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Lección 6: La familia es fundamental en el plan del Padre Celestial


Lección 6

La familia es fundamental en el plan del Padre Celestial

Introducción

Los profetas y apóstoles modernos han proclamado que “…la familia es fundamental en el plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, Liahona noviembre de 2010, pág. 129). Esta lección ayudará a los alumnos a ver que al ser “más diligentes y atentos en el hogar” (D. y C. 93:50) pueden centrar más su vida en sus familias.

Lectura preparatoria

Sugerencias para la enseñanza

La familia es fundamental en el plan del Padre Celestial

Mencione a su clase que, de todos los temas que se han tratado en las conferencias generales recientes, la familia es uno de los que se tratan con mayor frecuencia.

  • ¿Por qué creen que los líderes de la Iglesia hablan acerca de la familia con tanta frecuencia?

Escriba la siguiente verdad de la proclamación de la familia en la pizarra, y pida a los alumnos que compartan lo que significa para ellos:

“La familia es fundamental en el plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos”.

handout iconPara ayudar a los alumnos a comprender mejor la forma en la que la familia es fundamental para nuestro destino eterno, distribuya copias del volante que se encuentra al final de esta lección. Divida la clase en grupos pequeños. Asigne a cada grupo leer una de las tres secciones del volante y analizar las preguntas que allí figuran. Asegúrese de que se asigne cada sección.

handout, Our Premortal, Mortal, and Eternal Families

Después de concederles tiempo suficiente, invite a por lo menos una persona asignada a cada sección del volante a que comparta con la clase una reseña del análisis realizado en su grupo. Testifique acerca de la siguiente verdad: La familia es una parte fundamental del plan de Dios para la vida premortal, la vida mortal y la vida eterna.

  • ¿Qué experiencias les han ayudado a sentir la importancia fundamental de la familia en el plan de nuestro Padre Celestial?

Doctrina y Convenios 93:39–50

Hacer de la familia una prioridad

Con el fin de preparar a los alumnos para aprender de Doctrina y Convenios 93, explique que esta sección registra, entre otras cosas, la instrucción del Señor sobre la importancia de criar a los hijos en “la luz y la verdad” y de hacer de nuestra familia una prioridad. Escriba las siguientes referencias en la pizarra:

Doctrina y Convenios 93:39–43

Doctrina y Convenios 93:44

Doctrina y Convenios 93:45–48

Doctrina y Convenios 93:50

Pida a los alumnos que lean al menos una de las referencias (asegúrese de que un alumno lea por lo menos una referencia). Pídales que busquen a quién se dirigía el Señor y qué instrucciones dio. Después de darles suficiente tiempo, pídales que expliquen lo que aprendieron. Asegúrese de que los alumnos reconozcan que los cuatro hombres incluidos en esos versículos eran la Primera Presidencia y el obispo de la Iglesia en Ohio; por lo tanto, esos pasajes les recuerdan a todos los miembros de la Iglesia, incluso a aquellos en posiciones de liderazgo, que sus familias deben tener prioridad. Podría sugerir a los alumnos que marquen la repetición o el modelo que se encuentra en esos versículos: los miembros de la Iglesia deben “poner en orden” sus familias (véanse los versículos 43, 44 y 50).

  • Según los versículos 42, 48 y 50, ¿qué podemos hacer para ayudar a poner a nuestra familia en orden? (Los alumnos deben reconocer lo siguiente: enseñar a los hijos la luz y la verdad, arrepentirse, abandonar las cosas malas, ser más diligentes y atentos en el hogar, y orar siempre).

Escriba el siguiente principio en la pizarra: Ayudamos a cumplir el mandamiento del Señor de poner a nuestra familia en orden cuando somos más diligentes y atentos en el hogar.

  • ¿Qué puede hacer un joven adulto para ser más diligente y atento en el hogar?

Muestre la siguiente declaración que proviene de una carta que la Primera Presidencia escribió en 1999, y pida a un alumno que la lea en voz alta:

“…El hogar es el fundamento de una vida recta y ningún otro medio puede ocupar su lugar ni cumplir sus funciones esenciales en el cumplimiento de las responsabilidades que Dios les ha dado.

“Aconsejamos a los padres y a los hijos dar una prioridad predominante a la oración familiar, a la noche de hogar para la familia, al estudio y a la instrucción del Evangelio, y a las actividades familiares sanas. Sin importar cuán apropiadas puedan ser otras exigencias o actividades, no se les debe permitir que desplacen los deberes divinamente asignados que solo los padres y las familias pueden llevar a cabo en forma adecuada” (véase carta de la Primera Presidencia, 11 de febrero de 1999, citado en el Manual 2: Administración de la Iglesia, 2010, 1.4.1).

  • Según su experiencia, ¿cuáles son algunas “funciones esenciales” y “deberes divinamente asignados” que se realizan mejor en la familia?

Muestre la siguiente declaración y anime a los alumnos a pensar en las bendiciones que se reciben cuando cada miembro de la familia procura cumplir los deberes familiares divinamente asignados:

“Dondequiera que vivan los miembros de la Iglesia, deben establecer un hogar en el que esté presente el Espíritu…

“Un hogar con padres amorosos y leales es el ambiente que mejor satisface las necesidades espirituales y físicas de los hijos. Un hogar centrado en Cristo ofrece a los adultos y a los niños un lugar de defensa contra el pecado, un refugio del mundo, alivio del dolor emocional o de otra índole, así como un amor abnegado y genuino” (Manual 2: Administración de la Iglesia1.4.1).

  • ¿Cómo ayudan ustedes a crear un hogar centrado en Cristo para su familia?

  • ¿Qué diferencia marca en su familia?

