Lección 14
Llegar a ser salvadores en el monte Sion
Introducción
Por medio de la obra del templo, el Señor ha hecho posible que todos los que han muerto sin el conocimiento del evangelio de Jesucristo “regresen a la presencia de Dios y que las familias sean unidas eternamente” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 129). En esta lección, los alumnos aprenderán de qué manera el espíritu de Elías nos motiva a participar en la obra de la historia familiar y llegar a ser “salvadores… [en el] monte Sion” (Abdías 1:21).
Lectura preparatoria
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David A. Bednar, “El corazón de los hijos se volverá”, Liahona, noviembre de 2011, págs. 24–27.
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Quentin L. Cook, “Raíces y ramas”, Liahona, mayo de 2014, págs. 44–48.
Sugerencias para la enseñanza
Doctrina y Convenios 138:27–37, 58–59
El ministerio de Jesucristo en el mundo de los espíritus
Invite a los alumnos a pensar en cuántos de sus antepasados han muerto sin haber oído el Evangelio o recibido las ordenanzas de salvación.
Recuérdeles que después que el Salvador murió, Él se apreció a los espíritus de los muertos. Los detalles de esa visita, según los vio el presidente Joseph F. Smith (1838–1918) en una visión, están registrados en Doctrina y Convenios 138. (Mencione que este es un ejemplo de cómo ayudar a los alumnos a comprender el contexto cuando estudian las Escrituras).
Pida a varios alumnos que se turnen para leer Doctrina y Convenios 138:27–37 en voz alta, e invite a la clase a seguir la lectura en silencio para ver lo que el Señor hizo durante Su ministerio en el mundo de los espíritus.
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¿Cómo preparó el Salvador el camino para que los espíritus de los muertos sean redimidos? (Haga hincapié en la siguiente verdad: El Salvador dio asignaciones, instruyó y preparó espíritus justos para que predicaran el Evangelio a los que estaban en la prisión espiritual).
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De acuerdo con el versículo 34, ¿por qué es necesario predicar esos principios del Evangelio a quienes se encuentran en la prisión espiritual? (Explique que ser “juzgados en la carne según los hombres” significa que todos los hijos de Dios, vivos o muertos, tendrán la oportunidad de aceptar el Evangelio y de recibir las ordenanzas de salvación, a fin de que todos puedan ser juzgados con la misma norma). Véase también D. y C. 137:7–9).
Pida a los alumnos que lean Doctrina y Convenios 138:31, 58–59 y que presten atención a lo que deben hacer las personas a las que se les enseña el Evangelio en el mundo de los espíritus para llegar a ser “herederos de salvación”.
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Según esos versículos, ¿qué deben hacer los espíritus de los muertos para llegar a ser “herederos de salvación”? (Ayude a aclarar este principio: Después de que a las personas que están en la prisión espiritual se les enseña el mensaje del Evangelio, pueden escoger arrepentirse y aceptar las ordenanzas que se efectúan en los templos de forma vicaria).
Lea la siguiente declaración del élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
“Algunos han interpretado mal y han supuesto que las almas difuntas ‘son bautizadas en la fe mormona sin el conocimiento de ellas’ o que ‘a personas que una vez pertenecieron a otras fes se les impone la fe mormona como si hubiesen sido mormonas’. Presuponen que de algún modo tenemos poder para forzar a un alma en asuntos de fe. Desde luego, no lo tenemos. Dios dio al hombre el albedrío desde el principio. ‘Los muertos que se arrepientan serán redimidos mediante su obediencia a las ordenanzas de la casa de Dios’, pero solo si aceptan esas ordenanzas” (véase “La redención de los muertos y el testimonio de Jesús”, Liahona, enero de 2001, pág. 10).
Invite a los alumnos a formar grupos de dos y que dramaticen cómo explicar a alguien que no es miembro la manera en la que el plan de Dios hace posible que todas las personas, tanto vivas como muertas, reciban el Evangelio y las ordenanzas de salvación.
Abdías 1:21; Malaquías 4:5–6; Doctrina y Convenios 110:13–16; 128:18
Debemos llegar a ser “salvadores… [en el] monte Sion” (Abdías 1:21).
