Instituto
Lección 24 — Material para el maestro: Confiar en Jesucristo como nuestro Juez


“Lección 24 — Material para el maestro: Confiar en Jesucristo como nuestro Juez”, Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro, 2023

“Lección 24 — Material para el maestro”, Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro

Lección 24 — Material para el maestro

Confiar en Jesucristo como nuestro Juez

En “El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles”, leemos: “Todos nosotros compareceremos para ser juzgados por Él [nuestro Salvador] según nuestras obras y los deseos de nuestro corazón” (LaIglesiadeJesucristo.org). Esta lección ayudará a los alumnos a expresar por qué podemos tener plena confianza en Jesucristo como nuestro Juez. También tendrán la oportunidad de evaluar lo que pueden hacer para prepararse para el Juicio Final.

Sugerencias para la enseñanza

Jesucristo es nuestro Juez

Presente la situación hipotética siguiente:

Imagínense que tienen un amigo que ha sido acusado de un delito grave. También conocen a la víctima de ese delito y ustedes aman a ambas personas.

  • Si pudieran escoger un juez para su amigo, ¿qué cualidades querrían que tuviera ese juez?

  • ¿Qué preocupaciones tendrían si el juez careciera de una o más de las cualidades que hemos identificado? (Por ejemplo, ¿qué pasaría si el juez fuera compasivo, pero no justo, o si fuera justo, pero no compasivo?).

Recuerde a los alumnos que se los invitó a prepararse para la clase identificando un atributo de la vida del Salvador que demuestre que podemos confiar en que Él es un Juez justo. Conceda a los alumnos unos minutos para repasar el atributo que identificaron o, si fuera necesario, para que identifiquen uno. Luego pídales que formen grupos pequeños y entrégueles el volante siguiente.

Jesucristo es “el juez justo” (2 Timoteo 4:8)

Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro — Lección 24

Lean en voz alta Salmo 9:8 y Salmo 96:11–13. Luego inviten a cada miembro del grupo a compartir un atributo de la vida del Salvador que demuestre que Jesucristo juzga a todas las personas con rectitud. Conforme comparten los atributos, tal vez deseen analizar las preguntas siguientes:

  • ¿Cómo podría influir este atributo en la forma en que Jesucristo nos juzga?

  • ¿De qué manera aumenta este atributo su confianza en la idoneidad del Salvador para ser su Juez?

Después de identificar atributos específicos, analicen en qué sentido Jesucristo es diferente de todos los jueces humanos. (Podrían revisar las declaraciones del presidente Dallin H. Oaks y del élder Richard G. Scott que se encuentran en la sección 1 del material de preparación). También podrían analizar por qué es importante que el Salvador personifique todos esos atributos como nuestro Juez.

Jesucristo es “el juez justo” (2 Timoteo 4:8)

Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro — Lección 24

Volante: Jesucristo es el juez justo

Después de concederles suficiente tiempo para el análisis, podría invitar a algunos alumnos a compartir cómo se sienten en cuanto a que Jesucristo sea su Juez.

Jesucristo nos juzgará por nuestras obras y por los deseos de nuestro corazón

Cómo mejorar la enseñanza y el aprendizaje

Indique claramente los principios verdaderos. El élder B. H. Roberts, quien fue miembro de los Setenta, enseñó: “A fin de que se conozca, la verdad debe declararse; y cuanto más clara y completa sea la declaración, mejor será la oportunidad para que el Espíritu Santo dé testimonio al alma de los hombres de que la obra es verdadera” (véase James E. Faust, “Lo que deseo que mi nieto sepa antes de salir en una misión”, Liahona, julio de 1996, pág. 44). Brinde a los alumnos oportunidades de reconocer y expresar principios verdaderos que se encuentran en las Escrituras y en las palabras de los profetas modernos.

Invite a los alumnos a repasar en silencio Apocalipsis 20:12 y Doctrina y Convenios 137:9, y luego anotar una verdad sobre cómo seremos juzgados. Pida a varios alumnos que compartan la verdad que hayan descubierto. Valiéndose de las perspectivas de los alumnos, tal vez desee anotar en la pizarra una verdad similar a la siguiente: Todos nosotros compareceremos ante el Señor y seremos juzgados de acuerdo con nuestras obras y los deseos de nuestro corazón. Para profundizar el análisis de sus alumnos, considere la posibilidad de hacer una o más de las preguntas siguientes:

  • ¿Por qué creen que nuestras obras son importantes en el Juicio Final? (Señale que las obras podrían incluir guardar los mandamientos, recibir ordenanzas, honrar los convenios, arrepentirse y servir a los demás).

  • ¿Por qué creen que también seremos juzgados por nuestros pensamientos y por los deseos de nuestro corazón? (Si lo desea, comparta esta declaración del presidente Oaks: “Los deseos sobre los que actuamos determinan las cosas que cambiamos, lo que logramos y lo que llegamos a ser” [“El deseo”, Liahona, mayo de 2011, pág. 42]).

  • ¿Por qué es importante evaluar con frecuencia la forma en que nuestros deseos, palabras y acciones influyen en lo que estamos llegando a ser? (Considere la posibilidad de repasar la declaración del presidente Oaks que se encuentra en la sección 2 del material de preparación).

Recuerde a los alumnos que Alma, hijo, hizo preguntas penetrantes que pueden ayudarnos a evaluar lo que estamos llegando a ser. Invite a los alumnos a repasar Alma 5:15–16, 19, 26–27 y a reflexionar sobre al menos una pregunta que sea más relevante en su vida. Después de concederles suficiente tiempo para reflexionar en silencio, anime a uno o dos alumnos a compartir la forma en que el dedicar tiempo a la autorreflexión sincera los ha ayudado o podría ayudarlos a llegar a ser más semejantes al Salvador.

Tal como Alma sugiere, invite a los alumnos a imaginarse compareciendo ante Dios para ser juzgados.

  • ¿Qué podrían sentir en ese momento? ¿Por qué?

  • ¿Quién querrían que estuviera a su lado?

  • ¿Por qué es importante entender que, además de ser nuestro Juez, Jesucristo también es nuestro Abogado ante el Padre? (Podría repasar lo que significa que Jesucristo es nuestro Abogado [véase la sección 2 del material de preparación]).

Lea en voz alta Doctrina y Convenios 45:3–5 e invite a los alumnos a imaginar que Jesucristo aboga específicamente por ellos.

  • ¿Cómo se sentirían al escuchar a Jesucristo abogando por su causa ante el Padre Celestial? (Si lo desea, repase la cita del élder Dale G. Renlund que se encuentra en la sección 2 del material de preparación para asegurarse de que los alumnos comprendan que el Salvador, al abogar por nosotros, no se opone a la voluntad del Padre).

  • ¿Cómo podrían la comprensión y la aceptación de la función del Salvador como nuestro Abogado brindar esperanza a alguien que sienta que nunca será lo suficientemente bueno para regresar a la presencia de Dios?

  • ¿Qué pueden hacer hoy para mostrar al Señor que desean que Él sea su Abogado?

Podría testificar que el Señor no solo abogará por nosotros en el Juicio Final, sino que también está dispuesto a ser nuestro Abogado en la actualidad (véase Doctrina y Convenios 29:5–6). Él abogará por nuestra causa a medida que busquemos Su ayuda.

2:3

Para la próxima clase

A fin de alentar a los alumnos a leer el material de preparación antes de la próxima clase, considere la posibilidad de enviar un mensaje similar al siguiente: Al estudiar el material de preparación para la lección 25, pregúntate: ¿Qué influencia tiene mi discipulado diario en mi destino eterno?