Lección 43
Tenemos un Profeta viviente en la Iglesia
Objetivo
Que los niños comprendan que seremos bendecidos si seguimos al Profeta.
Preparación
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Estudie, con la ayuda de la oración, 1 Samuel 3:1–10, 19–20. Vea también Principios del Evangelio (31110), capítulo 9.
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Anote en trozos de papel varias de las enseñanzas del Profeta actual de la Iglesia; las encontrará en los discursos de las conferencias y en artículos de Liahona. Prepare tantos trozos de papel con enseñanzas como niños tenga en la clase; dóblelos y colóquelos dentro de un tazón o un canasto pequeño, para llevar a la clase. Entre las enseñanzas que anote quizás se encuentren éstas:
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Estudiar las Escrituras todos los días.
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Guardar santo el día de reposo.
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Orar diariamente.
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Asistir a la reunión sacramental y a la Primaria.
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Ser honrado.
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Materiales necesarios:
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Una Biblia.
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Las siguientes láminas: 1–4, “La Primera Visión (“Las bellas artes del Evangelio” 403; 62470); 1–29, “La edificación del Arca” (“Las bellas artes del Evangelio” 102; 62053); 1–42, “El Señor llama al pequeño Samuel” (“Las bellas artes del Evangelio” 111; 62498); 1–66, “Moisés en la zarza ardiente” (“Las bellas artes del Evangelio” 107; 62239); y una fotografía del Profeta actual de la Iglesia.
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Haga los preparativos para las Actividades Complementarias que desee llevar a cabo.
Actividades de aprendizaje
Pida a un alumno que ofrezca la primera oración.
Actividad para despertar la atención
Muéstreles, una por una, las láminas de Noé y el arca (1–29), de Moisés (1–66) y de José Smith (1–4); al mostrarlas, pregúnteles si saben lo que representan y deje que los niños digan lo que sepan.
Después, explíqueles brevemente que Jesús le mandó a Noé construir un arca para que su familia se salvara del diluvio; que le mandó a Moisés libertar a los israelitas de la esclavitud; y que le dijo a José Smith que no se uniera a ninguna de las iglesias que había en la tierra.
Los Profetas hablan con el Padre Celestial y con Jesucristo
Explíqueles que Noé, Moisés y José Smith eran Profetas, y que un Profeta es un hombre que habla con nuestro Padre Celestial y con Jesús. Puesto que nuestro Padre Celestial y Jesucristo no están en la tierra para enseñarnos, tienen Profetas para ayudarles. Nuestro Padre Celestial y Jesús le enseñan al Profeta y el Profeta nos enseña a nosotros lo que debemos hacer para recibir bendiciones y ser felices.
Relato
Muéstreles la lámina 1–42, del niño Samuel, cuando fue llamado por el Señor, y cuénteles el relato del llamamiento de Samuel para ser Profeta, que se encuentra en 1 Samuel 3:1–10 y 19–20. Léales el versículo 10.
• ¿Quién llamó a Samuel mientras estaba acostado? (Véase 1 Samuel 3:4.)
• ¿Quién creyó Samuel que lo llamaba? (Véase 1 Samuel 3:5.)
• ¿Qué le dijo Elí a Samuel que hiciera? (Véase 1 Samuel 3:9.)
• ¿Qué le contestó Samuel a Jesús? (Véase 1 Samuel 3:10.)
Explíqueles que Samuel era un niño la primera vez que el Señor habló con él, pero que cuando creció enseñó a los de su pueblo lo que nuestro Padre Celestial y Jesús querían que hicieran.
Actividad
Llame a tres de los alumnos para que representen la historia haciendo los papeles de Samuel, Elí y Jesucristo; si lo desea, repita la actividad con otros niños de la clase.
Hoy en día tenemos un Profeta en la tierra
Muéstreles la fotografía del Profeta actual de la Iglesia y dígales algo que usted sepa de él.
Haga que los niños se pongan de pie y repitan: “(nombre del Profeta) es un Profeta de Dios”.
• ¿Para qué necesitamos tener un Profeta? (Para saber lo que nuestro Padre Celestial y Jesucristo quieren que hagamos.)
