2010
Convirtámonos ahora mismo en una persona de calidad
Abril de 2010


Se dirigen a nosotros

Convirtámonos ahora mismo en una persona de calidad

De “Be a Quality 7”, Ensign, febrero de 1993, págs. 64–67; puntuación estandarizada (en el artículo en inglés).

Elder Marvin J. Ashton

Una vida de calidad es el mayor deseo que Dios tiene para nosotros. Debemos tener una vida buena sin importar las circunstancias en que nos encontremos. No debería existir ningún periodo de espera…

Todos debemos vivir con prioridades y propósitos adecuados. No sean duros al examinarse a ustedes mismos. Más bien, analícense para ver si están viviendo el evangelio de Jesucristo o no.

Me gusta el estilo de vida que expresa mi amiga Carol Clark, cuando dice que el reto personal no consiste en esperar con éxito, sino en vivir con enriquecimiento, plenitud y gozo. La meta no es esperar a la persona adecuada, sino ser la persona adecuada.

“La auténtica alegría de la vida consiste en superar los obstáculos al mismo tiempo que se tiene la gozosa esperanza de que todo saldrá bien… Admito sin reparos que el hecho de vivir sin haber alcanzado mis sueños ha ejercido una influencia que me ha suavizado y hecho más humilde, ya que ha sido muy duro; pero tenemos un ancla al alcance de la mano y, por esa razón, puedo progresar, aunque por el momento no he tenido éxito en las cosas del amor, lo que más he deseado en la vida más que ninguna otra cosa, aparte de la rectitud misma…

“El verano pasado me quejé con una amiga que no es Santo de los Últimos Días de que me encontraba agotada, que nada me divertía y que vivía como un robot. Sin compadecerse de mí, respondió: ‘¿Qué te has creído que es esto? ¿Un ensayo general? Esto es tu vida, Carol. Arréglala’. Me esperaba una palmadita en la espalda y una palabra de aliento. En vez de ello, recibí un baño de agua fría para volver a la realidad. Mi amiga, por supuesto, tenía bastante razón. No estaba valorando mi vida, así que no sentía que tuviera valor. Regresé a mi casa, volví a leer las parábolas del sembrador y de los talentos e hice un cambio” (A Singular Life, editado por Carol L. Clark y Blythe Darlyn Thatcher, 1987, págs. 35–36).

Hermanos y hermanas, hagan un cambio, si eso es lo que hace falta. No esperen, sino llenen su vida de servicio, de instrucción, de cultivo de la personalidad, de amor por todas las personas y de otras características igualmente edificantes. Vivan cada día con un propósito…

…les recomiendo que lleguen a conocer a su Padre Celestial. Aprendan a amarlo. Recuerden siempre que Él los ama y los guiará y sostendrá si tan sólo le dan la oportunidad de hacerlo. Inclúyanlo al tomar sus decisiones; inclúyanlo en las penas y congojas de su corazón; inclúyanlo cuando hagan un inventario de su valía personal. “Porque he aquí, esta vida es cuando el hombre debe prepararse para comparecer ante Dios; sí, el día de esta vida es el día en que el hombre [y la mujer] debe[n] ejecutar su obra” (Alma 34:32).

A medida que se esfuercen por llegar a ser una persona de calidad, entren en diaria comunión con su Padre Celestial, quien los conoce más que ninguna otra persona; Él conoce sus talentos, sus puntos fuertes y sus flaquezas. Ustedes están aquí en la tierra en este momento para cultivar y refinar esas características. Les prometo que Él los ayudará ya que tiene presentes las necesidades de ustedes.

Ilustración fotográfica por Craig Dimond.