Jóvenes
Mejorar nuestras oraciones
El presidente Eyring enseña que tu familia puede ser bendecida por tu estrecha relación con el Padre Celestial. Al mejorar tus oraciones, ¡puedes mejorar tu relación con Él! Aquí tienes algunas ideas para lograrlo:
Antes de empezar a orar, toma unos momentos para pensar en lo que quieres decir. Piensa en preguntas que puedas tener o en cosas que te inquieten; incluso puedes anotarlas para no olvidarlas. Emplea este tiempo para despejar tu mente tras el bullicio del día, a fin de que puedas concentrarte en las delicadas impresiones del Espíritu Santo. Si cuando oras tu mente tiende a distraerse, trata de visualizar al Padre Celestial escuchando. Habla de cosas concretas. También reserva unos minutos al final de la oración para escuchar las impresiones del Espíritu. Podrías escribir tus impresiones en tu diario.
Recuerda que se ha dicho que la oración es “una forma de trabajo” (Diccionario bíblico, versión SUD de la Biblia en inglés, “Prayer ”), así que ¡no te preocupes si requiere práctica o parece difícil! Tu esfuerzo al orar te puede ayudar a forjar una relación con Dios que bendecirá a generaciones.