“Cómo hallar resquicios de luz”, Ayuda para las víctimas, 2018.
“Cómo hallar mi valor”, Ayuda para las víctimas.
Cómo hallar resquicios de luz
Nota: Esta es una experiencia real compartida por una persona que sobrevivió al abuso. Los nombres e información reveladora sobre la identidad de los protagonistas han sido cambiados.
Mi matrimonio parecía haber comenzado bien. Estaba enamorada y era feliz; pero, después de un tiempo, comenzó el abuso físico, emocional y verbal. Necesitaba una salida para mantenerme a mí y a mis hijos a salvo. Mi falta de conocimiento sobre cómo crear un nuevo futuro para mi familia y mi miedo me impedían obtener ayuda, pero después de nueve años, descubrí cómo liberarme.
¿Cómo salí de esa situación tras nueve años de vivir ese abuso? ¿Qué hice? Finalmente dejé de escuchar la voz del adversario que me decía que no había salida. En su lugar, me di la vuelta para encontrar los resquicios de luz que mi Padre Celestial había colocado para mí como guía para abandonar el matrimonio abusivo. Me requirió el aprender a orar y seguir Su dirección para encontrar esos resquicios de luz:
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Cumplí con mis convenios, pagué mi diezmo y aprendí a seguir las indicaciones del Espíritu; esas acciones me mantuvieron anclada con fe en mi Padre Celestial.
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Trabajé con mi obispo y obtuve fortaleza para recibir revelación personal. A través de esa fortaleza supe el momento de cuándo debía irme.
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Obtuve la perspectiva y la respuesta de que no podía ayudar a mi esposo a cambiar, arreglar su carácter o guiarlo hacia la luz. Estaba en manos del Padre Celestial, ¡tenía que dejarlo!
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Obtuve mi independencia financiera al capacitarme y llegar a ser maestra (pero me tomó cinco años en mi matrimonio alcanzar ese punto).
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Las circunstancias me llevaron a un agente de policía que me dio información sobre un centro de crisis.
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El centro de crisis me ayudó a obtener una orden de protección temporal.
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El tribunal me otorgó una orden de protección permanente, luego el divorcio y la custodia total de nuestros hijos.
Hubo reveses mentales y emocionales mientras estaba sanando; esto ocurría durante mis pesadillas. El adversario me decía mentiras, tales como: “Eres una carga; eres demasiado trabajo, tienes demasiados hijos, demasiados problemas. ¿Quién te querría si te fueras? Tienes mucho con qué lidiar. Fuiste demasiado débil como para ayudar a tu propio esposo”. El adversario golpeó con pensamientos negativos mi autoestima, tratando de hacerme creer que no valía nada. Afortunadamente, el eco inquietante que rebotaba en mi cabeza después de estos episodios no duraba mucho.
¿Por qué? Por la enorme cantidad de cosas que tenía que hacer: era madre de cinco hijos, tres de los cuales tienen autismo. Guardaba y guardo mis convenios. Enseñaba quinto grado a niños con autismo, obtenía una certificación de enseñanza y una maestría en educación especial, todo al mismo tiempo. Al centrarme en mi trabajo, mi testimonio y mi vida, obtuve una perspectiva y una evidencia de mis bendiciones. Esa evidencia silenció la voz del adversario.
También obtuve una perspectiva y esperanza de que la comunicación, las amistades y el amor pueden desarrollarse. Observaba, escribía en mi diario, y luego leía y releía una y otra vez para encontrar patrones, apoyos, estructuras, amistades y los escollos que nos pueden suceder a cualquiera de nosotros.
Cuando aprendí a sentir amor de nuevo, aprendí dos cosas poderosas: (1) El amor del Padre Celestial por todos Sus hijos es perfecto y (2) debido a ese amor, el Padre Celestial no interferirá con el albedrío de Sus hijos. Mediante nuestro albedrío podemos elegir la luz o la oscuridad, el amor o la guerra. Podemos ponernos en sintonía con las impresiones del Espíritu. ¡Podemos tener esperanza! Y, finalmente, podemos encontrar los resquicios de luz que nos guiarán para salir del abismo del abuso.
Si usted o alguien que conoce ha sufrido abuso, busque ayuda de inmediato de las autoridades civiles, servicios de protección infantil o servicios de protección para adultos. También puede buscar ayuda de un abogado defensor para víctimas, de un profesional médico o de servicios sociales. Estos servicios pueden ayudarle a protegerse y prevenir más abuso o maltrato. Encontrará más información en la página “En crisis”.