¿Cómo podemos mostrar misericordia como el Salvador?

Jesús escribe en el suelo, junto a una mujer que llora

Cuando los escribas y los fariseos trajeron a Jesucristo una mujer que había sido sorprendida en adulterio, le preguntaron si debía ser apedreada, como lo indicaba la ley de Moisés; pero en cambio, Jesús le mostró misericordia, diciendo: “Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Juan 8:11). Jesús no la condenó, pero tampoco aprobó sus acciones. Al igual que Él, nosotros podemos mostrar compasión al defender nuestras creencias.

Estos son algunos principios que el ejemplo de Cristo puede enseñarnos acerca de cómo tratar a las personas que toman decisiones con las que no estamos de acuerdo:

No tenemos que responder de inmediato (véase Juan 8:6). Tomarnos el tiempo para pensar bien nuestra respuesta puede ayudarnos a expresar nuestras ideas con más compasión.
Jesús esperó hasta que los acusadores se fueran antes de enseñar a la mujer (véase Juan 8:9). No hay necesidad de hacer una escena ni de avergonzar a los demás.
Debemos dar tiempo a las personas para que cambien. El presidente Dallin H. Oaks, Primer Consejero de la Primera Presidencia, dijo: “A la mujer sorprendida en adulterio se le concedió tiempo para arrepentirse, tiempo que habría sido denegado por aquellos que querían apedrearla”¹.
Enseñar la verdad, pero permitir que los demás decidan. “En lugar de condenar a los demás, simplemente debemos proclamar lo que sabemos y lo que creemos e invitarlos a seguir al Salvador. Es la oportunidad de ellos de escoger, y no la nuestra de compelir”².