Voces de los miembros
Mi bautismo
Cuando conocí La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y recibí las enseñanzas de los misioneros que me prepararon para mi bautismo, pude sentir muchas emociones y sentimientos que nunca había experimentado en mi vida, tales como el amor de Dios y Su misericordia. Fue increíble todo lo que estaba viviendo en esos días de preparación.
Y cuando llegó el día de mi bautismo, me sentí como una niña pequeña que iba al encuentro de su amado Padre. Había un gozo en mi interior que es difícil de explicar con palabras, pero fue tan real como la vida misma.
Mi corazón se llenó de gozo aún mayor al ver la alegría de mis nuevos hermanos en Cristo por mi bautismo y conversión. Los discursos preparados fueron mensajes llenos del Espíritu Santo y de cariño hacia mí. Todo era nuevo y sentí que realmente estaba en casa.
Sin embargo, el momento más especial de ese día fue cuando entré en la pila bautismal y experimenté la muerte y la vida de mi ser, un nuevo comienzo, nuevas oportunidades de crecer y aprender más sobre el Evangelio de Jesucristo. Definitivamente, fue un día lleno de mucha alegría y felicidad compartida, sentimientos únicos de paz, amor, misericordia y gracia divina en la vida de una persona.