¿Cuál es la postura de la Iglesia con respecto al racismo?
Nosotros creemos que Dios es el Padre de toda la raza humana y que “a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos […]; y todos son iguales ante Dios” (2 Nefi 26:33). Debido a que todas las personas son iguales ante Dios, creemos que ninguna persona puede afirmar con razón que es superior a otra en virtud de su raza u origen étnico. Además, creemos que es pecaminoso menospreciar, denigrar o discriminar a otras personas a causa de su raza.
Los profetas y apóstoles modernos han condenado el racismo con los términos más enérgicos posibles. Por ejemplo:
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Presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008): “Nadie que haga comentarios ofensivos en cuanto a las personas de otra raza se puede considerar un verdadero discípulo de Cristo, ni tampoco puede considerar que esté en armonía con las enseñanzas de la Iglesia de Cristo”1.
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Presidente M. Russell Ballard, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles: “Debemos acoger a los hijos de Dios con compasión y eliminar todo prejuicio, incluso el racismo, el sexismo y el nacionalismo”2.
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Presidente Dallin H. Oaks, Primer Consejero de la Primera Presidencia: “El racismo es probablemente la fuente más común de prejuicio de hoy, y se nos llama a arrepentirnos de eso”3.