“Actuar con fe mientras se aguarda con esperanza el matrimonio: 8 ideas para adultos que están solteros”, Liahona, junio de 2023.
Actuar con fe mientras se aguarda con esperanza el matrimonio: 8 ideas para adultos que están solteros
¿Cómo podemos mantener la esperanza de un futuro matrimonio e hijos al tiempo que sentimos pesar porque esas bendiciones aún no han llegado?
Para los miembros adultos de la Iglesia que están solteros, la promesa del matrimonio celestial, ya sea ahora o en las eternidades, brinda gran esperanza y consuelo. Sin embargo, esa promesa no evita necesariamente sentimientos de angustia, preocupación o confusión.
Muchos profetas han hablado de la prometida bendición del matrimonio para los adultos que están solteros y que se mantienen dignos de ese convenio1. Por ejemplo, el presidente Russell M. Nelson enseñó: “Aunque no tengan la culpa de ello, luchan solos con las pruebas de la vida. Todos debemos recordar que, en el debido tiempo del Señor, no se privará a Sus santos fieles de ninguna bendición”2.
El presidente M. Russell Ballard, Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, también nos ha recordado que aunque la bendición del matrimonio celestial está garantizada a los fieles, “no se han revelado el momento preciso ni la manera en que se otorgan las bendiciones de la exaltación”3. Por lo tanto, es posible que, para quienes están solteros, quede la continua pregunta: ¿Se cumplirá la promesa del matrimonio en la vida terrenal o no? Y con esa pregunta, algunas personas pueden experimentar sentimientos de incertidumbre, dolor e incluso una sensación de pérdida intangible; es decir, la pérdida de no llegar a ser cónyuge o padre en el momento en que esperaban.
Mediante la fe y las bendiciones del Padre Celestial y de Jesucristo, quienes están solteros pueden seguir hallando esperanza, fortaleza y gozo al esperar en el Señor las prometidas bendiciones del matrimonio celestial.
Avanzar en medio de una pérdida intangible
En la vida terrenal, todos sufrimos muchos tipos de pérdidas y desilusiones. Sin embargo, la pérdida de esperanzas y expectativas de lo que pueda o no llegar a nuestra vida en el futuro trae consigo un nivel de incertidumbre diferente al de las pérdidas más evidentes. Por ejemplo, la muerte de seres queridos, pese a lo difícil que pueda ser, es evidente; eso nos ayuda a atravesar un duelo y, con el tiempo, sanar. No obstante, hay otras pérdidas que son menos evidentes, menos perceptibles o que no tienen límite de tiempo. Aquello puede sucederle a quienes padecen infertilidad o ven el avance de la demencia en un miembro de la familia, por ejemplo. También puede sucederle a los adultos que actualmente están solteros aunque han tenido la esperanza o expectativa de casarse, especialmente, a aquellos que nunca se han casado o nunca han tenido hijos, sea cual fuere la razón. Los profesionales de la salud mental se refieren a este tipo de pérdida intangible como pérdida ambigua debido a su naturaleza poco clara4.
Como alguien que se casó cuando tenía bastante más de treinta años y como terapeuta que ha tratado a muchas personas solteras (incluso miembros de la Iglesia), estoy familiarizado con lo difícil que puede ser este tipo de incertidumbre y pérdida, en especial, en una Iglesia que recalca debidamente la doctrina restaurada del matrimonio eterno y las familias eternas.
Muchos pacientes me dicen que desearían saber si alguna vez se casarán en esta vida, pues, aunque descubrieran que no se casarán en la vida terrenal, al menos podrían afrontarlo y seguir adelante con la esperanza de esas bendiciones en el futuro. Es la incertidumbre de esta pérdida lo que crea el interrogante de si es mejor seguir esperando o seguir adelante5. Entre las reacciones comunes a este tipo de pérdida se hallan sentimientos de ambivalencia, confusión, incertidumbre, tristeza, depresión, ansiedad, dolor, soledad, vergüenza, resentimiento, enojo, frustración y pena.
Incluso las personas solteras más resilientes pueden tener dificultades con la incertidumbre propia de anhelar casarse y formar una familia durante la vida terrenal. Al dirigirse a los miembros solteros de la Iglesia, el presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) dijo: “Les aseguro que somos conscientes de la soledad que experimentan muchos de ustedes. La soledad es amarga y dolorosa […]. Pero también está aquello que Él dijo: ‘Yo, yo soy vuestro consolador’ (Isaías 51:12)”6. Cristo es nuestra fuente de consuelo y esperanza en medio de la incertidumbre.
