Lección 5
Las condiciones de la vida mortal
Introducción
En el mundo premortal “…[aceptamos el] plan [de nuestro Padre Celestial] por medio del cual Sus hijos podrían obtener un cuerpo físico y ganar experiencia terrenal para progresar hacia la perfección” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 129). Nuestro cuerpo mortal es una gran bendición; sin embargo, está sujeto a muchas de las tentaciones de Satanás. Mediante la expiación de Jesucristo, podemos vencer esas tentaciones y regresar a nuestro Padre Celestial.
Lectura preparatoria
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David A. Bednar, “Las cosas como realmente son”, Liahona, junio de 2010, págs. 22–31.
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David A. Bednar, “La Expiación y el trayecto de la vida terrenal”, Liahona, abril de 2012, págs. 12–19.
Sugerencias para la enseñanza
2 Nefi 2:27–29; Abraham 3:25
Nuestra experiencia mortal es esencial para la vida eterna
Muestre la siguiente declaración del élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y pida a un alumno que la lea en voz alta:
“¿Han reflexionado alguna vez en por qué es tan importante tener un cuerpo físico?… ¿Comprendemos de verdad por qué un cuerpo es tan esencial para el plan de felicidad del Padre? ¿Recitamos quizás esa respuesta de manera tan frecuente y rutinaria que no logramos apreciar su verdadera importancia? Me gustaría que profundizáramos un poco más en esa pregunta de trascendencia eterna en cuanto a la razón por la que un cuerpo es tan importante. En definitiva, la respuesta afecta a todo lo que hacemos” (“Ye Are the Temple of God”, Ensign, septiembre de 2001, pág. 14).
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Según el élder Bednar, ¿por qué deberíamos tratar de entender por qué nuestro cuerpo físico es tan importante?
Pida a los alumnos que escriban una respuesta a la siguiente pregunta. A medida que avance la lección, anímelos a escribir pensamientos e ideas adicionales.
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¿Por qué es tan importante nuestro cuerpo físico en el plan de felicidad de nuestro Padre Celestial?
Pida a los alumnos que lean en silencio el tercer párrafo de “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” y que busquen la declaración que aclara por qué el cuerpo físico es necesario para nuestro progreso eterno.
Pida a un alumno que lea en voz alta la siguiente declaración del élder David A. Bednar, y al resto de la clase que preste atención a por qué nuestro cuerpo es tan importante en el plan del Padre Celestial. Considere la posibilidad de entregar una copia de esta declaración a cada alumno antes de que se lea.
“Nuestro cuerpo físico hace posible que tengamos una amplitud, profundidad e intensidad de experiencia que sencillamente no podíamos obtener en nuestro estado preterrenal. El presidente Boyd K. Packer, Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, ha enseñado: ‘Nuestro espíritu y nuestro cuerpo están combinados de manera tal que nuestro cuerpo se convierte en un instrumento de nuestra mente y en el cimiento de nuestro carácter’ [“The Instrument of Your Mind and the Foundation of Your Character” (discurso pronunciado en una charla fogonera en la Universidad Brigham Young, 2 de febrero de 2003), speeches.byu.edu]. Por tanto, nuestra relación con otras personas, nuestra capacidad de reconocer la verdad y de actuar de conformidad con ella, y nuestra aptitud para obedecer los principios y las ordenanzas del evangelio de Jesucristo se amplían mediante nuestro cuerpo físico. En la escuela de la vida terrenal, experimentamos ternura, amor, bondad, felicidad, pesar, desilusión, dolor e incluso los desafíos de las limitaciones físicas en formas que nos preparan para la eternidad. Dicho en forma más sencilla, hay lecciones que debemos aprender y experiencias que debemos tener, tal como las Escrituras lo describen, ‘según la carne’ (1 Nefi 19:6; Alma 7:12–13)” (véase “Las cosas como realmente son”, Liahona, junio de 2010, pág. 23).
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¿Qué enseñó el élder Bednar acerca de la razón por la que el cuerpo físico es necesario para nuestro progreso eterno? (Aunque las respuestas pueden variar, haga hincapié en esta verdad: Con un cuerpo físico, experimentamos las condiciones de la vida terrenal que pueden prepararnos para la eternidad).
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¿En qué sentido es nuestro cuerpo “un instrumento de nuestra mente y… el cimiento de nuestro carácter”?
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¿De qué manera “nuestra aptitud para obedecer los principios y las ordenanzas del evangelio… se amplían mediante nuestro cuerpo físico”? (Entre las posibles respuestas se encuentran las siguiente: El cuerpo nos permite obedecer el mandamiento de multiplicarnos y henchir la tierra. El cuerpo nos permite experimentar el gozo de vivir en familias, donde aprendemos y practicamos los principios del Evangelio en el hogar; por ejemplo, aprendemos a controlar nuestro temperamento dentro de nuestra familia).
Invite a varios alumnos a turnarse para leer en voz alta Abraham 3:25 y 2 Nefi 2:27–29, mientras la clase busca cómo esos pasajes de las Escrituras trabajan en conjunto para ayudarnos a tener una mayor comprensión de los propósitos de tener un cuerpo.
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Aun cuando tener un cuerpo es una gran bendición, ¿en qué sentido el tener un cuerpo es parte de nuestra prueba terrenal? (Muchas de las tentaciones de Satanás se amplían debido a que tenemos un cuerpo).
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¿En qué sentido el escoger el “deseo de la carne” le da al diablo “el poder de cautivar”?
