Lección 42
Formo parte de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Objetivo
Que todos los alumnos entiendan que ellos también forman parte de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Preparación
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Estudie, con la ayuda de la oración, Marcos 1:9–11; Doctrina y Convenios 115:4; José Smith—Historia 1:5, 10–19. Vea también Principios del Evangelio (31110), capítulo 17.
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Corte un trozo grande de cartulina o cartón en piezas grandes de rompecabezas, tantas como haya personas en la clase, incluyendo al maestro. Escriba el nombre de cada miembro de su clase en una pieza del rompecabezas.
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Materiales necesarios:
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Un juego completo de las Escrituras.
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Las siguientes láminas: 1–4, “La Primera Visión” (“Las bellas artes del Evangelio” 403; 62470); 1–8, del servicio de la Santa Cena (62021); 1–12, de la confirmación de una niña (62020); 1–18, “Juan el Bautista bautiza a Jesús” (“Las bellas artes del Evangelio” 208; 62133); 1–39, de la bendición de un bebé; 1–40, de la bendición de los enfermos; y una fotografía del Profeta actual de la Iglesia.
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Haga los preparativos para las Actividades Complementarias que desee llevar a cabo.
Actividades de aprendizaje
Pida a un alumno que ofrezca la primera oración.
Actividad para despertar la atención
Levante en alto la pieza del rompecabezas que tenga su nombre y muéstrela a los niños. Dígales lo que es y entregue a cada uno la que le corresponda; ayúdeles a armar el rompecabezas. Señale cada uno de los nombres leyéndolo en voz alta, y explíqueles que, así como cada pieza forma parte del rompecabezas, cada uno de ellos forma parte de la clase.
• ¿De qué otras cosas forman parte ustedes?
Dígales que formamos parte de grupos como el de nuestra familia, el del vecindario en que vivimos, el de los amigos que tenemos. También formamos parte de la Iglesia de Jesucristo, porque somos miembros de ella.
Muéstreles la lámina 1–39, de la bendición de un bebé.
• ¿Qué se ve en esta lámina? ¿Qué están haciendo?
Explíqueles que algunos de ellos habrán recibido el nombre y una bendición poco después de nacer y su nombre se anotó en los registros de la Iglesia; por eso, pueden decir: “Yo formo parte de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”.
Diríjalos para que repitan varias veces: “Yo formo parte de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”.
Actividad
Dirija a los alumnos para que hagan los movimientos del verso “Contento de ir a la Iglesia”:
Vine a la Iglesia y estoy contento (formar la torre de una iglesia juntando las puntas de los dos dedos índices);
vine a escuchar (poner la mano ahuecada junto a la oreja) y a orar (cruzar los brazos y agachar la cabeza),
a aprender de Jesús que está en el cielo (señalar hacia arriba)
y a saber que Él siempre me va a amar (cruzar los brazos sobre el pecho como abrazándose).
Explíqueles que vamos a las reuniones de la Iglesia para aprender sobre Jesús y sobre lo que Él quiere que hagamos. Dígales que en esta lección aprenderán algunas de las cosas más importantes de la Iglesia de Jesucristo.
La Iglesia de Jesús tiene el sacerdocio
Muestre a la clase las siguientes láminas: 1–8, del servicio de la Santa Cena; 1–12, de la confirmación de una niña; y 1–40, de la bendición de un enfermo. Deje que ellos digan lo que sepan sobre lo que representa cada una de las láminas. Explíqueles que para hacer esas cosas se necesita tener el sacerdocio, que el sacerdocio es el poder que tienen el Padre Celestial y Jesús, y que se lo han dado a los hombres buenos de la Iglesia para que puedan ayudar a hacer la obra de Dios en la tierra. Señale a los poseedores del sacerdocio que aparecen en las láminas. Haga que los niños repitan varias veces la palabra sacerdocio.
• ¿A quién conocen ustedes que posea el sacerdocio?
Ayúdeles a comprender que los hombres que poseen el sacerdocio pueden bendecir y repartir la Santa Cena, bautizar, dar bendiciones y hacer otras cosas importantes. Muéstreles otra vez la lámina 1–39, de la bendición de un bebé, y dígales que también los niñitos son bendecidos por hombres que poseen el sacerdocio.
Relato
Muéstreles la lámina 1–18, de Juan el Bautista bautizando a Jesús, y deje que ellos hagan comentarios de lo que recuerden sobre lo que representa la lámina. Repase brevemente el relato que se encuentra en Marcos 1:9–11.
• ¿Quién está bautizando a Jesús? (Véase Marcos 1:9.)
• ¿Qué poder tenía Juan para bautizar a Jesús? (El sacerdocio.)
Explíqueles que el ser bautizado por un hombre que tenga el sacerdocio es muy importante para poder ser miembro de la Iglesia de Jesús, y que cuando ellos cumplan los ocho años, podrán ser bautizados y ser miembros de la Iglesia de Jesucristo.
La Iglesia de Jesucristo tiene un Profeta
Muéstreles la lámina 1–4, de la Primera Visión, y cuénteles esa historia, que se encuentra en José Smith—Historia 1:5, 10–19.
• ¿Quiénes aparecieron en el bosque para hablar con José Smith? (Véase José Smith—Historia 1:17.)
Explíqueles que llamamos “Profeta” a José Smith porque él habló con nuestro Padre Celestial y con Jesús, y que el Profeta es quien nos dice todo lo que nuestro Padre Celestial y Jesucristo quieren que sepamos.
• ¿Qué es un Profeta? (Es el hombre a quien nuestro Padre Celestial ha llamado para decirnos lo que Él y Jesús quieren que sepamos.)
