2015
He sabido a satisfacción mía
Septiembre de 2015


“He sabido a satisfacción mía

¿Deseas saber por ti mismo la veracidad del Evangelio? Mejora tu aprendizaje del Evangelio en seminario.

Dixie Seminary

“He sabido a satisfacción mía” fueron cinco sencillas palabras que el profeta José Smith dirigió a su madre luego de recibir la Primera Visión (José Smith—Historia 1:20). Esas palabras encierran una poderosa lección para nosotros hoy en día. Como enseñó el presidente Thomas S. Monson: “Ya sea que tengan doce o ciento doce años, o cualquier edad, pueden saber por ustedes mismos que el evangelio de Jesucristo es verdadero” 1 .

Para ayudarte a “saber por ti mismo”, los alumnos de seminario de todo el mundo ahora tienen que cumplir con dos requisitos adicionales para graduarse de seminario: (1) leer el texto asignado de las Escrituras para el curso, y (2) completar dos evaluaciones de aprendizaje en cada curso. A continuación verás cómo estos dos nuevos requisitos pueden ayudar a fortalecer tu testimonio:

Tú lees y estudias las Escrituras para el curso.

Conforme estudies las Escrituras, comenzarás a sentir la influencia del Espíritu que te llevará a profundizar tu conversión. Después de completar la asignación de lectura de las Escrituras de su último año de seminario, una estudiante comentó que ella había aprendido mucho más porque “había leído realmente las Escrituras: no sólo leído, sino estudiado”.

El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo que significa estudiar: “Cuando digo ‘estudiarlo’, me refiero a… [leer] algunos versículos, deteniéndote a meditar en ellos, volviéndolos a leer con detenimiento y, al pensar en lo que significan, orando para recibir entendimiento, haciéndote preguntas en tu mente, esperando recibir impresiones espirituales y anotando las impresiones e ideas que recibas para recordarlas y aprender más” 2 .

Puedes usar las evaluaciones de aprendizaje para estimar lo que has aprendido.

Una evaluación de aprendizaje es similar a la pregunta que le hizo el ángel a Nefi: “¿Qué es lo que ves?” (1 Nefi 11:14). Esta pregunta llevó a Nefi a evaluar y expresar lo que había aprendido.

Las evaluaciones de aprendizaje constan de tres partes: preguntas de selección múltiple, una pregunta de redacción (donde debes escribir un ensayo) y una declaración personal de tus creencias; las dos primeras son con calificación, la última no. Luego de participar en una evaluación de aprendizaje, un alumno dijo: “Estaba deseando hacerla porque quería ver lo que había aprendido en seminario”. Otro alumno comentó que la evaluación de aprendizaje “te ayuda a entender la posición en la que te hallas con respecto al Evangelio y la posición en la que debes estar”.

Las evaluaciones serán aún más efectivas si te centras en las doctrinas y los principios del Evangelio que conforman la base de las preguntas de la evaluación de aprendizaje. Luego de haber analizado en la clase de seminario las doctrinas detrás de las preguntas, un alumno comentó: “Mi punto de vista respecto a la prueba cambió; lo vi más como un análisis y algo para edificar el testimonio; contribuía a consolidar lo que uno había aprendido”.

Puedes llegar a amar aprender por ti mismo.

El aprender por nosotros mismos que el evangelio restaurado de Jesucristo es verdadero puede ser una de las mejores y más felices experiencias de la vida 3 . Un alumno dijo: “He disfrutado al participar más, y me he dado cuenta de que debo poner más esfuerzo cada día en vez de contentarme con venir a sentarme en la silla y escuchar sin participar”.

El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó acerca de la importancia de aprender: “Aprender a amar el aprendizaje es fundamental en el evangelio de Jesucristo, es vital para nuestro desarrollo espiritual y personal continuo, y es absolutamente necesario en el mundo en que vivimos, servimos y trabajamos ahora y en el futuro” 4 .

Mientras más te esfuerces, mayor será el gozo que sientas y lo que aprendas.

Notas

  1. Thomas S. Monson, “Atrévete a lo correcto aunque solo estés”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 62.

  2. D. Todd Christofferson, “Cuando te hayas convertido”, Liahona, mayo de 2004, pág. 11.

  3. Véase de Craig C. Christensen: “Sé estas cosas por mí mismo”, Liahona, noviembre de 2014, pág. 50.

  4. David A. Bednar, “Learning to Love Learning”, Ensign, febrero de 2010, pág. 26.