El presidente Ballard enseñó que “… esperar en el Señor significa obediencia continua y progreso espiritual hacia Él. Esperar en el Señor no significa aguardar el momento oportuno. Nunca deben sentirse como si estuvieran en una sala de espera. Esperar en el Señor significa actuar”7.
Entonces, ¿cómo pueden las personas solteras actuar de un modo que les ayude a seguir adelante con fe en Cristo en medio del dolor de esperar un matrimonio que puede o no ocurrir durante la vida terrenal? Las siguientes ocho estrategias pueden ayudar a aumentar su resiliencia para no limitarse a “sobrevivir” la soltería, sino también progresar y llevar una vida plena mientras estén solteros.
1. Darse cuenta de que sufre una pérdida ambigua
Resulta útil darse cuenta de que sufre un tipo de pérdida ambigua y de que es probable que no pueda resolver con facilidad la confusión que esta produce. El entenderlo puede ayudarle a normalizar lo que le está pasando, ya sea el sentir ambivalencia en cuanto a estar soltero, a seguir esperando el matrimonio, a querer renunciar a buscar a alguien con quien casarse, a lamentarse de no haberse casado con alguien, o bien preguntarse si esto se debe a que usted tenga defectos o a que los tengan los potenciales cónyuges. Comprender que lo que siente es una pérdida ambigua puede brindar algo de alivio.
2. Reconocer varias perspectivas como válidas
Es importante permitir que varias perspectivas de lo que le sucede puedan ser válidas al mismo tiempo. Por ejemplo:
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“Puedo aferrarme a la esperanza de casarme y al mismo tiempo seguir adelante viviendo la vida de manera significativa y agradable”.
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“Puedo lamentarme por no tener cónyuge en este momento pero al mismo tiempo guardar la esperanza de que podría tenerlo en el futuro”.
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“Puedo valorar la relación que tengo con mis amigos y familiares y al mismo tiempo desear tener cónyuge”.
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“Puedo esforzarme por conocer a mi futuro cónyuge y al mismo tiempo creer que aquello depende de los tiempos del Señor y del albedrío de los demás”.
3. Centrarse en lo que sí puede controlar
Tenga presente qué es lo que puede y lo que no puede controlar. Por ejemplo, sí puede controlar el mantenerse cerca del Padre Celestial y de Jesucristo, y recibir fortaleza de Ellos. Puede prepararse para el matrimonio en el templo y vivir digno de este, y puede buscar el tipo de persona con la que desea casarse. No puede tener control sobre encontrar a esa persona, ni que tal persona decida casarse con usted. Cuando comprende lo que sí puede controlar y acepta lo que no puede controlar, puede disminuir el sufrimiento emocional y aumentar la capacidad de tolerar la aflicción. El dolor es inevitable, pero la desdicha y el sufrimiento a menudo llegan cuando tratamos de controlar cosas que están fuera de nuestro control, en lugar de confiar en los planes de Dios8.
Practique la confianza en Dios, especialmente, en las cosas que no pueda controlar (véase Proverbios 3:5–7). Considere de qué manera el estar soltero mientras anhela casarse puede brindarle oportunidades de crecer. El élder Bruce C. Hafen, Setenta Autoridad General emérito, enseñó una vez: “Los problemas de la vida parecen no cesar nunca, pero el esforzarse arduamente por lidiar con ellos de alguna manera hace que busquen lo suficiente como para aprender cosas que jamás hubieran entendido si no hubiesen buscado. Una vida feliz no consiste en obtener lo que uno desea; se trata de la actitud que logran tener hacia cualquier cosa que les suceda, una actitud que les permita crecer”9.
4. Nutrir el deseo divino de casarse
El deseo de casarse puede ser una potente fuente de esperanza, inspiración y motivación. Decida nutrir el deseo divino de casarse, aun cuando ese anhelo de casarse pueda ser difícil y doloroso mientras está soltero. Tal vez se sienta tentado a reprimir el deseo de casarse para aliviar los desafíos emocionales que aquello conlleva; lo cual puede consistir en pensar negativamente acerca del matrimonio y de los demás (personas con las que haya salido, el sexo opuesto, etc.) o bien resignarse a permanecer soltero.
