Lección 44
En la Iglesia, todos podemos ayudar
Objetivo
Que los niños comprendan que todo miembro del barrio o de la rama puede ayudar en la Iglesia.
Preparación
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Estudie, con la ayuda de la oración, 1 Nefi 17:7–15; 18:1–4.
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Prepare de antemano para cada alumno una tarjeta sencilla, hecha de cartulina o de una hoja de papel, para dar a la presidenta de la Primaria o a otra persona que trabaje con los niños en el barrio o en la rama; deje que los niños las coloreen. Puede doblarlas al medio, dibujar una flor en la parte de afuera y escribir Muchas gracias en el interior.
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Materiales necesarios:
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Un Libro de Mormón.
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La “caña de pescar” y los pececitos que empleó en la lección 11 (asegúrese de tener uno para cada alumno). En cada pececito escriba algo que se refiera al obispo o al presidente de rama, como por ejemplo: “Se sienta al frente en las reuniones”, “Él ayuda a todos los miembros”, “A él le entregamos el diezmo”, etc.
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Un recipiente con crayones o lápices de colores.
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Las siguientes láminas: 1–8, del servicio de la Santa Cena (62021); 1–67, de una clase reverente; y 1–71, de la construcción de un barco.
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Haga los preparativos para las Actividades Complementarias que desee llevar a cabo.
Actividades de aprendizaje
Pida a un alumno que ofrezca la primera oración.
Actividad para despertar la atención
Coloque una silla (pesada) en el centro de la sala y trate de levantarla tomándola de una pata (sin que se incline); cuando los alumnos vean que no puede hacerlo, pida a tres de ellos que le ayuden tomando cada uno una pata de la silla y levantándola entre los cuatro a unos centímetros del suelo. Explíqueles que hay muchas cosas que no podemos hacer a menos que tengamos ayuda y que cuando trabajamos juntos, hacemos muchas cosas que no podríamos hacer solos.
Nuestro Padre Celestial y Jesucristo quieren que trabajemos juntos
Relato
Muéstreles la lámina 1–71, de la construcción de un barco, y cuénteles la historia de Nefi y su familia cuando construyeron un barco, según el relato que se encuentra en 1 Nefi 17:7–15 y 18:1–4. Haga hincapié en el hecho de que Nefi necesitó la ayuda del Señor (Jesús) y la de su familia para construir el barco.
• ¿Por qué no habría podido Nefi construir el barco sin ayuda?
• ¿Cómo ayudó el Señor a Nefi? (Véase 1 Nefi 17:8–10; 18:1.)
• ¿Cómo le ayudó a Nefi su familia? (Véase 1 Nefi 18:1.) • ¿Qué pasó cuando todos trabajaron juntos? (Véase 1 Nefi 18:4.)
Inste a los alumnos a hablar de cualquier oportunidad que hayan tenido de trabajar con otras personas.
Actividad
Explíqueles que en la Iglesia también trabajamos juntos y que cada una de las personas que forman parte del barrio (o de la rama) ayuda a las demás. Ya sea con palabras y/o mímica, represente acciones de personas que ayudan a los alumnos a hacer algo todas las semanas, como por ejemplo, la directora de música, el o la pianista, un maestro, la presidenta de la Primaria, etc. Deje que los niños adivinen de quién se trata. Después que adivinen, explíqueles en qué consisten las responsabilidades que esa persona tiene en su llamamiento. Repita la actividad tantas veces como lo desee.
Muéstreles la lámina 1–8, del servicio de la Santa Cena.
• ¿Qué está haciendo este diácono?
• ¿Conocen ustedes a alguien que reparta la Santa Cena?
Explíqueles que los muchachos que tienen el Sacerdocio Aarónico pueden preparar, bendecir y repartir la Santa Cena; haciendo eso, ayudan a los demás de la Iglesia.
Actividad
Explíqueles que en el barrio (o en la rama) hay alguien que ayuda siempre a todas las demás; nuestro Padre Celestial le ha dado una obra muy importante para hacer a esa persona. Haga que los niños se turnen para sacar los pececitos con las referencias y léalas a la clase. Continúe hasta que hayan sacado y leído todas las referencias y que los niños adivinen quién es esa persona.
• ¿Cómo se llama el obispo (presidente de rama)?
• ¿Qué cosas importantes hace él para ayudarnos?
Hable con ellos del trabajo que hacen otras personas en el barrio o en la rama, como por ejemplo, los maestros orientadores y las maestras visitantes. Si lo desea, hablen también de los llamamientos que tengan los familiares de los niños.
