Lección 25
Cómo ejercer la fe durante circunstancias familiares difíciles
Introducción
“La Familia: Una Proclamación para el Mundo” declara que: “La discapacidad, la muerte u otras circunstancias [familiares] pueden requerir una adaptación individual. Otros familiares deben brindar apoyo cuando sea necesario” (Liahona, noviembre de 2010, pág. 129). Cuando surgen circunstancias difíciles, el evangelio de Jesucristo proporciona perspectiva y fortaleza para realizar los ajustes necesarios.
Lectura preparatoria
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David A. Bednar, “La Expiación y el trayecto de la vida terrenal”, Liahona, abril de 2012, págs. 12–19.
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“Para el fortalecimiento de la familia: El adaptarse a las circunstancias”, Liahona, diciembre de 2005, págs. 30–31.
Sugerencias para la enseñanza
1 Nefi 16:34–39; 17:1–4
Cómo adaptarse a las circunstancias familiares difíciles
Para comenzar la clase, explique que los líderes de la Iglesia generalmente nos enseñan cómo lograr y mantener la situación ideal, incluyendo el matrimonio y la familia ideales. Sin embargo, en algunos casos las circunstancias de la vida nos impiden el logro de ese ideal. Pida a un alumno que lea en voz alta la siguiente declaración del élder Richard G. Scott, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
“Por medio del Evangelio restaurado sabemos que la familia ideal existe y que está compuesta por un justo poseedor del Sacerdocio de Melquisedec, una esposa recta sellada a él e hijos nacidos en el convenio o sellados a ellos. Con la madre en el hogar, en un ambiente de amor y servicio, los padres enseñan a sus hijos las vías del Señor y Sus verdades mediante el precepto y el ejemplo. Ellos cumplen su función divinamente señalada, la cual se menciona en la Proclamación de la Familia. Los hijos maduran al vivir las enseñanzas inculcadas desde su nacimiento, y desarrollan características de obediencia, integridad, amor a Dios y fe en Su santo plan” (“Primero lo más importante”, Liahona, julio de 2001, pág. 7).
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¿Cuáles son algunos de los acontecimientos o circunstancias que pueden impedir que nosotros, al menos por un tiempo, logremos una situación familiar ideal? (Entre las respuestas se podrían encontrar las siguientes: la muerte, la discapacidad, la imposibilidad de tener hijos, la pérdida de empleo y los padres que tienen varios trabajos).
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Pida a los alumnos que busquen el séptimo párrafo de la proclamación sobre la familia y que presten atención a lo que nuestro Padre Celestial espera que hagamos si nuestra situación familiar no es la ideal:
“La discapacidad, la muerte u otras circunstancias pueden requerir una adaptación individual. Otros familiares deben brindar apoyo cuando sea necesario” (La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 129).
Luego lea la siguiente declaración y pida a los alumnos que busquen los tipos de adaptaciones que las familias quizás tengan que hacer cuando surgen desafíos:
“En un mundo ideal, todos los adultos estarían felizmente casados, todos los matrimonios serían bendecidos con hijos y todos los familiares gozarían de salud, serían obedientes y se apoyarían unos a otros. Pero rara vez la vida es ideal. Toda persona experimenta adversidad y la estancia terrenal de ninguna familia está constantemente libre de problemas…
“La enfermedad, la discapacidad, la muerte, el divorcio y otros elementos pueden presentar grandes desafíos. En tales situaciones, es preciso realizar una ‘adaptación individual’ de las responsabilidades. Es posible que un padre tenga que realizar más responsabilidades domésticas y del cuidado de los hijos, o que una madre que siempre ha sido ama de casa tenga que entrar a las filas laborales. Es posible que incluso los hijos tengan que aceptar nuevas responsabilidades.
“Tal vez sea necesario que los demás familiares también presten ayuda cuando se produzcan sucesos desconcertantes. El apoyo puede variar desde la ayuda económica hasta dedicar tiempo a atender a los niños, ayudar con los quehaceres del hogar o cuidar de un familiar enfermo o discapacitado. El grado de participación de los demás familiares depende de la situación y de las necesidades de la familia” (“Para el fortalecimiento de la familia: El adaptarse a las circunstancias”, Liahona, diciembre de 2005, págs. 30–31).
