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¿Cómo establezco metas rectas y realistas?
Estos tres principios pueden ayudarlo a trabajar en pos de sus deseos justos por medio de Jesucristo.
El comienzo de un nuevo año es un momento natural para buscar un nuevo comienzo y establecer metas. Sin embargo, a veces los problemas familiares, las dolencias físicas, las dificultades mentales u otros desafíos hacen que sea difícil lograr nuestras metas.
Frente a esos obstáculos, Jesucristo hace posible que “ha[gamos] muchas cosas de [nuestra] propia voluntad y efectu[emos] mucha justicia” (Doctrina y Convenios 58:27). En esta época de renovación, estos tres principios pueden ayudarlo a establecer metas rectas por medio de Cristo.
1. Acuda a Cristo
En momentos de dificultad, es posible que se pregunte si vale la pena establecer metas o incluso si es posible alcanzarlas. El profeta Mormón hizo una pregunta similar: “¿Cómo es posible que os aferréis a todo lo bueno?” (Moroni 7:20). Luego explicó cómo las personas a lo largo del tiempo han ejercido “fe en Cristo; y así, por medio de la fe, se aferraron a todo lo bueno” (Moroni 7:25).
Por medio de la fe en Cristo, podemos hacer y obtener cosas buenas. Su poder, Su amor y Sus enseñanzas nos permiten cumplir nuestros deseos justos. En los primeros días de la Restauración, el Señor dijo a Sus siervos: “Si queréis, seréis el medio para hacer mucho bien en esta generación” (Doctrina y Convenios 6:8).
¿Qué significa para usted “hacer mucho bien”? Hay muchas maneras en las que Dios podría utilizar sus talentos y cualidades únicos para edificar Su reino. Al pensar en las metas que quiere fijar, busque inspiración y ayuda de Él. “Consulta al Señor en todos tus hechos, y él te dirigirá para bien” (Alma 37:37).
2. Dé pasos pequeños y sencillos
En el Libro de Mormón aprendemos que “por medio de cosas pequeñas y sencillas se realizan grandes cosas” (Alma 37:6). Esta enseñanza puede hacer que nuestras metas parezcan menos desalentadoras y más factibles. Dios a veces obra “por medios muy pequeños” (Alma 37:7) y nos da Su palabra “línea por línea, precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí” (2 Nefi 28:30).
Usted también puede trabajar en sus metas “línea por línea” y en pasos “muy pequeños”. Estos son algunos ejemplos de cómo establecer metas para hacer el bien, junto con pequeñas maneras de trabajar para lograr el éxito:
Metas |
Pasos “pequeños y sencillos” (véase Alma 37:6) |
Ministrar a los pobres, enfermos o afligidos. |
Dedique tiempo a escuchar a alguien que esté enfrentando una prueba. |
Demostrar amor a quienes están solos. |
Siéntese con alguien que esté solo en la iglesia. |
Cuidar de los niños, los ancianos o las personas con discapacidades. |
Programe tiempo para visitar a un anciano que conozca o una residencia de ancianos. |
Trabajar para ayudar a mantenerse a usted mismo o a su familia. |
Pídale consejo profesional a alguien a quien respete. |
Cumplir con su llamamiento en la Iglesia. |
Ore para pedir guía en su llamamiento. |
Ofrecerse como voluntario en proyectos comunitarios o prestar servicio cívico. |
Dedique de diez a quince minutos a buscar oportunidades de voluntariado locales. |
Nutrir su cuerpo, mente y espíritu con materiales y actividades saludables. |
Haga una lista de alimentos nutritivos que podría comer esta semana. |
Mejorar los hábitos personales o las rutinas familiares en relación con el estudio de las Escrituras, la oración, la asistencia a la iglesia y la adoración en el templo. |
Establezca una alarma o un recordatorio diario para estudiar las Escrituras. |
Prestar servicio a quienes han fallecido al hacer la obra de historia familiar. |
Inicie sesión en FamilySearch.org y aprenda a utilizar una función que conozca poco. |
Compartir el Evangelio de Jesucristo con los demás. |
Cuéntele a un amigo cuál es su pasaje de las Escrituras o su discurso de la conferencia general favorito. |
Aprender nuevas habilidades que puedan ayudarlo a edificar el Reino de Dios. |
Busque un video que enseñe una habilidad que desee aprender. |
Como señaló el élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles: “Cuando contemplamos nuestra vida y vemos cien cosas para hacer, nos sentimos abrumados. Cuando vemos una sola cosa —amar y servir a Dios y a Sus hijos, de cien maneras diferentes—, entonces podemos trabajar en esas cosas con gozo”.
3. Siga adelante
Si su progreso es lento o tropieza en el camino, no se desanime. Nefi nos indicó que debemos “seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza” (2 Nefi 31:20). Jesucristo está listo para levantarlo y ayudarlo a intentarlo de nuevo.
El cielo se regocija por cada esfuerzo que hagamos por lograr nuestras metas, por imperfecto que este sea. El presidente Howard W. Hunter dijo: “Todos experimentamos ciclos de progreso y momentos en los que luchamos contra estos desafíos inevitables del retroceso. Grandes bendiciones del Señor acompañan nuestros esfuerzos por progresar”.
Su Padre Celestial conoce sus deseos y sus desafíos. Él puede guiarlo y ayudarlo en sus metas justas. Ore a Él y Él consagrará lo que logre, por pequeño que sea, “para el beneficio de [su] alm[a]” (2 Nefi 32:9).