Aguas eternas en las islas del mar

El hermano William y la hermana Johanna Buckley son conversos a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y viven en la isla de Aruba. Hace años, cuando estaban investigando la Iglesia, se hicieron amigos de la hermana Ana St. Cyr y de su nieto Ralph, de cuatro años, que asistían a la rama de Oranjestad, Aruba. Estos dos eran los únicos miembros de la Iglesia en su familia y los únicos miembros haitianos de la rama. Cuando los hermanos Buckley se integraron en la rama, encontraron un gozo especial al ver desarrollarse el testimonio y la espiritualidad del joven Ralph.

En Juan 4:13–14, Jesús le dice a la mujer samaritana en el pozo de Jacob: “Cualquiera que bebiere de esta agua volverá a tener sed;

“Más el que bebiere del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que brote para vida eterna”.

Era evidente que la hermana St. Cyr y el pequeño Ralph habían permitido que esas aguas eternas brotaran dentro de ellos.

Al igual que la mujer samaritana fue a compartir las buenas nuevas, Ralph hizo lo mismo. En 2018, Ralph Desir fue llamado a servir en la Misión Vanuatu Port Vila, donde tuvo la oportunidad de compartir las “aguas eternas” del Salvador Jesucristo. Fue bendecido con muchos compañeros de diversas culturas, vivió en ocho lugares diferentes y aprendió Bislama, el idioma nativo de Vanuatu, que le ayudó a crear relaciones significativas con la gente.

El élder Desir tuvo la bendición de ver que el evangelio de Jesucristo fortalecía a las personas a las que enseñaba a medida que superaban los desafíos en sus vidas. Al concluir su misión, testifica de la veracidad del poder de las aguas eternas y sabe cómo permitir que esas aguas continúen bendiciendo su propia vida y la de los demás.

El hermano Desir testifica que “servir una misión fue la mejor decisión que he tomado en mi vida. He aprendido a ser como el Salvador y a enseñar el Evangelio con el ejemplo en todas las cosas. Amo el Evangelio con todo mi corazón, y no cambiaría mis experiencias misioneras por nada. Una de las razones por las que serví en una misión fue porque sabía cuánto bendeciría a mi familia y cuánta alegría traería a mi propia vida”.

Desde que regresó de su misión, el hermano Desir ha servido como primer consejero de la Presidencia de la Rama San Nicolás, Aruba, y como líder de la delegación para el Distrito de Aruba, Bonaire, Curazao (ABC) que asistió a la conferencia de jóvenes en la República Dominicana en 2022. Ahora se desempeña como secretario de rama. Utiliza su dominio de los idiomas creole, holandés, español, inglés, papiamento y francés para continuar bendiciendo vidas en Aruba y en otros lugares donde visita.

El hermano y la hermana Buckley han seguido el ejemplo del hermano Desir y ahora están sirviendo en el Distrito ABC como directores de comunicación de la iglesia. Continúan disfrutando verlo crecer y compartir el Evangelio.