Lección 30
Debo aprender a perdonar
Objetivo
Que los niños comprendan que deben estar dispuestos a perdonar a los demás.
Preparación
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Estudie, con la ayuda de la oración, Génesis 37:12–28; 41:38–43; 42:1–8; 45:1–15; Mateo 18:21–22; Lucas 23:33–34.
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Prepare trozos de papel escribiendo en cada uno frases como las siguientes:
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Alguien te golpea y te empuja.
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Alguien no te deja jugar.
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Alguien te rompe un juguete.
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Alguien te dice algo feo.
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Alguien te saca el juguete con el que estás jugando y no lo quiere compartir.
Prepare un trozo de papel para cada alumno (cree situaciones similares si es necesario). Colóquelos todos en una caja chica con una etiqueta que diga: “Caja del perdón”.
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Materiales necesarios:
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Una Biblia.
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Las siguientes láminas: 1–47, de unos niños peleando; 1–57, “José es vendido por sus hermanos” (“Las bellas artes del Evangelio” 109; 62525); 1–58, de cuando José se dio a conocer a sus hermanos; 1–59, “La Crucifixión” (“Las bellas artes del Evangelio” 230; 62505).
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Haga los preparativos para las Actividades Complementarias que desee llevar a cabo.
Actividades de aprendizaje
Pida a un alumno que ofrezca la primera oración.
Actividad para despertar la atención
Muestre a la clase la lámina 1–47, de unos niños peleándose.
• ¿Qué están haciendo estos niños?
• ¿Por qué estarían peleando?
• ¿Cómo creen ustedes que se han de sentir esos niños?
• ¿Qué podrían decirse el uno al otro para dar fin a la pelea y sentirse mejor?
Hágales recordar lo que aprendieron en la lección anterior acerca de la importancia de saber pedir perdón. Explíqueles que después de pedirse perdón, esos dos niños deben perdonarse el uno al otro; eso quiere decir que ya no están enojados el uno con el otro y que han vuelto a ser amigos. Repase con ellos el relato que les hizo de Álvaro y Marcelo, y de cómo Marcelo perdonó a Álvaro por llevarse sus juguetes sin permiso y así volvieron a ser amigos.
José perdonó a sus hermanos
Relato
Muéstreles la lámina 1–57, de cuando José fue vendido por sus hermanos, y cuente a los niños esa historia, que se encuentra en Génesis 37:12–28.
• ¿Cómo creen que se habrá sentido José cuando sus propios hermanos lo vendieron para ser un esclavo en Egipto?
Explíqueles que José se convirtió en un hombre importante en Egipto (véase Génesis 41:38–43) y que, después de muchos años, sus hermanos fueron a Egipto en busca de alimentos porque en su propia tierra éstos escaseaban. Allí se enteraron de que su hermano José estaba vivo y que tenía gran poder en Egipto (véase Génesis 42:1–8; 45:1–15).
Muéstreles la lámina 1–58, de cuando José se dio a conocer a sus hermanos.
• ¿Cómo creen que se habrá sentido José al volver a ver a sus hermanos? (Véase Génesis 45:14–15.)
• ¿Estaba él enojado con sus hermanos? (Véase Génesis 45:5.)
• ¿Cómo creen que se sintieron sus hermanos al verlo, después de haberlo vendido?
• ¿Cómo les demostró José que los había perdonado? (Véase Génesis 45:5–15.)
Actividad
Haga que los niños dramaticen el encuentro de José con sus hermanos poniendo a uno en el papel de José y a los demás como los hermanos.
Jesús nos enseñó que debemos perdonar
Muéstreles la Biblia y explíqueles que la Biblia relata lo que dijo Jesús acerca de perdonar a los demás. Dígales que una vez, uno de los Apóstoles le preguntó cuántas veces había que perdonar y que Él le contestó que debemos estar dispuestos a perdonar siempre. Explíqueles que ese libro también relata la forma en que Jesús mismo perdonó (Véase Mateo 18:21–22).
Muéstreles la lámina 1–59, de la Crucifixión. Cuénteles lo crueles que fueron con Jesús los soldados, que lo golpearon y le escupieron encima; después, le clavaron clavos en las manos y en los pies y lo dejaron colgado de la cruz para que muriera. A pesar de eso, Jesús no estaba enojado con ellos y los perdonó. (Trate de no hacer la historia muy dramática, pues algunos niños quizás se impresionen mucho con la idea de que alguien haya podido hacer tanto daño al Señor.)
