Liahona
Mi necesidad de sanación
Octubre de 2024


“Mi necesidad de sanación”, Liahona, octubre de 2024.

Voces de los Santos de los Últimos Días

Mi necesidad de sanación

A través de un himno sacramental, el Espíritu me enseñó acerca de conceder y aceptar el perdón.

Imagen
Personas cantando en la Iglesia.

Ilustración por Michael J. Bingham

Un domingo, estaba sentada en la capilla, con ira y frustración. Mi esposo, Aaron, y yo habíamos tenido una discusión la noche anterior, y fui a la Iglesia todavía sintiéndome perturbada y molesta. Permanecí enojada con Aaron hasta que comenzó la reunión con el himno sacramental, mientras pensaba: “Tiene que pedirme perdón”.

Al prepararnos para tomar la Santa Cena, nuestra congregación cantó el himno “As Now We Take the Sacrament” [Al tomar la Santa Cena]. Seguía enojada durante la primera estrofa, pero luego comenzó la segunda estrofa: “Ahora, al recordar lo pasado, sabemos que debemos arrepentirnos”.

Dejé de cantar. Escuché a mi esposo, a mis hijos y a los miembros del barrio que seguían cantando: “El camino a Ti es la rectitud, la forma en que llevaste Tu vida”.

Se conmovió mi corazón. Tal vez, después de todo, el sentirme perturbada no tenía que ver con mi esposo, tal vez tenía que ver conmigo.

El himno continuó:

“Don Tuyo es el perdón

que procuramos con pureza.

Nuestras manos ahora prometen hacer Tu obra,

tomamos la Santa Cena”.

Yo estaba enojada, cuando en realidad tenía que ser humilde y buscar el perdón del Padre Celestial; el don que Su Hijo Jesucristo hizo posible.

Se me llenaron los ojos de lágrimas al mirar a nuestros pequeños. Toda la ira y los nervios que había sentido, toda la culpa y el resentimiento que se me había acumulado en el pecho, se desvanecieron. Ese momento tenía que ver con lo que yo debía hacer para cambiar a fin de poder buscar y recibir el perdón de mi Padre Celestial y de Jesucristo. A través de un himno, el Espíritu me enseñó claramente sobre el perdón y sobre mi necesidad de recibirlo y de concederlo.

El presidente Russell M. Nelson ha dicho: “¡Les ruego que vengan a Él para que Él pueda sanarlos a ustedes! Él los sanará del pecado, conforme se arrepientan; los sanará de la tristeza y del miedo; los sanará de las heridas de este mundo”.

Mientras estaba sentada allí, escuchando la letra del himno y participando de la Santa Cena, sentí la necesidad que tenía de sanar y supe a Quién debía recurrir. Las verdades que aprendí sobre el perdón durante esa reunión me acercaron más al Señor y a mi esposo.

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