Ejercer con toda intención el albedrío dado por Dios para nutrir el divino deseo de casarse, aun cuando este pueda ser una fuente importante de dolor mientras siga soltero, puede ser fortalecedor. Estos son algunos ejemplos de cómo podrían hacerlo:
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Podría pensar de este modo: “Debido a que el matrimonio es un deseo recto que valoro, escojo mantener la esperanza de que me casaré en la vida terrenal, aunque el hacerlo también signifique elegir seguir sintiendo la desilusión y el dolor de estar soltero”.
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Elegir hacer aquello que pueda para casarse, tal como conocer a personas del sexo opuesto y salir en citas con ellas, aunque el hacerlo signifique que a veces se sienta rechazado, desanimado y cansado.
Honrar el deseo de casarse aunque por ahora no pueda honrar el mandamiento de hacerlo es una manera significativa de mostrar su compromiso de seguir al Salvador en la senda de los convenios.
5. Siga dedicándose activamente a su progreso eterno
Cuando se está soltero, es fácil centrarse excesivamente en la función que desempeña el matrimonio en nuestro progreso eterno. Sin embargo, aun así puede crecer y progresar de muchas maneras. Nuestro propósito principal en la vida es llegar a ser más como el Padre Celestial y Jesucristo.
Leales a la Fe enseña a quien esté soltero y desee casarse: “no te desesperes. Al mismo tiempo, no permitas que esa meta te preocupe demasiado, sino participa con interés en actividades sanas, busca maneras de servir a tus familiares y a tu comunidad, acepta y magnifica los llamamientos que tengas en la Iglesia, consérvate limpio, tanto física como espiritualmente, continúa aprendiendo, cultívate y progresa en tu vida personal”10. Cultive atributos semejantes a los de Cristo. Haga los convenios sagrados que pueda hacer mientras esté soltero y guárdelos. Aproveche lo que sus circunstancias actuales le ofrezcan. Halle gozo en su camino. “… por medio de cosas pequeñas y sencillas se realizan grandes cosas” (Alma 37:6).
6. Fortalezca sus relaciones
Las relaciones significativas son una parte central de la vida terrenal y de las eternidades. Cultive su relación con Dios y con los demás11. Practique cómo tener conversaciones significativas. Hable acerca de sus experiencias. Escuche a los demás. Aprenda a lidiar con los conflictos. Participe en actividades edificantes. Reconozca que sus relaciones con los demás son una poderosa fuente de gozo y proporcionan maneras de llegar a ser más como Jesucristo.
7. Comprenda su verdadera identidad
Aunque el estar soltero pueda parecer el aspecto que mejor defina su vida, no es su identidad; es simplemente parte de sus circunstancias actuales. Céntrese en su verdadera identidad como hijo de Dios. El presidente Nelson ha enseñado: “… ustedes son literalmente hijos procreados como espíritus de Dios […]. Temo que hayan oído tan a menudo esta verdad que les suene más como un eslogan que como una verdad eterna; y, sin embargo, la manera en la que piensan sobre quiénes son realmente ustedes afecta a casi toda decisión que tomarán”12. Ante todo, recuerde su identidad divina al determinar quién es usted.
8. Conserve la esperanza
La esperanza se encuentra en Jesucristo y en Su expiación (véanse Mateo 11:28–30; Mosíah 24:13–15)13. Mantener la esperanza a pesar de la incertidumbre es un acto de fe. El presidente Ballard enseñó que la esperanza en Cristo “es esencial para superar la adversidad, fomentar la resiliencia y la fortaleza espirituales, y llegar a saber que nuestro Padre Eterno nos ama y que somos Sus hijos y pertenecemos a Su familia”14.
Mantenga la perspectiva eterna al considerar lo que es estar soltero. El presidente Dallin H. Oaks, Primer Consejero de la Primera Presidencia, enseñó: “La soltería, la falta de hijos, la muerte y el divorcio frustran los ideales y posponen el cumplimiento de las bendiciones prometidas […]. [P]ero esas frustraciones son solo temporales […]; el Señor ha prometido que en la eternidad no se negará ninguna bendición a Sus hijos que obedezcan los mandamientos, sean fieles a sus convenios con Él y deseen lo correcto”15.
Así como el creer en las doctrinas restauradas del Plan de Salvación puede aumentar los desafíos de estar soltero, puede hallar consuelo y esperanza al creer también en el plan de Dios, en la naturaleza divina de usted y en el matrimonio eterno para todos los que vivan dignos de esa gran bendición.