley P. Pratt, editado por Parley P. Pratt Jr., 1938, págs. 298–299 [véase también Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, págs. 158–159]).

Perdonar a los demás

El que perdonemos a los demás no los libra de las consecuencias de sus acciones (véase D. y C. 64:12–14). El élder David E. Sorensen (1933–2014), de la Presidencia de los Setenta, enseñó:

David E. Sorensen

“Quisiera dejar bien en claro que el perdón de los pecados no debe confundirse con el tolerar la maldad. De hecho, en la Traducción de José Smith, el Señor dijo: ‘… juzgad con justo juicio’ [Traducción de José Smith, Mateo 7:2 (en Mateo 7:1, nota a al pie de página)]. El Salvador nos pide que abandonemos y combatamos la maldad en todas sus formas, y aun cuando debemos perdonar a quienes nos hagan daño, aún así debemos actuar en forma constructiva para evitar que el daño vuelva a ocurrir. Una mujer a la que se le maltrate no debe buscar la venganza, pero tampoco debe pensar que no puede tomar las medidas necesarias para prevenir futuros maltratos. El empresario al que se trate injustamente en una transacción no debe odiar a la persona que no fue honrada, pero podría tomar las medidas necesarias para remediar el error. El perdón no requiere que aceptemos ni toleremos la maldad ni que hagamos caso omiso del mal que nos rodea o al de nuestra propia vida. Pero al luchar contra el pecado, no debemos permitir que el odio ni la ira controlen nuestros pensamientos ni acciones” (véase David E. Sorensen, “El perdón transformará el resentimiento en amor”, Liahona, mayo de 2003, pág. 12).

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