“Lección 22 — Material de preparación para la clase: Participar con Jesucristo en la Restauración continua”, Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro, 2023
“Lección 22 — Material de preparación para la clase”, Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro
Lección 22 — Material de preparación para la clase
Participar con Jesucristo en la Restauración continua
¿Has pensado alguna vez en por qué el Padre Celestial te envió a la tierra en esta época? El presidente Dieter F. Uchtdorf, quien entonces era consejero de la Primera Presidencia, enseñó que la Restauración continúa en nuestros días y que vivimos en “uno de los períodos más extraordinarios de la historia del mundo” (“¿Están durmiendo durante la Restauración?”, Liahona, mayo de 2014, pág. 59). El Salvador continúa dirigiendo activamente Su Iglesia y trabajando por la salvación de todas las personas en la tierra. A medida que estudies esta lección, piensa en cómo puedes unirte a Él en Su gran obra.
Sección 1
¿Cuál es mi función en la Restauración continua?
Por medio del profeta José Smith, el Señor restauró Su evangelio y restableció Su “iglesia verdadera y viviente” sobre la tierra (Doctrina y Convenios 1:30). El élder LeGrand R. Curtis Jr., de los Setenta, dijo:
Aunque las verdades que Dios reveló por medio de José Smith son maravillosas, la Restauración no finalizó durante el transcurso de su vida. Mediante los profetas que lo siguieron, hemos recibido otras cosas como el incremento constante de la obra del templo; más Escrituras; la traducción de estas a muchos idiomas; la obra misional que lleva el Evangelio a todo el mundo, [y] la organización de la Escuela Dominical, las Mujeres Jóvenes, la Primaria y los cuórums del sacerdocio […].
“Somos testigos de un proceso de restauración” dijo el presidente Russell M. Nelson. “Si piensan que la Iglesia ha sido restaurada completamente, les digo que apenas están observando el principio. Hay mucho más por venir” (“La Restauración continua”, Liahona, abril de 2020, pág. 19).
A medida que el Señor continúa desplegando Su obra, es importante que cada uno de nosotros considere cómo puede participar. El presidente Uchtdorf preguntó:
Cuando nuestro tiempo en la vida terrenal se haya terminado, ¿qué experiencias podremos compartir sobre nuestra contribución a este período significativo de nuestra vida y para el avance de la obra del Señor? […].
Hay demasiado en juego para nosotros como individuos, como familias y como la Iglesia de Cristo para hacer las cosas a medias en esta obra sagrada.
Ser discípulo de Jesucristo no es una labor de una vez a la semana o una vez al día […].
Estemos despiertos y no nos cansemos de hacer lo bueno, pues estamos “poniendo los cimientos de una gran obra” [ Doctrina y Convenios 64:33], incluso haciendo los preparativos para el regreso del Salvador (“¿Están durmiendo durante la Restauración?”, Liahona, mayo de 2014, págs. 59, 61, 62).
Sección 2
¿Cómo puedo participar en la Restauración continua?
El presidente Nelson enseñó que una forma de participar en la Restauración continua consiste en colaborar en el recogimiento de Israel y declaró:
Ese recogimiento es lo más importante que se está llevando a cabo hoy en la tierra. Nada se le compara en magnitud, nada se le compara en importancia, nada se le compara en majestad […].
¿Les gustaría formar gran parte del desafío más grande, de la causa más sublime y de la obra más grandiosa de la tierra hoy en día?
¿Les gustaría ayudar a recoger a Israel durante estos preciados últimos días? ¿Estarían ustedes, los escogidos, dispuestos a ayudar a encontrar a los escogidos que no han escuchado el mensaje del Evangelio restaurado? (Russell M. Nelson y Wendy W. Nelson, “Juventud de Israel”, devocional mundial para los jóvenes, 3 de junio de 2018; suplemento de la revista Liahona, septiembre de 2018, pág. 8; LaIglesiadeJesucristo.org).
