En el púlpito
¿Qué es la fe?
Ya que la fe es el primer principio del Evangelio, es necesario preguntar: ¿Qué es la fe? Las Escrituras nos dicen que “… la fe es la certeza de las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas que no se ven” [Traducción de José Smith, Hebreos 11:1]… Por lo tanto, cuando obedecemos el Evangelio, recibimos ciertas bendiciones; pero si decimos que creemos y no obedecemos, entonces nuestra fe es vana; está como el cuerpo sin el espíritu, muerta. Fue por esta fe viviente, mis jóvenes hermanas, que sus padres y madres fueron obedientes al Evangelio en sus países y hogares natales; en medio del escarnio y la persecución, por la fe abandonaron sus hogares y sus familias y todo lo que era preciado para ellos, y emprendieron viaje por el poderoso océano… confiando en que el brazo de Jehová los llevaría a salvo a un refugio de descanso; y muchos de ellos jamás habían conocido las pruebas y dificultades de la vida… Piensen en ello, mis jóvenes hermanas: sus padres y madres viajando más de 1600 km, tirando de un carro de mano, con sus raciones y ropa de cama, utensilios de cocina, ropa, etc., muchos de ellos con hijos pequeños; vadeando ríos con el agua hasta la cintura y caminando con dificultad para atravesar kilómetros de pesada arena, y, no obstante, junto a la fogata en la noche, sus cantos de alabanza resonaban hacia Dios, debido a que los principios de la fe fueron plantados en sus corazones; tenían la certeza de las cosas que no se ven; por la fe llegaron a estos valles, que en ese entonces no eran los valles fértiles que ustedes ven ahora. Por la fe cultivaron la tierra estéril y árida, y gracias a las bendiciones de Dios lograron hacer que el desierto floreciera como la rosa…
Me faltaría tiempo para contarles las pruebas de nuestra fe causadas por grillos, saltamontes, sequías, inundaciones y también la persecución de nuestros enemigos; pero en todo somos un pueblo altamente bendecido y feliz; y por la fe procuramos progresar, crecer y extendernos ampliamente hasta que, como Abraham de antaño, nufestra simiente no tendrá fin.
Ahora bien, mis queridas y jóvenes amigas, no deben pensar que porque hemos hecho tanto, no tengan nada que hacer ustedes; deben esparcirse por el mundo. No crean que el territorio de Utah albergará a todos los hijos de Sion. Ustedes tendrán que establecer nuevas colonias…
Por lo tanto, luchen enérgicamente por la fe que se ha dado a sus padres en estos últimos días, para que, por la fe, se les permita ayudar a llevar a cabo los propósitos de Jehová; y que la influencia vivificante del Espíritu de Dios descanse sobre los hijos de Sion, para que sea como un fuego purificador dentro de ellos, dando muchos frutos de justicia.
Esta serie destaca la vida de mujeres devotas y sus mensajes, tomados del libro At the Pulpit: 185 Years of Discourses by Latter-day Saint Women, 2017.