Dígales que el Profeta nos enseña cuando habla en las conferencias (explíqueles que las conferencias son reuniones muy importantes a las que asisten muchas personas). Quizás podamos oír sus palabras en la televisión o escucharlas por radio o en grabaciones. También se encuentran escritas en la revista Liahona, y nuestros padres u otras personas pueden leérnoslas.
Actividades
Haga que cada alumno tome un papel de los que usted preparó de antemano y colocó en un recipiente. Léales lo que dice cada papel y analícelo brevemente con ellos. Dígales que todos esos mensajes son cosas que el Profeta nos enseña que hagamos.
Pídales que piensen en lo que ellos puedan hacer para obedecer al Profeta. Después, tírele a uno una bolsita de granos u otro objeto blando que haya llevado consigo y empiece una frase con estas palabras: “Obedeceré a nuestro Profeta __________”. El niño a quien le haya tirado la bolsita debe completar la frase diciendo lo que puede hacer para obedecer al Profeta.
Si obedecemos al Profeta, recibiremos bendiciones
Señale otra vez las láminas de Noé, Moisés, José Smith y la foto del Profeta. Explíqueles que, por haber obedecido a Noé, su familia se salvó del diluvio; y porque los israelitas obedecieron y siguieron a Moisés, pudo salir de donde estaba cautivo e ir a vivir libre en una tierra mejor; y por haber obedecido a José Smith, las personas que lo siguieron se hicieron miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Explíqueles que todas esas personas recibieron bendiciones por haber seguido al Profeta. También nosotros seremos bendecidos si obedecemos a nuestro Profeta.
Canción
Dirija a los niños para que canten o repitan la letra de la canción “Sigue al Profeta”, que aparece a continuación (Canciones para los niños, pág. 58). Explíqueles otra vez que “error” quiere decir hacer algo malo. Mientras cantan, deje que uno de los niños sostenga la foto del Profeta.
Sigue al Profeta, sigue al Profeta,
sigue al Profeta, deja el error.
Sigue al Profeta, sigue al Profeta,
pues lo que él dice manda el Señor.
Testimonio
Expréseles su testimonio del Profeta de la Iglesia y dígales que usted sabe que si obedecemos al Profeta y lo seguimos, recibiremos bendiciones y seremos más felices.
Actividades complementarias
Elija algunas de las siguientes actividades para llevar a cabo durante la lección.
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Si es posible, consiga un casete o un video del Profeta para hacer escuchar o mostrar a la clase. Si no, muéstreles diversas fotografías de él que encuentre en la revista Liahona.
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Cante o repita la letra del himno “Te damos, Señor, nuestras gracias” (Himnos, Nº 10).
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Vuelva a contarles el relato de la visión del Salvador que tuvo Lorenzo Snow y que se encuentra en la lección 26. Dígales que Jesús apareció al presidente Snow para decirle cómo dirigir la Iglesia y lo que debía enseñar a los miembros.
4. Piense en diversas situaciones en las que los niños puedan hacer algo que signifique obedecer las enseñanzas del Profeta. Describa cada una a la clase y deje que los alumnos digan o dramaticen la forma en que se comportarían si siguieran al Profeta en esa situación particular. Por ejemplo: “Encuentran unas monedas en la cocina y tienen deseos de guardárselas, pero saben que ése es dinero que su mamá ha perdido. ¿Qué deben hacer para obedecer la enseñanza del Profeta de que tenemos que ser honrados?”
Otras actividades para los niños más pequeños
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Tenga la fotografía del Profeta de la Iglesia en un lugar en el que esté a la vista durante toda la clase. Explíqueles a los niños quién es esa persona y dígales que él los ama y desea ayudarles para que algún día puedan volver a vivir con nuestro Padre Celestial y con Jesús. Repita esas palabras varias veces durante el período de clase.
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Juegue con los niños a “Seguir al líder”. Póngalos formando una fila. El primero va saltando, corriendo, caminando con grandes pasos, etc., hacia el lado opuesto de la sala, y los otros lo siguen haciendo lo mismo que él haga. Después, ese niño pasa al final de la fila y el que estaba detrás se convierte en el nuevo líder. Continúe hasta que todos hayan tenido la oportunidad de participar.
Cuando terminen el juego, explíqueles que el Profeta es el líder que dirige la Iglesia y que si hacemos las cosas que él nos diga, algún día estaremos otra vez con nuestro Padre Celestial y con Jesús.