El recogimiento de Israel tiene una gran importancia porque pone a disposición de todo pueblo los convenios y las bendiciones prometidas a la posteridad de Abraham, Isaac y Jacob (véanse Génesis 26:3–4; 35:11–12; Abraham 2:8–11).
En la antigüedad, la casa de Israel, el pueblo del convenio de Dios, quebrantó sus convenios y rechazó al Señor y fueron esparcidos “entre todas las naciones” (1 Nefi 22:3; véanse también los versículos 4–5). Sin embargo, los profetas predijeron que, en los últimos días, el Señor haría una “obra maravillosa” (1 Nefi 22:8) entre Israel y también entre todas las familias de la tierra. Él recogerá al Israel disperso y dará a conocer Sus convenios (véanse 1 Nefi 15:12–16; 22:8–10).
El presidente Nelson también dijo esto acerca del recogimiento de Israel:
El recogimiento de Israel no es la meta final, sino apenas el principio. El fin hacia el cual perseveramos abarca las ordenanzas de la investidura y el sellamiento en el templo; incluye el establecer una relación de convenio con Dios, ya sea por linaje o por adopción, y luego vivir con Él y con nuestra familia para siempre. Esa es la gloria de Dios: la vida eterna para Sus hijos (véase “El Libro de Mormón, el recogimiento de Israel y la Segunda Venida”, Liahona, julio de 2014, pág. 29).
Al pensar en el alcance del recogimiento de Israel, tal vez te preguntes qué puedes hacer para participar. El presidente Nelson explicó: “Cada vez que hacemos algo que ayude a alguien, en cualquier lado del velo, a hacer y guardar sus convenios con Dios, estamos ayudando a recoger a Israel” (“Que Dios prevalezca”, Liahona, noviembre de 2020, pág. 93).
La presidenta Bonnie H. Cordon, de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes, enseñó cómo puedes descubrir la función que desempeñas en el recogimiento:
Con espíritu de oración, pregunta al Padre Celestial qué puedes hacer para formar parte de este recogimiento, trayendo a otras personas a Cristo. Anota tus impresiones y luego sé valiente y actúa de acuerdo con ellas. Las posibilidades son tan variadas como lo somos nosotros. Estoy agradecida por un profeta que nos invita a cada uno de nosotros a elevarnos a un nivel más alto (Facebook, 3 de junio de 2018, facebook.com/YWPresident).
Sección 3
¿Puedo realmente marcar una diferencia?
En ocasiones, es posible que te sientas inadecuado al esforzarte por hacer la obra del Señor. Cuando te sientas así, es importante que recuerdes que nunca haces Su obra tú solo.
En la alegoría de los olivos, el profeta Zenós comparó la viña con el mundo. La casa de Israel está representada por un olivo cultivado y los gentiles están representados por olivos silvestres. A medida que la historia se acerca a su fin, el Señor de la viña, Jesucristo, hace todo lo posible por ayudar a todos los árboles a fructificar (véase Jacob 5:47).
Piensa en lo que significa para ti trabajar con el Señor. El Salvador dijo a los santos de los últimos días: “Y quienes os reciban, allí estaré yo también, porque iré delante de vuestra faz. Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros” (Doctrina y Convenios 84:88).
El élder Kim B. Clark, cuando prestaba servicio como miembro de los Setenta, dijo lo siguiente sobre el apoyo del Salvador:
[R]ecuerden estas palabras del Salvador: “No estoy solo, porque el Padre está conmigo” [Juan 16:32]. Así sucede con nosotros; no estamos solos; el Señor Jesucristo y nuestro Padre Celestial nos aman, y están con nosotros. Debido a que Jesús puso Su mirada en Su Padre y realizó el gran Sacrificio Expiatorio, nosotros podemos mirar hacia Jesucristo con la certeza de que Él nos ayudará (“Mirar hacia Jesucristo”, Liahona, mayo de 2019, pág. 56).