2023
Un conducto de inspiración
Junio de 2023


“Un conducto de inspiración”, Liahona, junio de 2023.

Voces de los Santos de los Últimos Días

Un conducto de inspiración

En respuesta a mi oración, el Señor me utilizó para bendecir a uno de Sus hijos.

matrimonio misionero

Fotografía por cortesía de la familia Brandenburg

Hace años, mi esposo y yo fuimos llamados a servir en una misión en el Instituto de Religión de Santa Mónica, California, EE. UU., donde no solo servimos como directores de Instituto, sino también como maestros. Una noche, supliqué al Señor en oración: “Permíteme ser un conducto de Tu inspiración para que pueda ayudar a uno de Tus hijos”. Después de mi oración, me fui a dormir, pero desperté a las 4:30 de la madrugada.

Por lo general, mi esposo dictaba un curso del Libro de Mormón a las 7:00 h, pero esa madrugada, el Señor contestó mi oración. El tema de la lección era “El deseo de mi corazón”, pero no tenía idea de lo que mi esposo había programado enseñar, ni consulté su manual de lecciones, sin embargo, me levanté y le dije que quería enseñar la lección ese día, y fui al edificio de Instituto.

Encontré varios pasajes de las Escrituras relacionados con el tema, entre ellos 1 Nefi 2:16: “Y sucedió que yo, Nefi […], teniendo grandes deseos de conocer los misterios de Dios, clamé por tanto al Señor; y he aquí que él me visitó y enterneció mi corazón, de modo que creí todas las palabras que mi padre había hablado”.

Entonces relacioné los deseos de Nefi con los del rey Salomón en 1 Reyes 3:9: “Da, pues, a tu siervo corazón con entendimiento para juzgar a tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo, porque, ¿quién podrá gobernar a este pueblo tuyo tan grande?”.

Ese día solo asistió a la clase un joven que ni siquiera era miembro de la Iglesia, pero yo sabía que esa lección era lo que el Señor había planeado para él. Leímos y analizamos los relatos de las Escrituras de Nefi y Salomón, y entonces le pedí que respondiera por escrito a esta pregunta: “¿Cuáles son los deseos de tu corazón?”. Después de unos minutos, le pregunté si le gustaría compartir lo que había escrito, a lo que respondió “Me gustaría saber si el Libro de Mormón es verdadero y si debo bautizarme”.

El Señor escuchó y pronto respondió el deseo de ese joven. Imaginen nuestro gozo cuando, cuatro meses después, mi esposo y yo asistimos a su bautismo. Estoy agradecida porque, ese día, el Señor hizo de mí un conducto para enseñar una lección inspirada a fin de ayudar a preparar a aquel joven para el bautismo.