Muéstreles una fotografía del Profeta viviente de la Iglesia y hábleles de él. Dígales que la Iglesia de Jesucristo siempre tiene un Profeta que nos enseña lo que el Padre Celestial y Jesús quieren que sepamos y hagamos.
Canción
Enseñe a los alumnos a cantar o repetir la letra del coro de “Sigue al Profeta” que aparece a continuación (Canciones para los niños, pág. 58). Explíqueles que “error” quiere decir hacer algo malo. Mientras cantan, deje que uno de los niños sostenga la foto del Profeta.
Sigue al Profeta, sigue al Profeta,
sigue al Profeta, deja el error.
Sigue al Profeta, sigue al Profeta,
pues lo que él dice manda el Señor.
La Iglesia de Jesucristo tiene las Escrituras
Levante en alto las Escrituras.
• ¿Qué es esto que tengo en la mano?
Deje que los niños hagan comentarios sobre lo que sepan de esos libros. Recuérdeles que las Escrituras contienen las enseñanzas de nuestro Padre Celestial y de Jesucristo, y muchas historias verdaderas de Jesús, los Profetas y otras personas. Las Escrituras son muy importantes en la Iglesia de Jesucristo.
Somos parte de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
• ¿De quién es la Iglesia de la que formamos parte?
• ¿Cómo se llama la Iglesia de la cual somos parte?
Léales Doctrina y Convenios 115:4. Explíqueles que el nombre significa que es la Iglesia de Él en estos tiempos en que vivimos. Hágales comprender que en todo el mundo hay personas que son miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y forman parte de ella.
Si le parece conveniente, dígales también que en la tierra hay muchas otras iglesias que hablan sobre Jesús y enseñan a la gente a vivir mejor, pero que ninguna tiene, como la nuestra, el sacerdocio de Dios, un Profeta que la dirige ni todas las Escrituras.
Actividad
Diga a los niños que todos los que formen parte de la Iglesia de Jesucristo se pongan de pie; recalque el hecho de que todos ellos deben estar de pie. Hágales repetir: “Yo formo parte de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”.
Repase brevemente, mostrándoles láminas y las Escrituras, que el sacerdocio de Dios, el Profeta y las Escrituras son partes muy importantes de la Iglesia de Jesucristo.
Testimonio
Expréseles su testimonio de la veracidad del Evangelio. Hábleles con entusiasmo de lo importante y maravilloso que es ser parte de la Iglesia verdadera de Jesús.
Actividades complementarias
Elija algunas de las siguientes actividades para llevar a cabo durante la lección.
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Antes de la clase, prepare para cada alumno una insignia que diga: “Yo formo parte de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”. Deje que los niños las coloreen y las lleven a su casa.
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Haga con ellos la siguiente actividad con movimientos de los dedos:
Aquí está la Iglesia
Aquí está la Iglesia (juntar las manos con los dedos entrelazados hacia adentro),
y la torre alta acá (levantar los dedos índices y juntar las yemas);
si se abren las puertas (abrir las manos mostrando las palmas con los dedos todavía entrelazados),
la gente adentro está (mover los dedos entrelazados).
Cerrando las puertas se ponen a orar (cerrar las manos siempre con los dedos entrelazados; poner las manos cerradas contra una oreja).
Abrimos las puertas y todos se van (abrir las manos y hacer con los dedos movimiento de “caminar”).
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Cuénteles una historia sobre un niño que es parte de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y que asiste a las reuniones. Dígales cómo el niño se sienta con su familia en la reunión sacramental, cómo toma la Santa Cena, cómo se porta con reverencia en la Primaria, cómo ora, canta, etc., mencionando las cosas en las que ellos mismos participan.
También puede hacer que los niños piensen en esas actividades formulándoles preguntas como las siguientes: “¿Qué hacen los domingos los niños que forman parte de la Iglesia de Jesucristo?” “¿Qué deben hacer en la reunión sacramental?” “¿Y en la Primaria?” “¿Qué deben hacer en su casa los domingos?” “¿Qué hacen durante la noche de hogar?” “¿Cómo deben tratar a su familia? ¿Y a los amigos?” Ayúdeles a comprender lo que deben hacer los niños que forman parte de la Iglesia de Jesucristo.
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Pídales que mencionen los grupos de los que forman parte, como la familia, la clase de la Primaria, etc., y que digan qué les gusta más de ser parte de ese grupo. Termine con lo que les guste más (a ellos y a usted) de formar parte de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
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Cánteles o repita la letra de la canción “La Iglesia de Jesucristo” (Canciones para los niños, pág. 48; o véase Liahona, febrero de 1990, “Sección para los niños”, pág. 11).
Otras actividades para los niños más pequeños
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Antes de la clase, haga cuatro dibujos sencillos, cada uno en una hoja de papel: un ojo, una mano, una oreja y una boca.
Diga a los niños que hay muchas cosas que podemos hacer en la Iglesia. Coloque a la vista el dibujo del ojo y dígales que podemos leer historias de las Escrituras; ponga el dibujo de la mano a la vista y dígales que podemos jugar con nuestros amigos; muéstreles el dibujo de la oreja y dígales que podemos escuchar atentamente a nuestros maestros; ponga a la vista el dibujo de la boca y dígales que podemos hablar en voz muy baja mientras estamos en la Iglesia. Haga que cada alumno pase al frente y señale uno de los dibujos, y cuando lo haga, repita usted lo que podemos hacer con esa parte de nuestro cuerpo.
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Dirija a los alumnos para cantar “Historias del Libro de Mormón” (Canciones para los niños, pág. 62), improvisando movimientos que se adapten a las palabras; o, si lo prefiere, hágalos marchar alrededor del cuarto mientras canten.