Muestre la siguiente declaración del élder M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y pida a un alumno que la lea en voz alta:

Elder M. Russell Ballard

“…Que todo lo que hacen fuera de casa esté sujeto a lo que sucede dentro de ella y lo apoye. Recuerden el consejo del presidente Harold B. Lee, que ‘la obra más importante… que harán será la que realicen dentro de las paredes de su propio hogar’… y el clásico consejo del presidente David O. McKay: ‘Ningún éxito puede compensar el fracaso en el hogar’” (“Para hallar a los perdidos”, Liahona, mayo de 2012, pág. 99).

Conceda a los alumnos un momento para que escriban algunas cosas que podrían hacer para ser más diligentes y atentos en el hogar y para hacer que su familia esté más en el centro de su vida. Anime a los alumnos a que se pongan como meta dar seguimiento a una idea que hayan escrito. Testifique que a medida que los alumnos actúen para lograr su objetivo, el Señor los fortalecerá espiritualmente y les ayudará a ver cómo sus acciones también fortalecen a sus familias.

Material de lectura para el alumno

Handout

handout, Our Premortal, Mortal, and Eternal Families

Nuestra familia premortal, mortal y eterna

La familia eterna—Lección 6

Nuestra familia premortal

“La familia es ordenada por Dios. Es la unidad más importante que hay en esta vida y en la eternidad. Aun antes de nacer en la tierra formábamos parte de una familia. Cada uno de nosotros ‘es un amado hijo o hija procreado como espíritu por padres celestiales’ con ‘una naturaleza y un destino divinos’ [‘La Familia: Una Proclamación para el Mundo’, Liahona, noviembre de 2010, pág. 129]. Dios es nuestro Padre Celestial y vivimos en Su presencia formando parte de Su familia en la vida premortal. Allí aprendimos nuestras primeras lecciones y se nos preparó para la vida mortal (véase D. y C. 138:56)” (Manual 2: Administración de la Iglesia, 2010, 1.1.1).

“Adoramos al gran Dios que creó el universo. Él es nuestro Padre en los cielos. Llegamos a existir gracias a Él; nosotros somos Sus hijos espirituales. Vivíamos con Él en una vida premortal en una relación familiar. Lo conocíamos íntimamente y al mismo nivel como conocemos a nuestros padres mortales en esta esfera de la existencia” (Bruce R. McConkie, How to Worship, Brigham Young University Speeches of the Year, 20 de julio de 1971, pág. 2).

Preguntas para analizar:

  • ¿En qué sentido era la familia una parte fundamental de nuestra vida premortal?

  • ¿Por qué es útil saber que Dios es su Padre y que ustedes eran amados miembros de Su familia en el mundo premortal?

  • ¿Cómo se imaginan que era su interacción con los Padres Celestiales?

Nuestra familia mortal

“Como parte del plan de nuestro Padre Celestial, nacimos en una familia. Él estableció las familias para traernos felicidad, ayudarnos a aprender principios correctos en un ambiente amoroso y prepararnos para la vida eterna.

“Los padres tienen la responsabilidad esencial de ayudar a sus hijos a prepararse para regresar al Padre Celestial, y cumplen con dicha responsabilidad al enseñarles a seguir a Jesucristo y a vivir Su evangelio” (Manual 2: Administración de la Iglesia1.1.4).

“Dios creó la familia y fue Su intención que de ella brotaran la más grande felicidad, los aspectos más satisfactorios de la vida, el gozo más profundo, como resultado de nuestra unión, nuestro amor y nuestra atención unos para con otros como padres, madres e hijos” (Gordon B. Hinckley, “Lo que Dios ha unido”, Liahona, julio de 1991, pág. 80).

Preguntas para analizar:

  • ¿En qué sentido es la familia una parte fundamental de nuestra vida mortal?

  • ¿Cómo sería distinta la vida en la tierra si hubiéramos sido enviados como seres sin parentescos familiares; sin padre, madre, hermanos, antepasados ni posteridad?

  • ¿Qué experiencias les han ayudado a comprender la función y la importancia de la familia mortal?

Nuestra familia eterna

“El divino plan de felicidad permite que las relaciones familiares se perpetúen más allá del sepulcro” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 129).

“Mientras que nuestra salvación personal se basa en nuestra propia obediencia, es de igual importancia que entendamos que cada uno de nosotros es parte importante e integral de una familia y que las bendiciones más altas solo se pueden recibir en el seno de una familia eterna. Cuando la familia funciona de la manera en que Dios lo dispuso, las relaciones que se encuentran en ella son las más preciadas de la vida terrenal. El plan del Padre es que el amor y el compañerismo familiares continúen en las eternidades. El pertenecer a una familia lleva aparejada la gran responsabilidad de cuidar, amar, elevar y fortalecer a cada uno de sus miembros, a fin de que todos puedan perseverar con rectitud hasta el fin en esta vida y morar juntos por toda la eternidad. No es suficiente que nos salvemos nosotros mismos; dentro de la familia, la salvación de nuestros padres y hermanos es igualmente importante. Si regresamos solos a nuestro Padre Celestial, se nos preguntará: ‘¿Dónde está el resto de la familia?’ Por eso es que enseñamos el concepto de que la unidad familiar es eterna. La naturaleza eterna de una persona se convierte en la naturaleza eterna de su familia” (véase de Robert D. Hales, “La familia eterna”, Liahona, enero de 1997, pág. 73).

Preguntas para analizar:

  • ¿En qué sentido es la familia una parte fundamental de nuestro destino eterno?

  • ¿Cuáles son algunas acciones rectas que los miembros de la familia podrían realizar para ayudar a llevar a cabo la salvación los unos de los otros?

  • ¿En qué ocasión los ha elevado o fortalecido un miembro de su familia, de manera que los haya inspirado a perseverar hasta el fin?