Invite a los alumnos a enumerar maneras en las que podemos participar en la obra de historia familiar. (Encontrar nombres de familiares y llevarlos al templo, recolectar y preservar fotografías e historias familiares, indexar, etc.).
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¿De qué modo el participar en la obra de historia familiar influye en nuestros sentimientos hacia los familiares fallecidos?
Para ayudar a los alumnos a descubrir cuál es el origen de esos sentimientos, muestre la siguiente declaración del élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y pida a un alumno que la lea en voz alta:
“El élder Russell M. Nelson ha enseñado que el espíritu de Elías es ‘una manifestación del Espíritu Santo que da testimonio de la naturaleza divina de la familia’ (‘Un nuevo tiempo para la cosecha’, Liahona, julio de 1998, pág. 36). Esa singular influencia del Espíritu Santo impulsa a las personas a buscar los datos, documentar y valorar a sus antepasados y parientes, tanto pasados como presentes. El espíritu de Elías surte su efecto tanto en las personas que son miembros de la Iglesia como en las que no lo son” (“El corazón de los hijos se volverá”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 25).
Podría escribir la siguiente definición del “espíritu de Elías” en la pizarra:
Pida a un alumno que lea Malaquías 4:5–6 en voz alta.
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Según ese pasaje, ¿de qué manera influiría la visita prometida de Elías el Profeta en las familias del mundo y en la obra de salvación del Señor en los últimos días? (Recuerde a los alumnos que Elías el Profeta, ya resucitado, se apareció a José Smith y a Oliver Cowdery el 3 de abril de 1836 en el Templo de Kirtland y les confirió las llaves del poder para sellar del Sacerdocio de Melquisedec [véase D. y C. 110:13–16]).
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¿Qué significa que el corazón de los padres y el de los hijos se volvería el uno hacia el otro?
Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente explicación que hizo el profeta José Smith (1805–1844) de esos versículos:
“La palabra volver que se lee aquí debería traducirse como ligar o sellar. Pero ¿cuál es el objeto de esa importante misión? ¿O cómo se va a cumplir? Las llaves habrán de entregarse, el espíritu de Elías habrá de venir… y los santos habrán de subir como salvadores al monte de Sion [véase Abdías 1:21].
“Pero, ¿cómo van a llegar a ser salvadores en el monte de Sion? Edificando sus templos, construyendo sus pilas bautismales y yendo a recibir todas las ordenanzas… en bien de todos sus antepasados que han muerto, y redimiéndolos… y en esto consiste la cadena que une el corazón de los padres a los hijos, y el de los hijos a los padres, lo cual cumple la misión de Elías el Profeta” (véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, págs. 504–505).
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¿En qué dijo José Smith que nos convertimos cuando recibimos las ordenanzas del templo a favor de nuestros antepasados fallecidos? (Salvadores en el monte de Sion).
Muestre la siguiente declaración del presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) y pida a un alumno que la lea en voz alta:
“Literalmente llegamos a ser salvadores en el monte de Sion. ¿Y qué significa eso? Así como nuestro Redentor dio Su vida como sacrificio vicario por todos los hombres, y al hacerlo llegó a ser nuestro Salvador, así también nosotros, en una pequeña medida, al llevar a cabo la obra vicaria en el templo, llegamos a ser salvadores para aquellos que están en el otro lado, quienes no tienen modo de progresar a menos que los que estén en la tierra hagan algo en beneficio de ellos” (“Comentarios finales”, Liahona, noviembre de 2004, pág. 105).
Explique que Jesucristo efectuó la Expiación en forma vicaria por nosotros. Cuando efectuamos ordenanzas vicarias a favor de quienes han muerto, llegamos a ser “salvadores en el monte Sion”. La expresión “monte Sion” puede referirse a varios sitios, entre ellos la ciudad celestial de Dios o la ciudad de la Nueva Jerusalén (véase Hebreos 12:22; D. y C. 76:66; 84:2–4; 1 Reyes 8:1).
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¿De qué maneras puede la comprensión de la expresión “salvadores en el monte Sion” motivarnos a hacer más para ayudar a nuestros familiares pasados y presentes a recibir las bendiciones del templo?