Nosotros también podemos ayudar en la Iglesia
Actividad
Desparrame en el suelo los crayones o lápices que haya llevado y pida a uno de los alumnos que los junte; fíjese (por reloj) en el tiempo que le lleve hacerlo. Vuelva a desparramarlos y haga que toda la clase los junte, fijándose otra vez en cuánto tiempo se hace la tarea. Hágales notar que llevó mucho menos tiempo cuando lo hicieron todos, trabajando juntos, y explíqueles que si trabajamos juntos, podemos hacer las tareas mejor y en menos tiempo.
• ¿Qué pueden hacer ustedes para ayudar en la Iglesia?
Hágales sugerencias para que piensen en cosas como mantener limpio el centro de reuniones, ser bondadosos con todos, acercarse a otros niños que puedan tener miedo o estén tristes y tratar de animarlos, demostrar reverencia en las reuniones, etc.
• ¿Qué podemos hacer para ayudar a mantener limpios la sala de clase y el centro de reuniones?
• ¿De qué manera ayudaremos a otras personas que vienen a la Iglesia?
Muéstreles la lámina 1–67, de una clase reverente.
• ¿De qué manera ayudan estos niños?
• ¿Cómo ayudamos a nuestros compañeros siendo reverentes nosotros mismos?
• ¿Cómo ayudamos al maestro cuando somos reverentes?
• ¿Cómo nos sentimos cuando todos son reverentes?
Actividad
Explíqueles que otra manera de ayudar en la Iglesia es decir “Gracias” a las personas que hacen algo por nosotros. Entrégueles las tarjetas que preparó para que las coloreen y, si es posible, vaya con los niños a entregarlas durante el período de clase.
Testimonio
Exprese la gratitud que usted siente por los miembros que ayudan a los demás en el barrio o en la rama; dígales también lo que usted siente por hacer la obra del Padre Celestial al enseñar una clase de la Primaria.
Actividades complementarias
Elija algunas de las siguientes actividades para llevar a cabo durante la lección.
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Si es posible, lleve a los niños a caminar hasta la capilla (o sala de reuniones) y muéstreles dónde se sientan los del obispado (o la presidencia de rama) durante la reunión sacramental. Deje que los alumnos se turnen para sentarse en esas sillas. Después, muéstreles cuál es la oficina del obispo (o del presidente de rama).
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Juegue al juego de tirar una bolsita de granos u objeto blando a un alumno al mismo tiempo que le pide que nombre a una persona del barrio o de la rama que ayude a los demás; pregúntele si sabe lo que hace ese miembro para ayudar. Después pídale a ese niño que le tire la bolsita de vuelta. Continúe el juego hasta que todos los niños hayan tenido por lo menos una oportunidad de participar.
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Después de pedirle la aprobación a la presidenta de la Primaria, invite a uno de los miembros del obispado o a otro líder del barrio o rama a visitar la clase y explicar a los niños cómo ayuda a los miembros.
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Dibuje una carita sencilla en un plato de cartón o en un trozo redondo de cartulina; haga uno para cada alumno. Déles crayones o lápices de color y dígales que cada uno debe agregarle el pelo del mismo color que el de ella o de él. Después, hágalos sentarse con la carita en las rodillas y dígales que cada vez que usted diga algo que ellos pueden hacer para ayudar en la Iglesia, deben levantar la carita en alto; cuando lo que usted diga no sirva de ayuda en la Iglesia, deben quedarse con la carita en la falda. Emplee frases como las siguientes:
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Tiraré papeles debajo de la silla.
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Daré las gracias a los que me ayuden en la Iglesia.
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Iré corriendo por el pasillo hasta la clase.
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En la Iglesia, me portaré en forma reverente.
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Otras actividades para los niños más pequeños
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Juegue con los niños al juego de “Seguir al líder”. Colóquelos en fila y haga que el primero vaya hasta el otro lado del cuarto corriendo, saltando o haciendo alguna otra cosa fácil de imitar; los otros niños deben seguirlo, haciendo lo mismo que le vean hacer a él. Después, el primer niño pasa al final de la fila y el siguiente pasa a ser el líder. Continúe hasta que todos hayan tenido la oportunidad de ser el líder.
Al terminar el juego, recuérdeles que el obispo es el líder del barrio y que él quiere ayudarnos a hacer todo lo necesario para que volvamos a donde está nuestro Padre Celestial.
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Cante la canción “Hazlo conmigo” (Canciones para los niños, pág. 141) y para ello emplee el movimiento que sugiera alguno de los niños de la clase. Repita la canción suficientes veces para que cada niño tenga la oportunidad de escoger un movimiento.