Voces de los Santos de los Últimos Días
¿Qué más me falta a mí?
Cuando tenía 19 años me encontraba en una etapa en la cual estaba obteniendo mi conversión en el evangelio. Para lograr alcanzarla empecé a esforzarme por guardar los mandamientos. Un día me encontraba escuchando discursos de la conferencia general, uno de ellos, del élder Larry R. Lawrence relata la experiencia del joven rico que se esforzaba por cumplir las cosas concernientes a Dios y un día se acercó al Salvador y preguntó: “¿qué más me falta?” Esas palabras penetraron mi mente y fue que pregunté al Padre “¿qué más me falta a mí?” En ese momento a mi mente empezaron a venir imágenes de conversos e investigadores que las misioneras de mi barrio estaban enseñando, de muchos menos activos que sin duda el evangelio sanaría sus heridas y respondería sus preguntas. Entonces entendí lo que el Padre quería de mí, lo que me faltaba.
Empecé a enfocarme más en poder conocer a cada converso y menos activo, brindarles mi apoyo y ser instrumento en las manos del Señor como lo hicieron los lamanitas: "No obstante, los miembros de la iglesia se alegraron muchísimo por la conversión de los lamanitas, sí, por la iglesia de Dios que se había establecido entre ellos. Y unos y otros se hermanaron, y se regocijaron unos con otros, y sintieron gran gozo". (Helaman 6:3).
Sé que cuando nos olvidamos de nosotros mismos y apoyamos la obra de nuestro Padre Celestial llegamos a ser más como Él, y eso nos preparará para regresar a nuestro hogar celestial.