Busque Lucas 23:34, y lea a los alumnos lo que Jesús dijo cuando oró al Padre Celestial, poco antes de morir: “Padre, perdónalos”. Haga que los niños repitan con usted la frase varias veces.
• ¿Qué hizo Jesús, aun cuando los soldados lo lastimaron?
• ¿Qué quiere Jesús que hagamos nosotros si alguien nos hace enojar o nos causa tristeza?
Actividad
Diga a los niños que deben hacer todo lo que usted haga. Luego, levántese, estírese, cruce los brazos y dé una vuelta alrededor del cuarto, fijándose que ellos hagan lo mismo; después siéntese. Explíqueles que al hacer lo que usted hizo e ir detrás de usted, ellos estaban siguiéndole, y que cuando se sigue a alguien, se hace lo mismo que hace esa persona. Si nosotros perdonamos a los demás, estaremos haciendo lo mismo que hizo Jesús; y si hacemos lo que Él hizo, lo seguimos a Él. Jesús quiere que perdonemos a los que nos causen tristeza o nos hagan enojar.
Podemos perdonar a los demás
Actividad
Muéstreles la “Caja del perdón” y haga que los niños se turnen para sacar de ella un trozo de papel. Cada vez que un alumno saque uno, léalo en voz alta y hágales preguntas similares a las siguientes:
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¿Les ha pasado esto alguna vez?
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¿Cómo se sentirían si les pasara eso?
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¿Qué debería decirles la persona que les hizo enojar o les causó tristeza?
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¿Qué deben decir o hacer ustedes a la persona que haya sido grosera o que les haya causado tristeza o enojo?
Cuénteles de alguna vez en que usted haya perdonado a alguien y dígales cómo se sintió después de hacerlo. Hágales comprender que nuestro Padre Celestial y Jesucristo quieren que estemos dispuestos a perdonar.
Canción
Dirija a los niños para que canten o repitan la letra de “Saber perdonar” (Canciones para los niños, pág. 52):
Hazme, oh Padre, saber perdonar
al que me ofende o se burla de mí.
Oh, buen Señor, hazme vivir
cerca, más cerca de ti.
Testimonio
Expréseles su testimonio de que el Padre Celestial y Jesús quieren que estemos dispuestos a perdonar. Anímelos a orar para pedirle a su Padre Celestial que les ayude a perdonar a los demás.
Actividades complementarias
Elija algunas de las siguientes actividades para llevar a cabo durante la lección.
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Cuente a los niños la historia del hijo pródigo, que se encuentra en Lucas 15:11–32; utilice la lámina 1–49, “El hijo pródigo”, para ilustrarla. Hágales notar que el padre amaba mucho a su hijo y lo perdonó.
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Haga con los niños el siguiente juego con movimientos de los dedos. Dígales que hagan los movimientos mientras usted les dice el verso.
Dos buenos amiguitos, éste acá y éste allí (levantar ambos puños cerrados),
empezaron a pelear y gritar y discutir (agitar los puños uno frente al otro).
Estaban los amigos tristes y enojados,
pues a jugar en paz les habían enseñado.
Entonces, uno de ellos bajó la cabeza (con el brazo todavía levantado, bajar el puño derecho y darlo vuelta hacia afuera),
y el otro también, con mucha vergüenza (hacer lo mismo con el puño izquierdo).
Dijo el primer amigo: “Ya sé lo que haré: (golpear las palmas de las manos)
para seguir siendo amigos, perdón te pediré” (juntar los dos puños).
“Y yo”, dijo el otro, “te voy a perdonar”.
Así, los dos contentos se fueron a jugar (cruzar los brazos y sentarse).
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Prepare de antemano una etiqueta para que los niños lleven a casa con estas palabras escritas: Yo debo perdonar.
Otras actividades para los niños más pequeños
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Repítales la historia de la lección anterior, sobre los dos niños que estaban jugando y uno de ellos hizo llorar al otro (vea “Otras actividades para los niños más pequeños”, actividad 4). Recuérdeles que el niño que se cayó perdonó a su amiguito.
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Cante o repita la letra de “Ama a todos, dijo el Señor” (Canciones para los niños, pág. 39); o de “Cristo me manda que brille” (Canciones para los niños, pág. 38).
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Cante o repita la letra de “Si te sientes feliz” (Canciones para los niños, pág. 125). Explique a los niños que si perdonamos a los que nos hacen mal, nos sentiremos felices.