Lección 11
Doy gracias por los peces
Objetivo
Que cada uno de los alumnos sienta gratitud hacia el Padre Celestial y Jesucristo por los peces y otros animales acuáticos.
Preparación
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Estudie, con la ayuda de la oración, Génesis 1:20–23; Jonás 1–3; Mateo 14:15–21; y Lucas 5:1–11.
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Materiales necesarios:
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Una Biblia.
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Peces de papel (vea el patrón que está al final de la lección).
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Una “caña de pescar”: un palito con un trozo de cordel (hilo grueso) atado en una de las puntas; en el extremo del hilo coloque un gancho de presilla, un trozo de cinta adhesiva o un imán pequeño (guarde el palito para volver a utilizarlo en otras lecciones).
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Un recipiente en el que quepan los peces de papel.
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Si es posible, consiga láminas o fotos de peces y otros animales acuáticos.
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La figura 1–5, de unos peces (hay una figura similar en Primary Visual Aids—Cutouts set 4 [Ayudas visuales de la Primaria: Figuras para recortar, paquete 4]).
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Las siguientes láminas: 1–1, “El mundo” (62196); 1–24, “Jesús y los pescadores” (“Las bellas artes del Evangelio” 210; 62138; 1–25, “Un pez”; 1–26, “Una rana”; 1–27, “Una tortuga”.
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Haga los preparativos para las Actividades Complementarias que desee llevar a cabo.
Actividades de aprendizaje
Pida a un alumno que ofrezca la primera oración.
Actividad para despertar la atención
Diga a los niños que hagan de cuenta que están sobre un puente, mirando el río que corre debajo.
• Si tratan de mirar dentro del agua, ¿qué ven?
Dígales que se pongan de pie y que hagan como si fueran peces que nadan en el agua.
Nuestro Padre Celestial le pidió a Jesucristo que creara los peces y los demás animales que viven en el agua
Muéstreles la lámina 1–1, del mundo, y repase con ellos algunas de las otras cosas que nuestro Padre Celestial le pidió a Jesús que creara y de las que han hablado en las lecciones anteriores. Dígales que Jesús también creó los peces (véase Génesis 1:20–23). Los peces son parte del plan que nuestro Padre Celestial tenía para la tierra. Muéstreles la lámina 1–25, de un pez, y hable con la clase del lugar donde viven estos animales.
• ¿Han visto ustedes un pez? (Explíqueles que, aunque se les llama comúnmente pescados, un “pescado” es un pez que ya se ha sacado del agua.)
Deje que los alumnos hablen de los peces que hayan visto.
Muéstreles la figura 1–5, de unos peces, y cualquier otra lámina o fotografía de peces o pescados que haya conseguido. Hable con ellos sobre las diferentes clases de peces que hay, especialmente aquellos con los que los niños de su clase estén más familiarizados.
• Además de los peces, ¿qué otros animales viven en el agua?
Muéstreles las láminas 1–26, de una rana, y 1–27, de una tortuga, y hable con ellos de estos animales y de los lugares donde viven; hablen también de las ballenas, los cangrejos, las focas y otros animales acuáticos. Explíqueles que algunos de los animales que viven en el agua están en el océano, otros en los ríos y otros en los lagos.
Actividad
Diríjalos para que cada uno de los niños piense en un animal que viva en el agua y haga lo que ese animal hace, por ejemplo, caminar como una tortuga, nadar como un pez o brincar como una rana.
Relato
Muéstreles la Biblia y dígales que en las Escrituras hay relatos de peces. Cuénteles la historia de Jonás, que se encuentra en Jonás 1–3, explicándoles que para que éste no se ahogara, Jesús hizo aparecer un gran pez que se lo tragó, porque Él quería que Jonás hiciera algo especial. Si lo desea, mientras les hace el relato, puede leerles uno o dos versículos, por ejemplo 1:17 ó 2:1. (Si les lee, explíqueles que en esa época a Jesús se le llamaba “Jehová”.)
• ¿Quién mandó el gran pez que se tragó a Jonás? (Véase Jonás 1:17.)
• ¿Qué hizo Jonás cuando el pez lo tragó? (Véase Jonás 2:1.)
• ¿Qué hizo Jonás cuando salió de adentro del pez? (Véase Jonás 3:1–3.)
• ¿Le creyó la gente a Jonás y se arrepintió? (Véase Jonás 3:5, 10.)
Dígales que algunos peces son muy grandes, como el que se tragó a Jonás, y otros tan pequeños que pueden vivir en una pecera.
Actividad
Diríjalos en la siguiente actividad:
Mi pececito de colores
Mi lindo pececito de colores
en el acuario nada feliz (hacer con los brazos el movimiento de nadar).
Mi pececito no puede oler las flores (hacer como si se oliera una flor)
porque no tiene nariz (tocarse la nariz).
Con mi pececito quisiera jugar,
pero soy chiquito y no sé nadar (hacer con los brazos movimientos de nadar).
Relato
Muéstreles la Biblia otra vez y cuénteles la historia de Simón Pedro que se encuentra en Lucas 5:1–11; y, cuando llegue el momento apropiado, muéstreles la lámina 1–24, de Jesús y los pescadores.
• ¿Para qué entró Jesús en el bote de Simón Pedro? (Véase Lucas 5:3.)
• ¿Qué le dijo Jesús a Simón Pedro que hiciera? (Véase Lucas 5:4.)
• ¿De qué se llenó la red? (Véase Lucas 5:6.)
