2010
Ayudar a apacentar los corderos del Salvador
Abril de 2010


Ayudar a apacentar los corderos del Salvador

Tomado de un discurso de la conferencia general de octubre de 1997.

President Henry B. Eyring
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El Salvador había sido crucificado y luego resucitado. Sus discípulos habían ido a Galilea; habían pescado durante toda la noche sin lograr nada. Al rayar el alba, cuando se acercaron a la orilla, al principio no lo reconocieron. Él los llamó y les dijo dónde echar las redes y, cuando lo hicieron, éstas se llenaron; entonces se apresuraron a ir a la orilla a Su encuentro.

Allí encontraron una hoguera de carbón, un pez asándose y pan. Entonces Él les dio un mandamiento que todavía se aplica a cada uno de nosotros.

“Y cuando hubieron comido, Jesús le dijo a Simón Pedro: Simón hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Pedro le contestó: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos” (Juan 21:15).

Los santos de Dios han estado siempre bajo el convenio de nutrirse espiritualmente los unos a los otros, especialmente a los más débiles en el Evangelio.

Un niño puede hacer las cosas que nutren la fe de los demás. Los niños pueden invitar a un nuevo converso a asistir con ellos a una reunión; pueden sonreír y dar la bienvenida a un nuevo miembro que llega a la capilla o a una clase. Y, al hacerlo, el Espíritu Santo será nuestro compañero.

Cada palabra que pronunciemos puede fortalecer o debilitar la fe; necesitamos la ayuda del Espíritu para hablar las palabras que nutran y fortalezcan.

Por medio de la simple obediencia podemos ayudar al Señor a llevar a los corderos, a Sus corderos, a Sus brazos a la morada de Su Padre y nuestro Padre.

Sé que Jesús es el Cristo. Sé que Él vive. Y sé también que Él nos guía en esta obra, Su obra, para llevar a cabo la vida eterna de los hijos de Su Padre.

Nutrir significa alimentar.

Alimento

Agua

Un lugar seguro para dormir

Protección contra los lobos y otros peligros

Dar la bienvenida a un nuevo integrante de tu clase

Invitar a un amigo a ir a la Primaria

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Desde la izquierda: La oveja perdida, por Del Parson; fotografías de un lobo y un cordero © Getty Images; fotografía del granero © Corbis; fotografías de alimentos y agua por David Stoker; ilustraciones por Apryl Stott.