Voces de los miembros
Oh, Dios, ¡ayúdame a salir de este abismo de oscuridad!
Hace unos años, mi familia y yo estábamos viviendo las tormentosas consecuencias de mis malas decisiones debido a mis vicios. Un día, sentí la enorme carga de todos esos problemas, estaba agobiado al ver cómo mi esposa e hijos sufrían por mi causa. En ese momento me arrodillé y le pedí a Dios que me ayudara a salir de ese profundo abismo de oscuridad y supliqué Su perdón y Su guía para saber a qué iglesia debía unirme.
No tengo idea cuánto tiempo estuve de rodillas orando, atormentado por mis pecados, cuando mi cuerpo se estremeció, de inmediato sentí un alivio, como si mis cargas fueran aliviadas. Al llegar a mi casa, le pedí perdón a mi esposa y a mis hijos por el daño causado, a partir de ese momento mi vida tuvo un cambio drástico.
A los seis meses, nos visitaron unas misioneras de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Se presentaron como representantes de Jesucristo. Mi corazón se llenó de gratitud al darme cuenta de que mi oración había sido contestada.
Nos enseñaron sobre la restauración del Evangelio de Jesucristo y el Plan de Salvación, también nos extendieron la invitación para asistir a la capilla. Semanas más tarde, Suyapa, mi esposa, mi hija, Allison, y yo fuimos bautizados. Fue un gozo inmenso unirme a la Iglesia de Jesucristo junto con mi familia, finalmente mi perdón era completo gracias al bautismo.
Continuamos aprendiendo y preparándonos para ir al templo, finalmente fuimos sellados como familia en la Casa del Señor. Ahora con mucha gratitud y gozo continuamos perseverando por la senda de los convenios.