“Fe para afrontar la incertidumbre“, Liahona, abril de 2023.
Retratos de fe
Fe para afrontar la incertidumbre
Debido a las complicaciones de salud que experimentó nuestra hija recién nacida, el día anterior a la gloriosa resurrección del Salvador en domingo tiene un significado especial para mí.
Nuestra hija, Alexis, nació prematuramente a las veintiséis semanas de gestación. Debido a que nació con los pulmones poco desarrollados, necesitaba aparatos de ventilación mecánica que la ayudaran a respirar.
Se había programado la fecha de regreso a casa de Alexis tras haber estado tres meses en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Sin embargo, empeoró repentinamente cuando sufrió un aumento de la presión arterial en los vasos sanguíneos que irrigan los pulmones, lo que se conoce como hipertensión pulmonar.
El día en que se puso azul mientras luchaba por respirar me ha quedado grabado en la mente. Fue uno de muchos momentos aterradores que experimentamos durante los doce meses que pasó en el hospital. Para mi esposo y para mí, aquel año fue como una montaña rusa de sentimientos desgarradores.
El aislamiento empeoraba nuestra preocupación. Debido a la epidemia del COVID-19, quedé separada de los familiares que no fuesen inmediatos. Además, fue difícil para mi esposo y para mí encontrar apoyo fuera del hospital. Parecía que había pocas personas que comprendían lo que estábamos pasando. Me sentía indefensa y desesperada, y me desmoroné emocionalmente varias veces en el hospital.
Estoy agradecida por las hermanas de la Sociedad de Socorro que ayudaron a mi familia en nuestros momentos de necesidad. Yo era nueva en el barrio, pues acababa de mudarme de Hong Kong a Singapur. Muchas hermanas a las que no conocía nos llevaban comida y se preocupaban por mí. Su amor y sus oraciones por mi familia me conmovieron.
En los momentos más oscuros, acudí a Dios. Pese a que no me contestaba inmediatamente las oraciones, yo seguía orando. Mi esposo, aunque no era miembro de la Iglesia, me apoyaba al sumarse a mis oraciones. Superábamos cada día con la fe en el corazón de que Dios proveería. Hicimos todo lo que pudimos por nuestra preciada hija y le dejamos el resto a Él.
Con la guía de Dios, llegamos a tomar una decisión que habíamos afrontado durante meses. Nos sentimos guiados a permitir que Alexis se sometiera a una traqueotomía. Los cirujanos harían una incisión en la parte delantera del cuello, en la tráquea, y luego insertarían un tubo traqueal que permitiría la ventilación directa a los pulmones. Alexis entonces podría respirar sin usar la nariz ni la boca.
Un sábado sin fin
Al reflexionar sobre nuestra experiencia con Alexis, pienso en el sacrificio expiatorio de nuestro Salvador. Todos estamos familiarizados con Su crucifixión y Su gloriosa resurrección. El tiempo entre estos dos importantes acontecimientos apenas se menciona en las Escrituras; pero aquellos momentos tienen un significado especial para mí, y hacen que la Pascua de Resurrección sea especialmente significativa.
Por ejemplo, el sábado fue un día de incertidumbre. Los discípulos del Salvador no podían ver la gloria venidera que llegaría el domingo. El sábado, al igual que el viernes, fue un día difícil de sobrellevar para ellos.
Durante la larga hospitalización de nuestra hija, vivimos lo que pareció un sábado sin fin. Afrontamos tanta incertidumbre que no podíamos ver más allá de cada día. Durante los momentos aterradores en los que parecía que Alexis moriría, nos era difícil ver la luz al final del túnel, y mucho menos sentir esperanza.
No obstante, mediante aquella experiencia, aprendí que el Padre Celestial y Su Hijo nos tienen totalmente presentes a nosotros y a nuestras pruebas. Estoy agradecida por el Salvador y me maravilla Su expiación. Mediante Su expiación, podemos recibir ayuda inquebrantable para atravesar los sábados de nuestra vida conforme nos aferramos a la esperanza de bendiciones futuras.
La operación de Alexis tuvo éxito. Recientemente celebró su tercer cumpleaños. A pesar de lo que pasó, es una pequeña alegre a la que le encanta sonreír y conocer a nuevas personas en el parque del vecindario. El tubo traqueal le impide hablar, pero le encanta señalar los colores y leer libros. Nos sentimos bendecidos por cada momento que pasamos con ella.