Como parte del análisis, podría compartir la siguiente declaración del élder D. Todd Christofferson:
“Al buscar el nombre y los datos de nuestros antecesores y al efectuar por ellos las ordenanzas salvadoras que ellos mismos no pudieron efectuar, testificamos del alcance infinito de la expiación de Jesucristo. Cristo ‘por todos murió’. [2 Corintios 5:15]” (“La redención de los muertos y el testimonio de Jesús”, Liahona, enero de 2001, pág. 11).
Explique que Doctrina y Convenios 128 registra una carta que el profeta José Smith escribió a los santos en la cual citó Malaquías 4:5–6 y luego proporcionó un comentario inspirado de esos versículos.
Invite a los alumnos a leer en silencio Doctrina y Convenios 128:18, y pídales que marquen las razones que dio José Smith para participar en la obra de redención de nuestros familiares fallecidos. Después de comentar lo que encontraron los alumnos, analicen lo siguiente.
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¿En qué sentido pueden nuestros esfuerzos por proporcionar las ordenanzas de salvación para nuestros antepasados traer también salvación a nosotros?
En la pizarra, escriba las siguientes palabras: Encontrar, Llevar y Enseñar.
Pida a los alumnos que expliquen en qué forma esas tres palabras podrían describir los pasos que se nos anima a dar al realizar la obra del templo y de historia familiar. (Asegúrese de que los alumnos reconozcan lo siguiente: Encontrar y preparar nombres para la obra de las ordenanzas del templo; llevar esos nombres al templo y efectuar las ordenanzas del templo en forma vicaria por esas personas; enseñar a otras personas a hacer lo mismo).
Para ayudar a los alumnos a comprender las bendiciones que se reciben al seguir esos pasos, muestre la siguiente declaración del élder David A. Bednar y pida a un alumno que la lea en voz alta, o muestre el video “Las bendiciones prometidas de la historia familiar” (www.lds.org/topics/family-history/fdd-cook/blessings-video?lang=spa). Cuando los alumnos lean o vean el video, pídales que busquen las bendiciones prometidas que se reciben al participar en la obra de historia familiar.
“Invito a los jóvenes de la Iglesia a aprender sobre el espíritu de Elías y a experimentarlo. Los aliento para que estudien, para que busquen a sus antepasados y se preparen para efectuar bautismos vicarios en la casa del Señor por sus propios familiares fallecidos (véase D. y C. 124:28–36). Y los exhorto a ayudar a otras personas a buscar sus datos de historia familiar.
“Si responden con fe a esta invitación, el corazón de ustedes se volverá a los padres… El amor y la gratitud que sienten hacia sus antepasados aumentará. Su testimonio del Salvador y su conversión a Él serán profundos y perdurables. Y les prometo que serán protegidos contra la creciente influencia del adversario. A medida que participen en esta obra sagrada y lleguen a amarla, serán protegidos en su juventud y durante su vida” (“El corazón de los hijos se volverá”, págs. 26–27).
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¿Cuáles son las bendiciones que reciben quienes participan en la obra de historia familiar?
Pregunte si algún alumno puede compartir experiencias personales relacionadas con las bendiciones recibidas por participar en la obra de historia familiar.
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Para aquellos de ustedes que han recibido ordenanzas por sus antepasados, ¿qué sentimientos pueden compartir acerca de la participación en esas experiencias sagradas?
Invite a los alumnos a investigar sus historias familiares utilizando los recursos disponibles en FamilySearch.org y, si fuera necesario, a buscar ayuda de un consultor de historia familiar de su barrio o rama. Anime a los alumnos a hacer un plan para encontrar los nombres de sus antepasados, llevar los nombres de esos antepasados al templo y llevar a cabo las ordenanzas a favor de ellos, y enseñar a otras personas a hacer lo mismo.
Material de lectura para el alumno
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Abdías 1:21; Malaquías 4:5–6; Doctrina y Convenios 110:13–16; 128:18; 138:27–37, 58–59.
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David A. Bednar, “El corazón de los hijos se volverá”, Liahona, noviembre de 2011, págs. 24–27.