2018
Una voz de paz
August 2018


Fe, esperanza y caridad — Parte 1

Una voz de paz

La autora vive en Nueva Jersey, EE. UU.

“No importa lo que ocurra, Dios cuidará de nuestra familia”, dijo la mamá.

Grace Vlam era una niña de nueve años que vivía en Holanda durante la Segunda Guerra Mundial. La Alemana nazi acababa de empezar a atacar Holanda.

A Voice of Peace

¡Bum! ¡Bum!

Eran las tres de la madrugada, y estaban bombardeando la ciudad. Grace había estado durmiendo en su cama, y en un momento, su papá estaba diciendo que todos debían resguardarse. Ahora, Grace estaba acurrucada bajo la mesa de la cocina con su papá, su mamá y sus hermanos pequeños, Heber y Alvin. Podía oír el ruido de las explosiones y los cristales que se rompían afuera. ¡Había mucho ruido!

“¿Qué nos va a ocurrir?”, le preguntó Grace a su papá.

El papá le pasó la mano por el cabello. “No lo sé”, dijo, “pero hagamos una oración”.

La familia Vlam se abrazó.

“Querido Padre Celestial”, oró el papá, “por favor, mantén a nuestra familia a salvo”.

Después de un tiempo, el ruido se detuvo. No había más explosiones. ¡Estaban a salvo!

La mamá tomó a Grace de la mano y le sonrió. “¿Recuerdas cuando nos sellamos en el templo?”.

Grace asintió. Cuando se habían mudado de Indonesia a Holanda, pudieron pasar por Utah y sellarse en el Templo de Salt Lake.

“No importa lo que ocurra, Dios cuidará de nuestra familia”, dijo la mamá.

Al día siguiente, Grace oyó las sirenas de socorro cuando estaba afuera en la plaza de la ciudad. Miró hacia arriba y vio aviones por encima de su cabeza, con cositas negras que caían de ellos. Se quedó allí, de pie, con la boca abierta.

Un hombre comenzó a gritarle. “¡Corre! ¡Son bombas!”.

Grace se apresuró a ir a casa, con el corazón latiéndole fuertemente mientras por fin entraba por la puerta.

Unos días después, los nazis, que eran los líderes del gobierno en Alemania, se apoderaron oficialmente de Holanda. A veces, tomaban como prisioneros a personas que habían sido oficiales militares. Debido a que el papá había sido un oficial militar de Holanda, los oficiales nazis lo vigilaban con cuidado.

“Pero eso no le ocurrirá a papá”, pensó Grace. “Somos miembros de la Iglesia, y papá es un líder en la presidencia de la misión; Dios lo protegerá”.

Después de los bombardeos, la familia Vlam tuvo que salir de la ciudad. Un día, en su nueva escuela, Grace oyó a otros alumnos susurrando.

“¡Hoy tomaron a personas prisioneras!”.

“¿Volverán algún día?”.

Grace estaba asustada. ¿Estaba bien papá? Corrió a casa lo más rápido que pudo. Al entrar con prisa por la puerta, vio a la mamá en el pasillo.

“¿Es verdad?”, preguntó Grace. “¿Ya no está papá?”.

La mamá no dijo nada, pero al ver lo ojos tristes de su mamá, Grace supo que se habían llevado a su papá. Era un prisionero de guerra. Grace se apoyó sobre la pared; estaba demasiado asustada incluso para llorar.

“¿Qué hacemos ahora?”, pensó.

En ese momento, Grace oyó una voz que decía: “Verás a tu padre de nuevo”. Era una voz tranquila y clara. Grace sabía que era la voz del Espíritu Santo. Le hizo sentir un poquito mejor.

No sabía lo que ocurriría exactamente, pero sabía que el Padre Celestial cuidaría de ella y de su familia.

Continuará…