Mosíah 3:19; Moisés 6:49, 53–55
“…el hombre natural es enemigo de Dios”
Invite a un alumno a leer en voz alta Moisés 6:53–54, y pida al resto de la clase que busque y luego explique lo que esos versículos enseñan acerca de nuestra condición al momento de nuestro nacimiento. Explique que la palabra “limpios” en ese contexto significa libres de los efectos de la transgresión de Adán.
Luego pida al alumno que lea Moisés 6:49 y 55 y pregunte a la clase:
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¿Qué enseñan esos versículos acerca de la manera en la que la caída de Adán y Eva nos afecta a lo largo de nuestra vida terrenal? (Cuando cedemos a las tentaciones de Satanás probamos las amargas consecuencias de nuestras elecciones de ser carnales, sensuales y diabólicas. Podría hacer referencia a Éter 3:2, que enseña que “por causa de la caída nuestra naturaleza se ha tornado mala continuamente”).
Pida a un alumno que lea en voz alta las primeras líneas de Mosíah 3:19. Escriba las siguientes preguntas en la pizarra:
Conceda a los alumnos unos minutos para buscar las respuestas a esas preguntas y para ampliar su comprensión del término “hombre natural”, mediante el estudio de las notas al pie de página correspondientes al versículo 19 (en particular, la nota a al pie de página, así como otros pasajes a los que se hace referencia en las notas al pie de página). Después de un tiempo suficiente, analicen lo que los alumnos encontraron. Explique que ese término describe una condición que se aplica por igual a hombres y mujeres.
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Si una persona tiene las características de un hombre natural, ¿qué efecto podría tener esto en un matrimonio o una familia?
Pida al mismo alumno que termine de leer Mosíah 3:19, e invite a la clase que busque un principio acerca de cómo podemos vencer al hombre natural. (A medida que los alumnos responden, escriba este principio en la pizarra: Al aceptar la expiación de Jesucristo y someternos al influjo del Santo Espíritu, podemos despojarnos del hombre natural y hacernos santos).
Explique que en ese contexto, someterse significa prestar oído y guiarse por las impresiones del Espíritu Santo.
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¿Cómo puede una persona discernir lo que el Santo Espíritu le está inspirando a hacer?
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¿Pueden compartir una experiencia, que no sea demasiado personal, en la que el Santo Espíritu les haya inspirado a despojarse del hombre natural?
Testifique que cuando nos sometemos al influjo del Santo Espíritu obtenemos acceso al poder de la Expiación.
Mosíah 3:19; 16:3–6
Aplicar la expiación de Cristo
Invite a un alumno a leer en voz alta Mosíah 16:3–6 mientras la clase sigue la lectura en silencio para descubrir lo que nos ayudará a vencer los efectos de la Caída en nuestra vida.
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¿Qué es lo que nuestro Padre Celestial ha preparado en Su plan que nos permite superar nuestra naturaleza caída? (Escriba la siguiente doctrina en la pizarra: Por medio de la expiación de Jesucristo, podemos ser redimidos de nuestro estado caído y perdido).
Muestre la siguiente declaración del élder David A. Bednar y pida a un alumno que la lea en voz alta:
“Todo apetito, deseo, tendencia e impulso del hombre natural puede vencerse por medio de la expiación de Jesucristo y a través de ella. Estamos aquí en la tierra para desarrollar cualidades divinas y para refrenar todas las pasiones de la carne” (“Creemos en ser castos”, Liahona, mayo de 2013, pág. 43).
Explique a los alumnos que cuando tenemos fe en la Expiación, recibimos la gracia de Jesucristo que Su sacrificio expiatorio hizo posible. La idea principal de la palabra gracia es: “medios divinos de ayuda o fortaleza, que se dan a través de la abundante misericordia y amor de Jesucristo”. Se trata de un “poder habilitador” que nos ayuda a arrepentirnos y a desarrollar atributos que no podríamos adquirir por nuestra cuenta (véase Bible Dictionary, “Grace”). Para ayudar a los alumnos a reconocer los atributos de Cristo que debemos desarrollar, pídales que repasen la lista de cualidades que nos conducen a hacernos santos, que se halla en Mosíah 3:19.
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¿De qué manera les ha ayudado el Salvador a desarrollar uno de los atributos que figuran en Mosíah 3:19?
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¿En que forma las personas que poseen uno o más de esos atributos han sido una bendición para sus familias?
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¿De qué manera el desarrollar uno o más de esos atributos mediante el poder habilitador de la gracia del Salvador podría ayudarles a llegar a ser mejores esposos o esposas, padres o madres?
Explique a los alumnos que, como resultado de la lección de hoy, cada uno de nosotros se queda con una pregunta importante a la que responder. Muestre la siguiente declaración del élder David A. Bednar y pida a los alumnos que la lean en silencio:
“De modo que, la naturaleza precisa de la prueba de la vida terrenal puede resumirse con esta pregunta: ¿Responderé a las inclinaciones del hombre natural o me someteré al influjo del Santo Espíritu, me despojaré del hombre natural y me haré santo mediante la expiación de Cristo el Señor (véase Mosíah 3:19)? Ésa es la prueba” (“Creemos en ser castos”, pág. 43).
Conceda unos minutos a los alumnos para que escriban una respuesta a la pregunta del élder Bednar. Invítelos a reflexionar sobre los atributos de Cristo que se hallan en Mosíah 3:19 y a hacer un plan para comenzar a desarrollar uno de ellos más plenamente.
Material de lectura para el alumno
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2 Nefi 2:27–29; Mosíah 3:19; 16:3–6; Moisés 6:49, 53–55; Abraham 3:25.
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David A. Bednar, “La Expiación y el trayecto de la vida terrenal”, Liahona, abril de 2012, págs. 12–19.