2024
La restauración de mi vida
Diciembre de 2024


Voces de los miembros

Restauración de mi vida

Ahora entiendo que tenía que pasar por este proceso para que Dios se manifestara en mí.

Hace un año y medio, mi esposo se arrodilló y pidió a Dios que nos permitiera conocer una iglesia. En las redes sociales encontró a los misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ellos lo contactaron y comenzaron a visitarlo cada semana para darle las charlas, confieso que eso, al principio, no fue de mi agrado.

Por mucho tiempo, mi salud se vio afectada por una enfermedad del corazón. En febrero de 2024, tuve un evento cardíaco muy fuerte e ingresé de emergencia al hospital, fue una experiencia que me llevó al borde de la muerte.

Al salir del hospital entré en depresión, vivía angustiada de que en cualquier momento tuviera otro evento. Mi esposo les pidió a los poseedores del sacerdocio de la Iglesia que me dieran una bendición y ocurrió el primer milagro. Me programaron la cirugía para mayo de este año, no obstante, un estado de paz y confianza me llenó. Adelantaron la cirugía dos semanas y me dieron otra bendición.

¡Cada bendición era un milagro! En la última bendición que recibí, me dijo el obispo: “Te acompañarán ángeles y todo saldrá bien”. Sentí como si Dios me estuviera dando un abrazo; me mostraba que estaría conmigo en todo momento. Así fue, los doctores fueron ángeles, las enfermeras mis compañeras de cuarto y todo fue tal como se me indicó en la bendición.

Salí con un corazón nuevo, deseando con toda mi alma pertenecer a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde realmente el amor de los hermanos y la autoridad del sacerdocio me confirmaron el amor que reina en Su Iglesia.

Fui bautizada la última semana de mayo y soy miembro de la Iglesia. Ahora entiendo con claridad que tenía que pasar por este proceso para que Dios se manifestara en mí, doy testimonio que así sucedió en mi vida y sé que los milagros continuarán ocurriendo. Esta es la Iglesia verdadera y viviente, con una organización perfecta y es dirigida personalmente por nuestro Señor Jesucristo.