Voces de los miembros
El arte del Libro de Mormón
Cuando era niño, mi mamá me compró el libro de historias de El Libro de Mormón, con ilustraciones increíbles que me ayudaron a comprender la fascinante historia del Libro de Mormón.
Ver a Nefi huyendo de Labán, a Moroni luchar con valentía, a Abinadí defendiendo el Evangelio hasta la muerte fue lo que me ayudó a conocer a las grandes personas que el Señor llamó para que pudiéramos conocerlo por medio de sus obras.
No fue hasta que cumplí quince años que decidí preguntar al Padre si realmente el Libro de Mormón era verdadero. Oré y ayuné para recibir mi propio testimonio. Encontré el capítulo 29 de Isaías, el cual menciona la veracidad del Libro de Mormón y la restauración del Evangelio. Justo cuando terminé de leerlo por primera vez, escuché inmediatamente la voz del Espíritu confirmándome que esas historias que había leído de niño eran ciertas, que Jesucristo es el Hijo de Dios y que se acuerda de todos Sus hijos tal y como lo demostró cuando visitó las Américas.
Definitivamente encontré la felicidad con el Libro de Mormón al conocer a mi Salvador Jesucristo. Sé que al dejar de pensar en uno mismo y al enfocarnos en el bienestar de todos los que nos rodean, sentiremos Su amor por intentar ser como Él. Soy feliz gracias a la sanadora Expiación de Jesucristo y deseo dar a conocer Su Evangelio con el ejemplo, el arte y la música. Él nos ama por igual y desea que nos amemos los unos a los otros.