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Seguir al profeta José Smith: Buscar revelación personal
Dios ha prometido que si buscamos, hallaremos.
¿Alguna vez ha sentido que no recibe respuestas a preguntas que lo agobian?
No está solo.
He luchado con preguntas y preocupaciones durante años y he acudido a Dios en busca de respuestas, pero a veces siento que los cielos están cerrados para mí. A medida que continúo luchando con las preguntas de la vida, no siempre recibo respuestas claras, pero sigo acudiendo a Dios.
La razón es sencilla: eso es lo que hizo el profeta José Smith.
Cuando era joven, José Smith leyó en la Biblia que si uno tiene falta de sabiduría, debe pedir respuestas a Dios (véase Santiago 1:5). Más tarde fue al bosque, oró y recibió una respuesta en forma de visión celestial (véase José Smith—Historia 1:15–20). Esto podría dar la impresión de que recibió revelación rápidamente, pero esta es una parte importante de esta historia: José se preocupó y pensó mucho en la fe y la religión antes de buscar respuestas.
Según un relato de la Primera Visión de 1832, José tenía unos doce años cuando comenzó a preocuparse por “las importantísimas cuestiones relativas al bienestar de [su] alma inmortal”.
Luchó con esos sentimientos en su corazón y mente durante dos o más años, buscando respuestas, asistiendo a diferentes iglesias y leyendo la Biblia (véase José Smith—Historia 1:3–10). Entonces decidió buscar una respuesta por medio de la oración.
Cuando lo hizo, a la edad de catorce, el Padre Celestial y Jesucristo se le aparecieron y José hizo esta pregunta: “¿Cuál de todas las [iglesias] era la verdadera?” (José Smith—Historia 1:18). La respuesta que le dio el Señor fue que no se uniera a ninguna iglesia (véase José Smith—Historia 1:19).
Esta búsqueda no fue una experiencia aislada. Después de que Dios contestó su oración, José pasó el resto de su vida buscando respuestas del Señor y las recibió. Muchas de ellas están ahora registradas en Doctrina y Convenios y forman parte de las Escrituras de la Iglesia.
El presidente Russell M. Nelson dijo: “Una de las cosas que el Espíritu ha grabado repetidamente en mi mente, desde que recibí el nuevo llamamiento como Presidente de la Iglesia, es cuán dispuesto está el Señor a revelar Su disposición y voluntad. El privilegio de recibir revelación es uno de los dones más grandiosos que Dios da a Sus hijos”.
Me tomo muy en serio ese mensaje y el ejemplo de José. Usted también puede hacerlo. No pierda la esperanza si siente que no recibe las respuestas que necesita. Dios ha prometido que, si buscamos, hallaremos (véase Mateo 7:7). Siga buscando y, al igual que José Smith, Dios le revelará las respuestas.