Una promesa profética
La gracia de Dios está al alcance de todos
“La gracia de Dios es nuestra gran y sempiterna esperanza.
“Mediante el sacrificio de Jesucristo, el plan de misericordia apacigua las exigencias de la justicia, ‘y [provee] a los hombres la manera de tener fe para arrepentimiento’ (Alma 34:15).
“Aunque nuestros pecados sean rojos como el carmesí, pueden tornarse blancos como la nieve. Gracias a que nuestro amado Salvador ‘se dio a sí mismo en rescate por todos’ (1 Timoteo 2:6), se ha proporcionado una entrada en Su reino eterno para nosotros…
“Ahora y para siempre jamás, la gracia de Dios está al alcance de todos los de corazón quebrantado y espíritu contrito…
“Ruego que demostremos nuestro amor por Dios y nuestra gratitud por el don de la gracia infinita de Dios, guardando Sus mandamientos y andando gozosamente ‘en vida nueva’ (Romanos 6:4)”.