Ilustraciones por Brandon Dorman.
Las Escrituras enseñan que debemos ponernos “toda la armadura” de Dios (véanse Efesios 6:11–18 y D. y C. 27:15–18 ). Estudiar las Escrituras y orar es como ponernos una armadura que nos mantiene a salvo.
¿Qué puedes hacer cada día para mantener tu espíritu a salvo y feliz?
El yelmo protege la cabeza. Mantenemos nuestra mente a salvo cuando seguimos a Jesús y hacemos lo que Él desea que hagamos.
La fe en Jesucristo es como un escudo de protección. Cuando creemos en Jesús y tratamos de ser como Él, podemos tomar buenas decisiones, aunque las cosas sean difíciles.
Un ceñidor es un cinturón que se usa para proteger el cuerpo del soldado. Saber la verdad nos protege. El Evangelio es verdadero, y vivir el Evangelio nos hace fuertes.
La coraza protege el corazón. Cuando amamos a Dios con todo el corazón, procuramos guardar Sus mandamientos. Cuando hacemos lo correcto, somos bendecidos.
El calzado protege los pies. Tratamos de seguir los pasos de Jesucristo para poder vivir con Él algún día.
La espada ayuda a luchar contra el mal. El Espíritu nos ayuda cuando nos enfrentamos a cosas malas o difíciles. Escuchar al Espíritu nos ayuda a mantenernos a salvo.