El Padre Celestial oyó mi oración
Raquel E. Pedraza de Brosio
Utah, EE.
Todavía vivíamos en nuestro país de origen, Argentina, cuando mi esposo y yo formamos una familia. Éramos exmisioneros y sabíamos que era una bendición casarnos en el templo del Señor. Estábamos entusiasmados de caminar juntos el sendero de regreso a nuestro Padre Celestial.
Sabíamos que el Plan de Salvación incluía pruebas, pero confiábamos en que podríamos superar cualquier cosa mediante la fe y la oración. Pero no esperábamos que la adversidad se nos viniera encima sin parar. Prueba tras prueba parecían llover sobre nosotros.
Una tarde yo estaba sola, sintiéndome muy triste y llorando desconsoladamente a causa de nuestras pruebas. No sabía qué hacer. Cada vez que trataba de dejar de llorar, solo me sentía más deprimida y angustiada.
Entonces pensé en los muchos hombres y mujeres que compartieron conmigo lo valiosa que había sido la oración para ellos durante los momentos difíciles. Yo tenía un testimonio de la oración, pero mi mente y mi espíritu estaban tan atormentados que pensé que no podría encontrar las palabras para decir.
Con lágrimas en los ojos, me arrodillé junto a mi cama y con todo mi corazón le pedí consuelo y paz a nuestro Padre Celestial. No pedí una solución, ni siquiera que la prueba desapareciera. Solo pedí paz.
Mientras oraba, oí un golpe en la puerta de mi casa. La abrí, con los ojos todavía llenos de lágrimas, y vi a una hermana de la Sociedad de Socorro. Me dijo que estaba trabajando en la zona y que había pasado a visitarme en su motocicleta. Todo lo que pude hacer fue abrazarla. Ella dijo: “No sé por qué, pero sentí que necesitaba pasar y verte”.
Nos sentamos a la mesa de la cocina y ella me ayudó a calmarme. Después de hablar con ella unos minutos, finalmente comencé a sentir que no estaba sola y que nuestro Padre Celestial había escuchado mi oración.
Es una bendición poder hablar con mi Padre Celestial por medio de la oración. Él me escuchó en mi hora de necesidad y envió a una de Sus hijas para que me ayudara. Estoy agradecida de que esa hermana haya oído la inspiración del Espíritu y la haya seguido.