Las nuevas pautas de la Sociedad de Socorro bendicen a los miembros
Hace seis meses, en la reunión general de la Sociedad de Socorro, Julie B. Beck, presidenta general de la Sociedad de Socorro, anunció nuevas pautas para las reuniones de la Sociedad de Socorro, y los resultados bendicen a las hermanas alrededor del mundo.
En general se han recibido las nuevas pautas con agrado, dijo la hermana Beck, y señaló que ahora los miembros en todo el mundo pueden preparar reuniones de acuerdo a sus necesidades individuales, permitiendo que haya mayor flexibilidad en esta Iglesia que no se limita a una sola cultura o localidad.
“Éste ha sido un paso muy positivo para esta organización global”, dijo la hermana Beck. “Amamos a las hermanas y confiamos en ellas, y sabemos que si aceptan las nuevas pautas con fe y obediencia, no tendrán ningún problema con ellas”.
El discurso de la hermana Beck, que lleva el título “La Sociedad de Socorro: Una obra sagrada” (Liahona, noviembre de 2009, pág. 110), debe servir como la norma oficial con relación a las reuniones, y las líderes de la Sociedad de Socorro que tengan preguntas acerca de las normas deben deliberar en consejo con sus líderes del sacerdocio.
Cambios generales
Se afirmó que las consejeras de la Sociedad de Socorro deben seguir el modelo del sacerdocio y ser llamadas primera o segunda consejera. El llamamiento que anteriormente se conocía como directora de superación personal, de la familia y del hogar ahora se llamará coordinadora de reuniones de la Sociedad de Socorro. La hermana que tenga ese llamamiento debe seguir preparando las reuniones de la Sociedad de Socorro que se lleven a cabo entre semana bajo la dirección de la presidencia de la organización.
Pautas para las reuniones de la Sociedad de Socorro
En su discurso, la hermana Beck mencionó que las reuniones que antes se llamaban “superación personal, de la familia y del hogar” ahora se llamarán simplemente reuniones de la Sociedad de Socorro.
La hermana Beck explicó que la presidenta de la Sociedad de Socorro de barrio debe supervisar todas las reuniones de la Sociedad de Socorro y deliberar en consejo con el obispo o presidente de rama, el cual aprueba los planes para todas las reuniones.
La presidenta de la Sociedad de Socorro debe supervisar las reuniones, pero puede pedir a la primera o segunda consejera que sea la coordinadora, o puede recomendar que se extienda el llamamiento a una hermana del barrio o de la rama. Por lo menos una hermana miembro de la presidencia debe estar presente en todas las reuniones.
Las reuniones por lo general deben llevarse a cabo una vez al mes, o por lo menos cada tres meses, pero no en domingo ni el lunes por la noche. El obispo o presidente de rama y la presidenta de la Sociedad de Socorro determinan la frecuencia de las reuniones, y no se debe hacer sentir a las hermanas que tienen la obligación de asistir a todas las reuniones.
Al planificar las reuniones, la presidencia de la Sociedad de Socorro debe tomar en cuenta asuntos como el tiempo que ocupará, el costo, la seguridad y la distancia para viajar.
Las reuniones deben basarse en llevar a cabo las “responsabilidades caritativas y prácticas” de la Sociedad de Socorro, aumentar la fe y la rectitud personal y atender las necesidades espirituales y temporales de las personas y las familias.
En las reuniones de planificación, la presidencia de la Sociedad de Socorro debe dar prioridad a temas que cumplan los propósitos de la Sociedad de Socorro; las reuniones pueden concentrarse en un solo tema o dividirse en más de una clase o actividad. Por lo general, las maestras deben ser miembros del barrio o de la estaca.
“Si usamos debidamente las reuniones de la Sociedad de Socorro, aumentará la capacidad de esta organización para trabajar de maneras poderosas con los líderes del sacerdocio en todo barrio”, dijo la hermana Beck.