La mano de ayuda de Haven
Haven, una joven de 14 años de Utah, EE. UU., decidió celebrar el hecho de ser una mujer joven de la Iglesia al prestar servicio a los demás.
“Todo comenzó con una pequeña idea”, comentó. “Mi tío fue a Bangladesh con fines humanitarios y se enteró de las dificultades que afrontaban las personas de ese país. Tuve el deseo de ayudarles, así que busqué en la aplicación JustServe y obtuve la idea de hacer kits hechos en casa para los refugiados de aquel lugar”.
Haven recolectó donativos en su escuela, creó una página GoFundMe e incluso sacaba los contenedores de basura de sus vecinos a fin de recaudar fondos para los kits. “Saco unos 22 contenedores de basura y 11 de reciclaje cada lunes y martes”, señaló. “Normalmente uso el dinero que gano para mi programa de coro y lo ahorro para mi misión, pero ese mes decidí utilizar los fondos para comprar materiales”.
Después Haven fue a comprar todos los materiales necesarios para los kits, entre ellos calcetines, guantes, bufandas y gorros. Armó los kits y también se puso en contacto con el director de Lifting Hands International a fin de coordinar la entrega de los kits en Bangladesh.
“Armar los kits fue lo que tomó la mayor parte del tiempo de mi proyecto. Sin embargo, cada vez que colocaba un objeto en el kit, sabía que iría a manos de una persona necesitada y que el objeto la bendeciría por mucho tiempo”.
Cuando el proyecto llegó a su fin, Haven sintió mayor confianza en su capacidad para servir. “De esto aprendí lo mucho que puedo ayudar si pongo mi mejor esfuerzo. Además, sentí compasión por las personas a las que ayudaba, y eso me ayudó a sentirme más cerca del Salvador y a sentir algo de lo que Él siente por nosotros”.
Al celebrar el aniversario de la organización de las Mujeres Jóvenes, cada una de nosotras puede recordar que somos ejemplos de Cristo. Al igual que Haven, podemos ser de gran ayuda para los demás si hacemos nuestro mejor esfuerzo por servir como Él lo haría.