El Padre Celestial le pidió a Jesucristo que creara peces y otros animales acuáticos para nosotros
Explíqueles que el Padre Celestial hizo que Jesús creara los peces y animales acuáticos para que nosotros los utilizáramos como alimento y con otros usos.
Relato
Vuelva a señalar la Biblia y cuénteles lo que se relata en Mateo 14:15–21; si lo desea, léales uno o dos versículos, como el 16 y el 17, mientras les cuenta la historia.
• ¿Qué hizo Jesús cuando le dijeron que la gente tenía hambre? (Véase Mateo 14:15–16.)
• ¿Qué les dio de comer? (Véase Mateo 14:19.)
Actividad
Muestre a la clase la “caña de pescar” que preparó y haga que uno de los niños pase al frente para pescar. Dígale que para hacerlo tiene que meter el hilo dentro del recipiente de los peces (con los peces recortados que usted llevó); cuando el niño lo haga, enganche uno de los peces en el gancho de presilla, el trozo de cinta adhesiva o el imán y deje que el alumno saque “el hilo” con su pez. Cada uno debe tener la oportunidad de hacerlo.
Hable con los niños sobre alguna vez en que hayan ido ellos a pescar o en que hayan comido pescado.
Testimonio
Exprese su gratitud por tener peces y otros animales acuáticos.
Actividades complementarias
Elija algunas de las siguientes actividades para llevar a cabo durante la lección.
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Haga que los niños coloreen los pescados que hayan sacado del recipiente (previamente, escriba en la parte de atrás de cada pescado la frase: “Doy gracias por los peces”).
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Coloque a los niños sentados en un semicírculo; coloque en el suelo, enfrente de cada uno, un pescadito de los que colorearon y digan juntos el siguiente versito:
Pececito pececito,
te pesco sin anzuelito.
Nombre a uno de los niños y haga que señale con el dedo o con la caña de pescar el pececito que coloreó, diciendo al mismo tiempo: “Pesqué uno —————”, mencionando el color del pececito. Dígale que se lo puede llevar a casa. Continúe, hasta que todos los alumnos hayan participado.
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Cante con los niños “Demos gracias al Padre” (Canciones para los niños, pág. 15).
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Dirija a los niños para que hagan los movimientos que se describen a continuación mientras usted les dice el versito.
La tortuguita hambrienta
Tengo una tortuguita
adentro de una cajita (poner las manos ahuecadas, una sobre la otra, como formando la cajita).
A ella le gusta nadar (hacer con los brazos movimientos de nadar)
y por las piedras trepar (hacer con los dedos el movimiento de las patas al caminar).
Quiso cazar un pececito (con las manos ahuecadas, una contra la otra, hacer como una boca que se abre y se cierra),
quiso cazar un mosquito (el mismo movimiento anterior);
a un moscardón atacó (repetir el movimiento),
¡y a mí también me mordió! (repetir el movimiento).
Al fin cazó el pececito (repetir el movimiento)
y tragó entero el mosquito (repetir el movimiento);
al moscardón se comió (repetir el movimiento), ¡pero a mí no me cazó!
(Vachel Lindsay, de Collected Poems of Vachel Lindsay. © 1920 por Macmillan Publishing Co., Inc. Renovados en 1948 por Elizabeth C. Lindsay. Usado con permiso.)
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Ayude a los niños a decir las palabras de la actividad siguiente:
Cinco pececitos
Llame a cinco niños que pasen al frente y déle a cada uno un pececito de papel para tener en la mano.
Cinco pececitos nadan en el río,
a uno lo pescan, ¡ay, ay, ay, qué lío! (uno de los niños vuelve a su asiento).
Pececitos lindos, ¡qué alegres están!
Pececitos lindos a jugar se van.
Digan otro verso repitiendo las mismas palabras pero con “cuatro pececitos”, luego con tres y con dos, haciendo que uno de los niños se siente después de cada verso. Cuando sólo quede un niño, diga el siguiente verso:
Sólo un pececito en el río quedó,
y este picarón muy bien se escondió (que el niño se vaya también a su asiento);
pececito lindo, escondido está;
pececito lindo a dormir se irá.
Otras actividades para los niños más pequeños
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Muestre a los niños las láminas 1–25, del pez; 1–26, de la rana; y 1–27, de la tortuga. Con sus propias palabras, y en forma sencilla cuénteles la historia de la creación de los peces y otros animales acuáticos (véase Génesis 1:20–23). Exprese su gratitud por esos animales.
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Dígales que hay muchos animales que viven dentro del agua o cerca de ella. Haga que adivinen de qué animal se trata cuando usted se lo describa de la siguiente forma:
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Tengo la piel verde y resbalosa, y para caminar doy grandes brincos (saltos). Vivo cerca de los lagos, los arroyos y los estanques o charcos de agua. ¿Adivinan quién soy?
(Cuando los alumnos hayan adivinado que es una rana, muéstreles la lámina 1–26 o dibújeles una en la pizarra.)
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Camino muy despacio y llevo a la espalda una caparazón dura que es mi casa. Cuando me asusto, meto la cabeza y las patas dentro de la caparazón para esconderme. ¿Quién soy?
(Cuando hayan adivinado que es la tortuga, muéstreles la lámina 1–27 o dibújeles una tortuga en la pizarra.)
Después de que hayan jugado a esta adivinanza, hágalos brincar por el cuarto como ranas; luego, hágalos andar en cuatro pies y muy despacio, como tortugas.
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Cante con los niños “¿Qué haces en el verano?” (Canciones para los niños, pág. 120).