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¿Cuáles son algunas de las adaptaciones que las familias o las personas quizás tengan que hacer cuando surgen los desafíos?
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¿Cuáles son algunas de las cosas que han visto que hacen las familias o las personas para adaptarse y permanecer fuertes cuando se enfrentan a situaciones difíciles o desestabilizadoras?
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¿En qué ocasiones han visto a otros miembros de la familia ofrecer ayuda cuando fue necesario?
Invite a un alumno a leer las siguientes palabras del élder Merrill J. Bateman, de los Setenta, y pida al resto de la clase que preste atención a lo que el élder Bateman dice que puede ayudar a las familias a enfrentar circunstancias difíciles.
“Las pruebas y las tribulaciones vienen en variadas formas: la muerte de un ser querido, un matrimonio que resulta ser diferente de lo que uno esperaba, el no casarse, el divorcio, un hijo nacido con una discapacidad, el no tener hijos, el perder el empleo, padres que cometen errores, un hijo descarriado, mala salud. La lista es interminable. ¿Por qué permitió Dios que Su plan incluyera la desilusión, el dolor, el sufrimiento y la muerte?…
“Si se tiene una comprensión del plan de salvación, de la vida premortal, de la vida terrenal y de la vida después de la muerte, se recibe [perspectiva]…” (“El vivir una vida centrada en Cristo”, Liahona, diciembre de 1999, pág. 20).
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La comprensión del plan de Dios, ¿de qué modo prepara a las familias para enfrentar los desafíos? (Escriba el siguiente principio en la pizarra: La comprensión del plan del Señor permite que las familias enfrenten los desafíos terrenales con mayor fe y una perspectiva eterna).
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¿De qué manera puede una perspectiva del Evangelio darnos mayor valor para hacer adaptaciones o incluso asumir nuevas responsabilidades en nuestra familia cuando sea necesario?
Pregunte a los alumnos si pueden recordar a alguna familia de las Escrituras que se haya enfrentado a desafíos y que haya recibido ayuda divina para superar o soportar dichos desafíos. Recuerde a los alumnos acerca de las familias de Lehi y de Ismael, que viajaron por el desierto desolado después de partir de Jerusalén. Invite a los alumnos a pensar en algunos de los desafíos que deben haber enfrentado esas familias en su viaje hacia la tierra prometida y que luego compartan esos pensamientos con la clase.
Invite a algunos alumnos a turnarse para leer 1 Nefi 16:34–39 y 17:1–4 en voz alta, y pida al resto de la clase que busquen ejemplos de cómo los diferentes miembros de las familias de Lehi y de Ismael reaccionaron ante los desafíos a los que se enfrentaron.
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¿Por qué creen que algunos de los miembros de las familias de Lehi y de Ismael fueron capaces de perseverar en la fe y confianza en Dios, mientras que otros se quejaron debido a sus dificultades?
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¿De qué maneras han visto que el conocimiento y testimonio del Evangelio bendice a las familias que experimentan desafíos?
Según lo indique el Espíritu y las necesidades de sus alumnos, podría compartir la siguiente declaración del élder Richard G. Scott, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
“Durante tu existencia en la tierra, sé diligente al cumplir el propósito fundamental de la vida mediante la familia ideal. Aunque tal vez aún no logres ese ideal, haz todo lo que esté a tu alcance, por medio de la obediencia y la fe en el Señor, para acercarte a Él lo más posible. Que nada te haga desistir de lograr ese objetivo… Nunca hagas nada que te impida ser digno de ello. Si has perdido la visión del matrimonio eterno, reavívala. Si necesitas paciencia para lograr tu sueño, tenla” (véase “Primero lo más importante”, pág. 7).
Proverbios 3:5–6; Mateo 11:28–30; Mosíah 24:8–16; Doctrina y Convenios 121:7–8
Al venir a Cristo, Él nos fortalecerá
Recuerde a los alumnos el relato del Libro de Mormón en el que Alma y su pueblo huyeron del ejército del rey Noé y establecieron una ciudad recta. Después de vivir en circunstancias pacíficas por un tiempo, Alma y su pueblo fueron descubiertos por un ejército lamanita, que los puso en servidumbre. Conforme Alma y su pueblo ejercieron la fe y tuvieron paciencia, el Señor alivió sus cargas y con el tiempo se les liberó de la servidumbre.
