“Lección 26 — Material de preparación para la clase: Llegar a ser más semejantes a Jesucristo”, Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro, 2023
“Lección 26 — Material de preparación para la clase”, Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro
Lección 26 — Material de preparación para la clase
Llegar a ser más semejantes a Jesucristo
Durante el ministerio terrenal del Salvador, “Él suplicó a todos que siguieran Su ejemplo” (“El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles”, LaIglesiadeJesucristo.org). Esforzarnos por seguir el ejemplo de Jesucristo y llegar a ser más semejantes a Él es un viaje que dura toda la vida. Lo logramos gradualmente y únicamente con la ayuda del Salvador (véase Moroni 10:32). Al estudiar el material de esta lección, considera lo que puedes hacer para que tu esfuerzo por ser como el Salvador sea más consciente.
Sección 1
¿Qué clase de persona quiere el Señor que yo llegue a ser?
Poco después del ministerio del Salvador entre los nefitas y los lamanitas, Jesucristo se apareció a Sus doce discípulos recién llamados. Les enseñó más acerca de Su evangelio y los instruyó en cuanto a sus responsabilidades (véase 3 Nefi 27:13–26). Luego, el Salvador dijo: “… Por lo tanto, ¿qué clase de hombres habéis de ser? En verdad os digo, aun como yo soy” (3 Nefi 27:27).
Esta invitación a “ser” como el Salvador se extiende a todos los discípulos. El élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
Al decidir bautizarnos, comenzamos a tomar sobre nosotros el nombre de Jesucristo y escogemos identificarnos con Él; nos comprometemos a llegar a ser como Él y a desarrollar Sus atributos (“Un compromiso inquebrantable con Jesucristo”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 23).
Dedica un minuto a meditar sobre algunos de los atributos del Salvador. Podría ser útil ver el video “Los atributos cristianos” (2:53).
El compromiso de llegar a ser como el Salvador nos lleva más allá de saber acerca de Él. El presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia, enseñó:
A diferencia de las instituciones del mundo, que nos enseñan a saber algo, el evangelio de Jesucristo nos desafía a llegar a ser algo […].
El evangelio de Jesucristo es un plan que nos muestra cómo llegar a ser lo que nuestro Padre Celestial desea que lleguemos a ser (véase “El desafío de lo que debemos llegar a ser”, Liahona, enero de 2001, pág. 40).
El presidente Ezra Taft Benson dijo lo siguiente acerca de nuestro afán por llegar a ser como el Salvador:
Aquel hombre [o mujer] cuya vida se aproxime más al modelo de la de Cristo es el más grande, más bienaventurado y más lleno de gozo. Esto no tiene nada que ver con las riquezas, el poder ni el prestigio. La única prueba de la grandeza y de la felicidad de un hombre es observar hasta qué punto se aproxima la vida de tal hombre a la del Maestro, Jesucristo. Él es la senda correcta, la verdad plena y la vida en abundancia (“Jesus Christ—Gifts and Expectations”, Ensign, diciembre de 1988, pág. 4).
Sección 2
¿Qué puedo hacer para llegar a ser más semejante a Jesucristo?
El élder Scott D. Whiting, de los Setenta, enseñó acerca del proceso de llegar a ser más semejante a Jesucristo:
Es bueno entender la admonición de ser como Él, pero esa comprensión tiene que ir acompañada por un anhelo de transformarnos a nosotros mismos, un paso a la vez, más allá del hombre natural. Para desarrollar ese deseo, debemos saber quién es Jesucristo. Debemos saber algo de Su carácter y debemos buscar Sus atributos en las Escrituras, los servicios de adoración y otros lugares santos. Al comenzar a saber más acerca de Él, veremos Sus atributos reflejados en los demás. Esto nos animará en nuestra propia búsqueda, porque si otras personas pueden lograr, en cierta medida, Sus atributos, nosotros también podemos (“Llegar a ser como Él”, Liahona, noviembre de 2020, pág. 13).
Tal como enseñó el élder Whiting, podemos encontrar los atributos de Jesucristo a lo largo de las Escrituras (véanse, por ejemplo, Mateo 5:3–11; Alma 13:28; Doctrina y Convenios 4:5–7). El apóstol Pedro también enseñó que mediante el “divino poder” del Salvador podemos recibir Su “naturaleza divina” (2 Pedro 1:3, 4).
Es posible que a veces te sientas abrumado o desanimado al compararte con el Salvador. En esos momentos, ten en cuenta que el Salvador “no recibió de la plenitud al principio, mas recibía gracia por gracia” (Doctrina y Convenios 93:12). Tú puedes hallar gozo con un progreso gradual.
Recuerda que no puedes hacerlo solo. El presidente Dieter F. Uchtdorf, cuando prestaba servicio como consejero de la Primera Presidencia, dijo:
Los atributos de Cristo son dones de Dios y no pueden cultivarse sin Su ayuda.
La ayuda en particular que todos necesitamos se nos da generosamente por medio de la expiación de Jesucristo. El tener fe en Jesucristo y en Su expiación significa confiar completamente en Él, fiarnos de Su poder, inteligencia y amor infinitos […]. Al procurar parecernos más al Salvador, es necesario que con regularidad evaluemos nuestra vida y que confiemos, mediante el camino del verdadero arrepentimiento, en los méritos de Jesucristo y en las bendiciones de Su expiación (“Cultivemos los atributos de Cristo”, Liahona, octubre de 2008, págs. 6, 7).
Sección 3
¿Qué atributo semejante a los de Cristo desearía el Señor que me centre en desarrollar?
Al pensar en los atributos semejantes a los de Cristo que te gustaría desarrollar, determina cuáles son tus fortalezas y debilidades. Podrías utilizar las siguientes actividades de aprendizaje para determinar el atributo en el que deseas centrarte en este momento.
A medida que te sigas esforzando por desarrollar atributos semejantes a los de Cristo, analiza regularmente tu progreso. No te compares con los demás, alégrate de los pequeños éxitos y aprende de tus errores. Confía en que el Salvador te brindará ayuda y fortaleza a medida que te esfuerzas por llegar a ser más semejante a Él.