Liahona
Somos los hijos del convenio
Octubre de 2024


“Somos los hijos del convenio”, Liahona, octubre de 2024.

Ven, sígueme

3 Nefi 20–26

Somos los hijos del convenio

El Salvador caminando en un campo con ovejas.

All His Majesty [Toda Su majestad], por Yongsung Kim, por cortesía de Havenlight

En 3 Nefi 20–21, leemos acerca de los convenios que Dios ha hecho con Sus hijos. Jesucristo enseñó a Sus discípulos en las Américas:

“Sois del convenio que el Padre concertó con vuestros padres, diciendo a Abraham: Y en tu posteridad serán benditas todas las familias de la tierra […];

sois los hijos del convenio” (3 Nefi 20:25–26).

El presidente Russell M. Nelson ha recalcado repetidamente la importancia de recordar esta gran verdad.

¿Qué significa ser hijos del convenio?

Los hijos del convenio hacen los mismos convenios, es decir, promesas sagradas, con el Padre Celestial y Jesucristo que Ellos hicieron con Abraham (véase Abraham 2:8–11).

En 1843, el Señor le dijo a José Smith:

“Abraham recibió promesas en cuanto a su posteridad y a la del fruto de sus lomos —de cuyos lomos eres tú— […] y en cuanto a Abraham y su posteridad […], tanto en el mundo como fuera del mundo, continuarían tan innumerables como las estrellas […].

“Esta promesa es para ti también, pues eres de Abraham” (Doctrina y Convenios 132:30–31).

Las bendiciones prometidas también se aplican a nosotros. El presidente Nelson enseñó que las promesas incluyen “el derecho de recibir la plenitud del Evangelio, disfrutar de las bendiciones del sacerdocio y llegar a ser dignos de recibir la mayor bendición de Dios: la vida eterna”.

¿Qué pasa si no soy descendiente de Abraham?

Cuando somos bautizados y confirmados miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, pasamos a formar parte de la familia de Abraham. Entonces, “llega[mos] a ser hijos e hijas de Jesucristo mediante la […] obediencia [al Evangelio]”.

¿Qué convenio hace el Padre Celestial con Sus hijos?

El Padre Celestial hace convenio de que, mediante la redención y Resurrección de Jesucristo, podemos regresar a vivir con Él y llegar a ser semejantes a Él. Ese es el propósito del Plan de Salvación. El presidente Nelson ha enseñado: “El plan del Padre Celestial para Sus hijos nos permite vivir donde y como Él vive y, finalmente, llegar a ser cada vez más semejantes a Él. Su plan pone a nuestra disposición las más ricas bendiciones de toda la eternidad, incluyendo el potencial de llegar a ser ‘coherederos con Cristo’ [Romanos 8:17]”.

El Salvador caminando por una senda.

Come, Follow Me [Ven, sígueme], por Kolby Larsen, prohibida su reproducción

¿Por qué hacemos convenios con el Padre Celestial?

Regresamos con el Padre Celestial cuando hacemos convenios con Él y los guardamos. Eso es a lo que los profetas se refieren cuando hablan de andar por la senda de los convenios. El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó: “Nos embarcamos en esa senda desde la puerta del bautismo […]. En el curso de la senda de los convenios […], recibimos todas las ordenanzas y convenios pertenecientes a la salvación y la exaltación”.

¿Qué es el nuevo y sempiterno convenio?

Otro nombre del convenio abrahámico es el nuevo y sempiterno convenio. Es nuevo en el sentido de que fue restaurado por medio de José Smith como la plenitud del Evangelio de Jesucristo. Es sempiterno porque es el mismo convenio que Dios ha hecho con Sus hijos cada vez que las personas han estado dispuestas a recibirlo.

Cada convenio que hacemos es parte del nuevo y sempiterno convenio, incluidos el bautismo, el recibir el Sacerdocio de Melquisedec en el caso de los hombres, y la investidura y el sellamiento en el templo (el matrimonio eterno).