Mensaje de las maestras visitantes
Los atributos divinos de Jesucristo: Poderoso y lleno de gloria
Estudie este material con espíritu de oración y procure saber lo que debe compartir. ¿De qué manera el entender los atributos divinos del Salvador aumentará su fe en Él y bendecirá a las hermanas que están bajo su cuidado en el programa de maestras visitantes? Si desea más información, visite reliefsociety.lds.org.
Las Escrituras nos enseñan que Jesucristo “recibió todo poder, tanto en el cielo como en la tierra, y la gloria del Padre fue con él” (D. y C. 93:17). El élder M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo que, mediante ese poder, nuestro Salvador creó los cielos y la Tierra, efectuó milagros y soportó el dolor en Getsemaní y el Calvario1. Cuando lleguemos a comprender esto, nuestra fe en Cristo aumentará y nos haremos más fuertes.
Al hacer y guardar los convenios del templo, el Señor nos bendice con Su poder. Linda K. Burton, Presidenta General de la Sociedad de Socorro, dijo: “El guardar los convenios fortalece, habilita y protege… Hace poco conocí a una nueva y querida amiga. Ella testificó que, después de haber recibido su investidura en el templo, se sintió fortalecida con el poder para resistir las tentaciones”2.
Nefi dio testimonio del poder de los convenios: “…yo, Nefi, vi que el poder del Cordero de Dios descendió… sobre el pueblo del convenio del Señor… y tenían por armas su rectitud y el poder de Dios en gran gloria” (1 Nefi 14:14).
Otras Escrituras
De las Escrituras
Estando lleno de gran compasión por Marta y María, Jesucristo levantó al hermano de ellas, Lázaro, de entre los muertos mediante el poder de Dios que Él poseía.
Jesús llegó a casa de Marta y María cuando Lázaro llevaba cuatro días en la tumba. Fueron al sepulcro de Lázaro y Jesús mandó retirar la piedra que cubría la entrada. Jesús le dijo a Marta: “¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?”. Entonces oró a Dios el Padre y “…clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
“Y el que había estado muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas” (Véase Juan 11:1–45). El Salvador utiliza Su poder para redimirnos y fortalecernos. Nuestra fe en Él aumentará a medida que recordemos que Él es lleno de poder y gloria.