Invite a algunos alumnos a turnarse para leer Mosíah 24:8–16 en voz alta, y pida al resto de la clase que visualice de qué manera las dificultades que se mencionan en esos versículos pudieron haber afectado a las familias de Alma y su pueblo. (Tenga en cuenta que la visualización es una técnica para el estudio de las Escrituras que puede hacer que los relatos sean más reales y vívidos para los lectores). También pida a la clase que busque lo que Alma y su pueblo hicieron para hacer frente a sus dificultades.
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Después de haber visualizado los acontecimientos de esos versículos, ¿cómo piensan que se vieron afectadas las familias por sus circunstancias?
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¿Qué hizo el pueblo de Alma para obtener la ayuda del Señor? (Aunque los alumnos quizás descubran varios principios importantes, recalque el siguiente: Cuando ejercemos la fe y la paciencia en nuestras aflicciones e invocamos a Dios, Él puede fortalecernos para que llevemos nuestras cargas con mayor facilidad).
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¿Cómo piensan que el Señor los fortaleció de modo que “pudieron soportar sus cargas con facilidad”?
Pida a un alumno que lea en voz alta la siguiente declaración, en la que el élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, habla acerca del relato del pueblo de Alma:
“¿Qué es lo que cambió en esta historia? La carga no fue lo que cambió; los desafíos y las dificultades de la persecución no les fueron quitados de inmediato, sino que Alma y sus seguidores fueron fortalecidos; y el aumento de su capacidad y fortaleza aligeraron las cargas que llevaban. Esas buenas personas recibieron poder por medio de la Expiación para actuar como agentes y producir un impacto en sus circunstancias. Y ‘con la fuerza del Señor’, Alma y su pueblo fueron guiados a un lugar seguro en la tierra de Zarahemla” (“La Expiación y el trayecto de la vida terrenal”, Liahona, abril de 2012, pág. 16).
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¿Por qué es importante reconocer que el Señor no siempre elimina las cargas de las personas y las familias, no nos quita nuestros desafíos o nos permite experimentar las circunstancias ideales?
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Nuestro conocimiento de Jesucristo y de Su expiación, ¿de qué manera nos da el poder para actuar por fe cuando nos enfrentamos a circunstancias familiares difíciles?
Para ayudar a responder esa pregunta, muestre la siguiente declaración del élder Steven E. Snow, de los Setenta, y pídale a un alumno que la lea en voz alta:
“Nuestra esperanza en la Expiación nos concede poder con perspectiva eterna. Dicha perspectiva nos permite ver más allá del aquí y ahora, hacia la promesa de las eternidades” (“La esperanza”, Liahona, mayo de 2011, pág. 54).
Escriba las siguientes referencias de las Escrituras en la pizarra, y pida a los alumnos que estudien esos pasajes y que reconozcan las promesas que se han hecho a quienes soportan las pruebas con fidelidad:
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El recordar esas promesas, ¿de qué manera puede ayudar a las familias que se enfrentan a desafíos?
Para terminar, invite a los alumnos a pensar en alguna ocasión en la que, a pesar de las dificultades, sus familias se sintieron fortalecidas por la fe en Dios o fueron bendecidas debido a su conocimiento del evangelio de Jesucristo. Invite a los alumnos que se sientan motivados a hacerlo a que compartan experiencias apropiadas con la clase. Anime a los alumnos a escribir en un diario personal sus testimonios de la forma en la que Dios puede bendecir y fortalecer a las familias.
Material de lectura para el alumno
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Proverbios 3:5–6; Mateo 11:28–30; 1 Nefi 16:34–39; 17:1–4; Mosíah 24:8–16; Doctrina y Convenios 121:7–8.
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“Para el fortalecimiento de la familia: El adaptarse a las circunstancias”, Liahona, diciembre de 2005, págs. 30–31.