Voces de los miembros
Recibimos inspiración al trabajar en la obra misional
Al conocer la historia y fe de las personas, he comprendido su valentía por hacer convenios y cumplirlos.
Tengo un gran amor por la obra misional y me involucro seriamente en esta labor, es tan importante para mí que mis hijos han decidido acompañarme. Sé que, cuando trabajamos con ahínco para el Señor, Él cuida de nosotros en todo momento, sin importar los desafíos.
He enfrentado diversas experiencias a lo largo de mi vida como miembro de la Iglesia y, debido a mi fe en Jesucristo y en Su amor, nunca he dudado. Entiendo que la obra misional es el medio por el cual el Señor cumple Su plan de llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre.
En diferentes oportunidades he acompañado a las misioneras a enseñar, también he tenido la oportunidad de presenciar muchos bautismos. Al conocer la historia y fe de las personas, he comprendido su valentía cuando hacen convenios y los cumplen, además he visto el amor que Dios les tiene. Cada una de estas vivencias ha sido un recordatorio del poder transformador del Evangelio en la vida de la gente. Incluso cuando no se lleve a cabo un bautismo, saber que hemos hecho nuestra parte, llena mi corazón de paz y satisfacción.
Cada miembro de la Iglesia es un misionero en potencia, esta convicción es lo que me inspira a seguir compartiendo el Evangelio con quienes me rodean. Cada pequeño esfuerzo que hago puede hacer la diferencia en la vida de alguien más. Por eso, estoy comprometida a continuar siendo un instrumento en las manos de Dios para llevar luz y esperanza a aquellos que aún no han recibido el mensaje de Jesucristo.
La obra misional ha fortalecido mi testimonio y mi amor por el Señor y Su obra. Seguiré apoyando esta labor con todo mi corazón, sabiendo que Él está conmigo en cada paso.