2018
El cuidado del pobre y del necesitado
Junio de 2018


El cuidado del pobre y del necesitado

Los propósitos de Bienestar en la Iglesia son ayudar a los miembros a llegar a ser autosuficientes, cuidar del pobre y del necesitado y prestar servicio. En 1936, la Primera Presidencia delineó un Plan de Bienestar para la Iglesia; dijeron: “Nuestro propósito principal era establecer… un sistema mediante el cual se acabara con la maldición de la ociosidad, se abolieran los daños de la limosna y se establecieran una vez más entre nuestra gente la independencia, la industria, la frugalidad y el respeto a sí mismo. El propósito de la Iglesia es ayudar a la gente a ayudarse a sí misma. El trabajo ha de ocupar nuevamente el trono como principio gobernante en la vida de los miembros de nuestra Iglesia” (en Conference Report, octubre de 1936, pág. 3).

Para cuidar del pobre y del necesitado necesitamos comprender la doctrina correcta del trabajo, el pago de un diezmo íntegro y una ofrenda de ayuno generosa, la sabia administración de las finanzas y la preparación personal. En Doctrina y Convenios sección 104 el Señor reveló:

“Y es mi propósito abastecer a mis santos, porque todas las cosas son mías.

“Pero es preciso que se haga a mi propia manera; y he aquí, esta es la forma en que yo, el Señor, he decretado abastecer a mis santos, para que los pobres sean exaltados, de modo que los ricos sean humildes.

“Porque la tierra está llena, y hay suficiente y de sobra; sí, yo preparé todas las cosas, y he concedido a los hijos de los hombres que sean sus propios agentes.

“De manera que, si alguno toma de la abundancia que he creado, y no reparte su porción a los pobres y a los necesitados, conforme a la ley de mi evangelio, en el infierno alzará los ojos con los malvados, estando en tormento”. (D. y C. 104:15–18)

He repasado en varias ocasiones estos versículos a fin de comprender lo que el Señor ha decretado con respecto a la autosuficiencia y qué significa hacerlo a Su manera. Doy testimonio personal de las bendiciones temporales y espirituales del pago íntegro de un diezmo y del pago generoso de una ofrenda de ayuno. Las promesas del Señor se cumplen a medida que nos esforzamos constantemente por servir, compartir y vivir las enseñanzas del Salvador. La pobreza es una condición que puede ser superada por el sacrificio personal, el trabajo, el ahorro, la obediencia con exactitud y una actitud positiva.